Por momentos podrían parecer los seres más interesantes, seductores, informados, grandes partidos, dirían las abuelitas y tías solteronas, pero no. Los periodistas son una extraña fauna que si no tienes razones para estar cerca de ellos, no los busques, evítalos, es por tu bien.

Te damos algunos argumentos para que desistas si tu idea es salir con uno de ellos.

Su trabajo siempre será lo más importante: Aunque tengas una cita con un(a) periodista pactada desde hace siglos, ten presente que en cualquier momento podrás recibir un mensaje cancelándola. No te sientas mal, pero en esta profesión siempre ocurren cosas de última hora, se retrasa el cierre de la edición, hubo una explosión de último momento, clausuraron un restaurante por la influencia de la hija de algún funcionario o se escaparon animales de un circo. Todo puede pasar. Lo cierto es que eso será prioridad para tu prospecto. No tienen horario, ni fechas en el calendario.

Ver una película con ellos podría ser la peor experiencia: Los periodistas son soberbios y sabelotodos. Así que si vas al cine con ellos o ves una película en tu casa a su lado, lo mejor es que seas un experto(a) en la materia si al final darás un juicio. Si dices que el filme te encantó, lo más probable es que te responda que fue una película aburrida, que la trama era predecible, que las actuaciones fueron detestables, que la fotografía dejó mucho que desear y cosas por el estilo. No digas que no te lo advertimos. Lo mismo sucede con un libro, una exposición, una obra de teatro, etc.

Siempre creen tener la verdad absoluta: Como se enteran de todos los temas y tienen informantes en distintas dependencias, empresas, agencias, etcétera, los periodistas suelen tener siempre “versiones extraoficiales” de los sucesos más importantes, así como historias macabras detrás de los personajes públicos. Que si la explosión de Pemex fue provocada para proteger a corruptos, que si un ex presidente tiene a su amante, una ex actriz, viviendo en Cuba. Esto podría sonar divertido e interesante, pero al cabo de algún tiempo podría aburrirte.

– Relacionado con el punto anterior, cualquier cosa que les digas, siempre será una noticia vieja para ellos: Si les mencionas que Vargas Llosa va a sacar una nueva novela en noviembre, seguramente ellos ya sabrán de qué trata. Son muy chocantes.

Son stalkers profesionales: No pierdas de vista que dentro de todo, los periodistas suelen hacer investigaciones de todo tipo. Son buenos cruzando datos y relacionando hechos y personas. Así que si se interesan de más por tu vida, no te emociones del todo, seguramente quieren obtener detalles y saber con quién están tratando. No te sorprendas si un día te dicen dónde viviste de niño(a), quiénes fueron tus maestros, tus ex novi@s, etc.

Olvídate de celebrar “fechas importantes” con ellos: Como ya habíamos dicho, su trabajo siempre será prioridad y muchas de las cosas que hacen no respetan el calendario. Así que en pleno 14 de febrero o bautizo de tu sobrinito seguramente estarán trabajando.

Suelen vivir la vida bohemia:Aunque pareciera un cliché, no lo es tanto. Los periodistas suelen terminar sus jornadas en bares, taquerías con venta de cerveza o fiestas del mundillo cultural. Así que tendrás que lidiar con esto, una agenda nocturna agitada y en ocasiones con alcohol de por medio. Si no te gusta este ambiente, lo mejor será desistir.

Tienen una necesidad imperiosa de información y de estar comunicados: Si piensas que en una cita todo será tranquilidad y tú serás el centro de atención, estás equivocad@. Si sales con un periodista a comer, cenar o beber, lo más probable es que reciba llamadas ya sea de su editor, de sus colegas o de sus fuentes. Mensajes de whatsapp o que simplemente esté revisando Twitter para saber si ya se murió alguien. Pero no lo tomes a mal, no es personal.

Si después de leer lo anterior, persiste en ti la idea de salir con uno de ellos, será bajo tu propio riesgo. Seguramente pasarás momentos increíbles pero tendrás que aguantar mucha vara.