La cerveza se elaboran con cuatro ingredientes base: agua, cereales malteados, lúpulo y levadura. Cada estilo requiere de distintos minerales y pH en el agua, además de mezclas de cereales (casi siempre cebada). El lúpulo balancea los sabores dulces de los cereales y hace única a una cerveza con aromas herbales, orales, cítricos y hasta tropicales.

A continuación te dejamos los pasos que se deben seguir para que una botella de refrescante cerveza llegue a tu mesa. También, cinco tips para que aprendas a catarla y a disfrutar mejor de su sabor.

1.Germinación. Se sumergen los granos en agua entre cuatro y nueve días. Para transformar el almidón en azúcar y evolucionar a alcohol.

2. Secado y tostado. Se preparan y secan los granos para ser tostados, desactivando la función de las enzimas y obteniendo así la malta.

3. Maceración. Se maceran en agua caliente para que las enzimas vayan transformando, aún más, los almidones en azúcares.

4. Adición del lúpulo. El mosto dulce y filtrado se mete en un tanque y se agrega el lúpulo –pueden poner otros ingredientes que aporten sabor.

5. Fermentación. Se enfría el lúpulo, y el mosto se fermenta, la levadura comerá el azúcar y la convertirá en alcohol y gas carbónico.

TIPS

1.Usa un vaso limpio. Suena obvio pero los perfumes del jabón pueden cambiar el sabor y aroma de una cerveza.

2. Si quieres probar varios estilos de chela comienza de la más clara a la más oscura.

3. Antes de probarla, huele la cerveza y piensa en qué aromas te recuerda. Se vale hacer una regresión hasta tu niñez, donde oliste la vainilla mientras tu mamá hacía un licuado.

4. Dale un pequeño sorbo y comprueba si lo que oliste lo tienes en boca. Se vale hacerlo unas tres veces,

5. Apunta todas tus impresiones al beber la cerveza. Así será más fácil recordar los aromas, sabores y sensaciones de cada estilo a la siguiente.