Este doctor es de “pocas pulgas”… protegido con cubrebocas, goggles, botas y traje quirúrgico, Harley El Tuerto, un perro terapeuta, recorre todos los días los pasillos del Hospital 20 de Noviembre, donde su misión es igual de importante que la de los doctores que luchan contra la COVID-19: relajar al personal médico.

Harley El Tuerto es un ejemplar de la raza Carlino, también conocida como Pug. Tiene la frente arrugada. Su hocico y orejas son negras, mientras que el resto de su cuerpo es color beige. Aunque apenas mide 30 centímetros de altura, este perro de tres años de edad nunca pasa desapercibido mientras se pasea por el hospital.

A pesar de haber perdido un ojo en un accidente que sufrió cuando aún era cachorro, Harley nunca perdió su espíritu amable. “Su temperamento permite la proximidad social, es tranquilo, no se altera con facilidad, es afable y juguetón”, explica Lucía Ledesma, psicóloga especialista en Neuropsicología Clínica y dueña de Harley El Tuerto, en entrevista con Chilango.

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Desde que era un cachorro, Harley fue entrenado para ser parte de las terapias asistidas. “No pertenece a ninguna asociación, es un perrito de familia, que está conformada por integrantes vinculadas al campo de la salud mental y familiarizadas con la terapia asistida con animales”, comenta Lucía.

Actualmente, Harley es asistente del equipo de salud mental adscrito al servicio de Psiquiatría, Paidopsiquiatría, Psicología y Neuropsicología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.

Sus primeros pasos como perro coterapeuta ocurrieron cuando ayudaba en las terapias para pacientes con condiciones psiquiátricas y neurológicas. Además, durante un par de años participó en actividades culturales en diversos recintos de la ciudad, principalmente museos, trabajando con personas de todas las edades.

Sin embargo, ante el brote de COVID-19, la familia Ledesma decidió preparar a Harley El Tuerto para que les ayudará en las terapias para el personal médico.

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“Antes de la pandemia, lo estuvimos preparando desde febrero de este año con el objetivo de realizar la intervención específicamente atendiendo a personas o profesionales sanitarios que se encuentran en la primera línea de acción frente a la COVID-19”, detalla Lucía.

Así trabaja Harley El Tuerto

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Fotos: Tomadas de Facebook Harley El Tuerto.

La principal labor de este médico de cuatro patas es alivianar la carga de estrés, ansiedad y depresión, que padecen los profesionales de la salud, quienes trabajan jornadas de hasta 48 horas, atendiendo a pacientes con COVID-19.

“Harley disfruta de este tipo de intervenciones, disfruta el contacto social, disfruta de las experiencias asistenciales que se están llevando a cabo ahora y que se llevaron a cabo en el pasado en otro tipo de contextos”, explica su dueña.

La jornada laboral de Harley El Tuerto dura siete horas y media: de las 6:30 hasta las 14 horas. Su primera consulta es en la mañana cuando trabaja con el personal de salud que atiende casos de COVID-19. El objetivo es que las médicas, médicos, enfermeros y enfermeras que están con él inicien contentos y relajados su jornada, pues, justo antes de comenzar a trabajar presentan síntomas de ansiedad, pues llevan más de 50 días luchando contra la emergencia sanitaria, detalla Lucía.

Durante la terapia, el reto de Harley consiste en establecer un vínculo de confianza con el paciente para mejorar sus funciones físicas o emocionales. A este tipo de terapia se le conoce como Intervención Asistida con Animales de Compañía, IAA, y funge como una acción complementaria a la atención personal que reciben los pacientes por parte de los terapeutas.

El principal problema que atiende esta terapia asistida es el síndrome deBurnout, un problema psicológico provocado por el cansancio físico que padecen los médicos después de trabajar jornadas extenuantes.

La vida fuera del trabajo 

Fotos: Tomadas de Facebook Harley El Tuerto.

Mientras la mayoría de chilangos dormimos a pierna suelta, Harley el Tuerto comienza su rutina diario. El pequeño perro se despierta a las 4:00 de la mañana para salir a dar un paseo antes de irse a trabajar. Una vez que regresa del hospital, la familia Ledesma le da de comer.

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Luego de descansar unas horas, Harley vuelve a estirar las piernas y sale a dar otro paseo, para relajarse de su jornada laboral. Cuando el reloj marca las 10:00 de la noche, Harley sabe que es la hora de descansar, puesto que debe dormir al menos seis horas, para rendir en su trabajo, pues sabe lo importante que es repartir sonrisas durante estos tiempos difíciles.

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