“Vamos a seguirla a la Dos Naciones”, decían las voces que aún tenían ganas de fiesta y los horarios de cierre de otros lugares se convertían en el mejor pretexto para visitar una de las cantinas más antiguas del Centro Histórico.

Pero después de 70 años, el domingo 5 de febrero bajó la cortina en la calle de Bolívar por las altas rentas, según contó una de sus trabajadoras al periódico El Universal.

Abría a la 1 de la tarde y cerraba hasta que el último se iba, o el más borracho por fin se despertaba. Abajo era una cantina familiar que servía botana y en donde podías ver el futbol, mientras que arriba había una pista en la que sus ficheras de toda la vida vendían sus mejores pasos de baile.

Los fines de semana no solo ponían música con rocola, pues el ambiente se ponía bueno con una orquesta que tocaba cumbias y salsas en vivo.

Ni hablar, uno de los últimos puntos de reunión para trasnochados ha tenido que decir adiós y ahora solo quedarán los recuerdos detrás de esa cortina junto a los tacos infalibles de la calle de Bolívar.

Bolívar 58-A, Centro

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