Que arroje la primera piedra quien esté libre de haber experimentado el sudor frío como usuario del transporte público. Nos referimos a esa sensación que se apodera de los cuerpos con calambres, retortijones y movimientos de aeróbics tipo Jane Fonda, debido a la urgencia de ir al baño. Esto es a sabiendas de que la necesidad te indica que no podrás aguantar las ganas hasta tu destino final. Por suerte, soluciones hay para evitar esa agonía.

Alternativas para combatir el sudor frío

Sabemos que la opción más viable y usada por una gran mayoría es rezar. Ya sea en silencio o con susurros, se invoca a todos los santos habidos y por haber para solicitar su ayuda en resistir, pero no es tan efectivo que digamos, sobre todo cuando empieza a rugir la tripa. No se preocupen, existen otras posibilidades para salir del apuro.

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1 .- Ve un paso adelante

No falta quien le juega al vivo. Desde que sale de casa siente el revoloteo en el estómago porque comió algo irritante, o bien desestimó la cantidad de café que bebió. Para este caso, ya que se la quiere rifar en serio, lo ideal es elegir una ruta alterna a la de costumbre donde sepa que haya supermercados, restaurantes o baños públicos cercanos a las estaciones que pueden hacerle el paro por la inmediatez.

2 .- Si se puede, dos pasos adelante

Como continuación del punto anterior, ¡cuidado con transbordos largos! Si a partir de que ingresas a la primera estación de tu habitual trayecto ya intuyes que el esfínter te va a traicionar, por nada del mundo te vayas a bajar en Atlalilco, Ermita o Tacubaya, porque el sudor frío se convertirá en un maremoto de vergüenza. Mídele el timing con base en estaciones menos largas.

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3 .- Usa Uber, Didi o taxi

Generalmente los nervios hacen de las suyas cuando entras a una nueva chamba, cuando tienes examen final o de plano cuando te cantan la máxima de “tenemos que hablar, pero hasta que llegues en la noche”. Ante semejantes situaciones, salvo que tengas bien contado lo del pasaje, huye del metro, metrobús y tren ligero. Piensa que en caso de que tu cuerpo te dé la espalda, el secreto de lo vergonzoso queda entre dos y no entre varios. Más vale pagar un poquito más por ensuciar que hacerte viral por algo que te perseguirá por años.

4 .- El Padrino tenía razón

Si tus amigos o familiares no viven cerca del trayecto que tomas y la única persona que te puede hacer el paro es alguien que no puedes ver ni en pintura, hazle caso a don Vito Corleone y ten a tus enemigos de cerquita. Como saben que estar en situación de padecer el sudor frío no se le desea nadie, hay amplias probabilidades de que te abran la puerta de su casa.

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5 .- Flush, ¡tu salvación!

A un genio se le ocurrió diseñar y crear esta aplicación que consiste en avisarte dónde hay baños próximos a ti. Así te encuentres en Indios Verdes o Martín Carrera, la app te echará una mano para indicarte las opciones que tienes alrededor. Te da el chisme de cuál es gratuito o cuál cobra, e incluso te permite añadir uno que conozcas y no esté en la lista para frenar el sudor frío. Ah, ¡y es gratis!

Que el sudor frío no te haga prisionero de la angustia. En la siguiente ocasión que tu cuerpo empiece a molestarte para que le metas prisa, ya tienes soluciones que por lo menos te darán unos segundos más para actuar por tu salvación. Un clic aquí puede librarte del aprieto de vez en cuando.

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