Nuevos transportes, rehabilitación de parques y hasta museos son algunos de los proyectos en Iztapalapa con los que pretenden impulsar la zona más marginada de la CDMX.

La alcaldía no solo es la más poblada de la ciudad, también la aquejan otros problemas; por ejemplo, 35% de su población vive en situación de pobreza, 24% no tiene acceso a servicios de salud pública y sólo 27% de las colonias de esta demarcación cuentan con agua potable las 24 horas, señalan datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Pero, ¿por qué históricamente se le ha considerado como una alcaldía marginada?

De acuerdo con el doctor en Planeación Urbana y Análisis Inmobiliario, Rafael Valdivia, aquí hay varios factores que se deben considerar, como la cercanía de esta alcaldía con el Estado de México, la falta de infraestructura que favorezca la movilidad, la falta de agua, y, sobre todo, la casi nula inversión que se ha destinado a esta zona.

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“En los últimos 50 años, Iztapalapa no es de las alcaldías que más inversión ha tenido, sino hasta en los últimos tres o cuatro años es que le han hecho un giro en términos de la inversión que se está haciendo, entonces esto le da chance a Iztapalapa de no ser una zona en la que predomine la precariedad”, explica el urbanista.

En 2019, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció una inversión histórica en Iztapalapa que contemplaba la rehabilitación del Parque Cuitláhuac, la construcción de la Línea 2 del Cablebús y el Trolebús Elevado, 50 Pilares, una Preparatoria del Instituto de Educación Medio Superior, el Museo de los Niños, 10 Utopías y obras de pavimentación, drenaje y agua potable.

Algunas de estas mega obras ya han cobrado forma, mientras que otras tantas aún se encuentran en proceso de construcción, como es el caso del Trolebús Elevado en el Eje 8. Sin embargo, señala el especialista, este es el primer paso para que los habitantes de esta zona puedan mejorar su calidad de vida.

“Esta construcción de los equipamientos de espacios públicos, como el parque Cuitláhuac, el Cablebús y como el Trolebús elevado son los que benefician a toda esta problemática porque esa zona es la que menos infraestructura de este tipo tiene”, indica Valdivia.

Movilidad en Iztapalapa

La movilidad es uno de los principales pendientes en la alcaldía y esto se debe principalmente a que la mayor parte de la oferta de empleo se encuentra en el poniente de la CDMX.

Esta situación ocasiona que cada día quienes habitan en la zona oriente de la CDMX y las zonas conurbadas se tengan que trasladar hacia el centro y poniente, demandando una gran cantidad de infraestructura de movilidad.

De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda del Inegi, en Iztapalapa el tiempo promedio de traslado del hogar al trabajo es de 48 minutos, mientras que en alcaldías como Benito Juárez o Miguel Hidalgo es de 31 minutos.

En la encuesta, 62.1% de la población de la demarcación señaló que tarda menos de una hora en realizar este traslado, mientras que 25.6% tarda más de 1 hora en llegar a su trabajo.

Para que esta situación cambie, es necesaria la “vinculación multimodal”, dice Valdivia y pone el ejemplo de la estación Constitución de 1917, en donde actualmente arriban transportes como el Metro, Cablebús y, próximamente, el Trolebús elevado.

Este mismo modelo, señala, tendría que ser como un ejemplo de otras estaciones que permitan tener accesibilidad combinada en zonas prácticamente aisladas.

Con los proyectos de Iztapalapa como el Cablebús y el Trole, las personas usuarias de esta zona se ahorrarán hasta 40 minutos en traslado, según estimaciones de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse).

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Proyectos en Iztapalapa: de los basureros a las Utopías

En la CDMX hay alrededor de mil 300 tiraderos clandestinos, según cifras de la Secretaría del Medio Ambiente. Iztapalapa es la alcaldía que más tiraderos de este tipo tiene, con 331; le siguen Cuauhtémoc, con 224, y Venustiano Carranza, con 109.

En contraste con estas cifras, uno de los principales proyectos en la alcaldía es la rehabilitación del Parque Cuitláhuac, sitio que durante los años 50 fue el mayor tiradero de la ciudad.

La primera etapa fue inaugurada en septiembre de 2020, pero quedará listo en su totalidad hasta 2023. Una vez que eso pase, será el segundo parque más grande de la ciudad, solo por detrás del Bosque de Chapultepec.

Este tipo de proyectos de recuperación del espacio público, explica el urbanista, sí traen beneficios a corto plazo para los habitantes de esta alcaldía.

“El futuro crecimiento que se espera de este parque puede ser una atracción, no tan exagerado como el Bosque de Chapultepec, simplemente por dimensión, pero en un lugar donde no ha habido nada, un parque de 145 hectáreas es bastante benéfico”, señala.

Además del Cuitlahuac, la alcaldía recupera diversos espacios públicos para transformarlos en Utopías, centros de desarrollo comunitario que tienen por objetivo dotar de infraestructura cultural, educativa, artística y recreativa a la población sin ningún costo.

Estos proyectos en Iztapalapa, señala un informe realizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) , logran la “prevención de comportamientos antisociales y delictivos, así como la recuperación del espacio público, reconstrucción del tejido social y participación comunitaria”.

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¿Qué necesita Iztapalapa para hacer realidad la Utopía?

Alcanzar la calidad de vida de otras alcaldías como Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo o Benito Juárez aún es un sueño para esta demarcación, al menos en el corto y mediano plazo.

Valdivia señala que para que esto suceda, Iztapalapa requeriría de una inversión equivalente a la que se le otorga a toda la Ciudad de México.

“A nivel teórico hay un concepto que dice cuáles son las condiciones para alcanzar una calidad de vida alta. A Iztapalapa le faltan muchas de esas condiciones.

“No tiene la densidad histórica, constructiva que permita atracciones de inversión e inclusive de turismo que puede tener la alcaldía Cuauhtémoc o Benito Juárez. Le falta mucho a Iztapalapa para tener esa densidad urbana, histórica, cultural para ofrecer un nivel de calidad de vida que le permita competir”, explica el doctor en planeación urbana.

Sin embargo, en el largo plazo, sí podría mejorar la calidad de vida y dejar de ser una zona marginada, siempre y cuando no se frenen las obras e inversiones.