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Scott Cooper nos cuenta sobre el proceso de hacer Springsteen: Deliver Me From Nowhere

En Deliver Me from Nowhere, Scott Cooper trae el disco más íntimo de Bruce Springsteen a la pantalla buscando el alma detrás del ícono.

Scott Cooper no es un director de películas con temas fáciles. Desde su debut (Crazy Heart) se ha movido entre dramas (Out of the Furnace), cine criminal (Black Mass), westerns (Hostiles) y hasta terror (Antlers). Su cine busca lo que se esconde en las grietas del sueño americano: personajes rotos, violencia sin glamour, redenciones a medias.

Ahora regresa al terreno musical con Springsteen: Deliver Me from Nowhere, sobre la gestación de Nebraska (1982), el disco más crudo de Bruce Springsteen. “No se trataba de hacer una película sobre el ícono global, sino sobre un hombre en un momento de silencio y duda”, sostiene Cooper en entrevista con Chilango.

Jeremy Allen White © 2025 20th Century Studios

El reto fue transformar en cine a un artista encerrado en un cuarto con su guitarra. “¿Cómo haces cinematográfico el silencio? ¿Cómo accedes a la vida interior de alguien en plena crisis?”, se pregunta. Su respuesta fue filmar como Bruce grabó: “Minimalista, sin adornos, con una cámara que nunca voltea la mirada”.

Cooper le da al clavo con este acercamiento a la filmación. Al mantener un enfoque minimalista, la audiencia siente cada momento de la película como si estuviera ahí. Las tomas cerradas y la cercanía de la cámara con los personajes da un grado de intimidad digno del proceso creativo de Nebraska.

Jeremy Allen White (The Bear) como protagonista fue clave en esto: “Combina intensidad y vulnerabilidad. No buscábamos imitación, sino la esencia de Bruce, y él la encontró”. A él se suma Jeremy Strong (Succession) como el manager del artista, Jon Landau. “La gente lo conoce por personajes fríos y calculadores, pero aquí verán a alguien compasivo y cálido. Esa relación con Bruce es el corazón de la película”, advierte el director. 

Foto: 20th Century Studios

Y es verdad, en una década repleta de biopics, a veces parece que la fórmula narrativa siempre va por la misma línea: un artista es descubierto por un manager que se aprovecha de la situación hasta que lleva al artista a un hoyo del que tiene que salir. Sin embargo, es un respiro de aire fresco ver una relación artista-manager en la que no hay un abuso de poder, sino cariño, entendimiento y empatía —emociones que ambos Jeremy exploran a profundidad en la cinta—.

Para Cooper, el corazón de la historia sigue siendo universal. “Si haces una película sobre Bruce, haces una película sobre el alma de Estados Unidos. Pero también quiero que alguien en la Ciudad de México pueda verse reflejado en esta historia de depresión y búsqueda de sentido. Si luego van a casa a escuchar Nebraska en la oscuridad, habremos cumplido”, concluye.

Tras ver la película podemos confirmar que, a pesar de que Springsteen sea más un ícono estadounidense que uno internacional, su historia aborda su historia desde temas y situaciones universales: depresión, ciclos de violencia, círculos de apoyo y responsabilidad emocional, entre otros. 

Así que no te pierdas el estreno de Springsteen: Deliver Me from Nowhere este 23 de octubre en salas de cine si estás buscando una película biográfica con un sabor distinto a lo que se nos ha acostumbrado esta última década.


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