Ahora es el favorito de toda la raza; desde el burócrata –adornado con su colguije USB que va al bar al salir del despacho– hasta el buen hipster –que degusta la bebida ámbar para concluir con un “está chido, pero muy ligero, ¿ya sabes? como que no es lo mismo que el de Oaxaca”…–. Sí, este brebaje está de moda, aunque nuestros antepasados lo hayan conocido mucho antes que nosotros y muchas generaciones atrás lo hayan elogiado desde hace años…
¿Tons qué?, ¿un mezcalito? Ándele, éntrele, pa que se vuelva hombrecito…
Aquí nuestros cuatro lugares favoritos para disfrutarlo.
Restaurante Los Danzantes (Coyoacán)
En el corazón del centro de Coyoacán se encuentra este folklórico restaurante: amplio, tranquilo y con una decoración artesanal que nos da la bienvenida y nos invita a entrarle a la comida tradicional mexicana y a los tragos entrones, nada de “coquetos”, eso es de niñas. Este local (que también cuenta con sucursal en Oaxaca) es ideal para visitar en familia o para tener una plática tranquila. Si bien la barra cuenta con una variedad de mezcales y vinos mexicanos, éste no es un lugar para agarrar la borrachera sino para disfrutar de una grata experiencia culinaria.
La Clandestina (Roma)
Como su nombre lo indica, La Clandestina es un bar que puede pasar desapercibido. Sobre la calle Álvaro Obregón, entre Oaxaca y Huichapan, un hoyo en la pared sin nombre que lo indique da la entrada. Un aparador muestra las botellas de mezcal “El Milagrito” y “El Enmascarado”, que cuidadosamente han sido acomodadas para ser escogidas por sus desgustadores. También se muestran las botanas que el bar ofrece (en su presentación original): latas de aceitunas y palmitos, cazares y cacahuates. Un lugar pequeño, oscuro, con tan sólo unas cuantas mesas. La música es tranquila, ideal para platicar sin la necesidad de estar gritando.
La botica (Condesa)
Uno de los primeros bares en la ciudad de México en dar a conocer la comercialización del mezcal. Tan sólo en la Condesa, la cadena ya cuenta con dos sucursales, una en Alfonso Reyes y otra en Campeche, además de dos en la Col. Roma y una en Polanco. Un lugar ideal para antes de la fiesta/antro. La decoración no tiene ningún chiste: mesas blancas, luz verde y una rockola. Es una cadena económica que ofrece una gran variedad de mezcales y cremas, además de comida mexicana (tamales y queso oaxaca para acompañar). Se puede ir o con mucha gente o en pareja para tener una plática tranquila.
Mezcalería Los Amantes (Oaxaca, Oaxaca)
El artista oaxaqueño Guillermo Olguín creó una instalación para los grandes amantes del mezcal: un lugar minúsculo, con dos largas bancas de madera a los lados. Encima, repisas con botellas de barro adornan la pared de adobe. Al fondo, lo más importante: el altar al licor del maguey. Piezas prehispánicas, libros y fotos viejas en un espacio de no más de tres metros de extensión que explica la esencia del mezcal a partir de un discurso visual. La idea es venir a hacer una degustación de las distintas marcas, o bien sólo pedir un caballito e irse. Es un lugar para admirar, como se admiran las obras de arte.