Hace tiempo, mientras nos preparábamos para hablar sobre el amor en todas las variantes, decidimos mandar a Pavel con Judith Vázquez (teóloga, lesbiana y feminista) para que nos contará su historia. Entre los diversos temas que tocamos en la entrevista, en algún momento abordamos el de los antros para lesbianas.

“Que sepa no hay, una vez me invitaron a una especie de cuarto oscuro, de esos que hay en los antros gays para hombres, pero sólo para mujeres. Yo me quedé sorprendida de que existiera un lugar así, yo creo que nosotras como mujeres tenemos otra clase de dinámicas”.

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Lo primero que pensé fue en lo descompensado que está el mundo LGBTTTI. A pesar de que la “L” es la primera sigla de la comunidad, la visibilidad lésbica es mucho menor comparada con la de los homosexuales varones. Luego pensé: “¿Cómo es posible que siendo una ciudad tan grande no haya un antro exclusivamente para ellas como sí los hay para los hombres gays?”.

Como un rayo, volvieron a mi cabeza las palabras expresadas por Judith. ¿De verdad las mujeres lesbianas no tenían ganas de vez en cuanto de un rato de sexo casual, sin ataduras ni compromisos? ¿De verdad los hombres y las mujeres resultamos tan radicalmente distintos en ese sentido? Y tomando como referencia la anécdota del cuarto oscuro sólo para lesbianas, me decidí a investigar y me encontré con que sí existen: los llamados Cuartos Violeta.

¿Qué son los cuartos violeta para lesbianas?

A grandes rasgos, un cuarto violeta es la versión lésbica de los cuartos oscuros donde los hombres gays tienen sexo con otros hombres, bajo la confidencialidad que da la ausencia de luz y con ello el consecuente anonimato.

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En un cuarto oscuro tradicional, se desdibuja todo lo visual y con ello, se van también las discriminaciones, como el color de la piel, las marcas de ropa o la edad de los participantes. El cuarto oscuro, de una manera un tanto arriesgada y clandestina, busca la democratización del placer.

Por supuesto sus detractores tienen argumentos de peso para estar en contra de estos lugares: desde que pueden ser focos de transmisión de ITS —pues se vuelve más complicado el uso de preservativos—, hasta los argumentos morales, como que estos sitios solo validan la idea de que los homosexuales son promiscuos o que tienen sexo con cualquiera.

A esto se le añade el factor riesgo: en un cuarto oscuro es fácil que te bajen la cartera, el reloj o el celular, siendo esta una broma muy común entre los hombres gays.

Pero volvamos a los Cuartos Violeta: en estos espacios las mujeres buscan la exploración de sus cuerpos de la misma forma que los hombres, pero de forma más segura y protegida. El colectivo “Mamas Les México”, por ejemplo, escribió a propósito de uno de estos eventos, que en su momento se llevaron a cabo en el Teatro-Bar El Vicio, en Coyoacán:

“El Cuarto Violeta es un espacio para conocer chicas e interactuar hasta el nivel que tú elijas. Nuestra propuesta es generar espacios lúdicos, generosos e incluyentes donde mujeres que tenemos sexo con otras mujeres podamos explorar nuestra sexualidad. El cuarto violeta es un espacio lúdico-cachondo donde los límites los consensúa cada una”.

En El Vicio se organizaron varias ediciones de estas fiestas, teniendo diversas invitadas como Ali Gua Gua de Las Ultrasónicas haciendo DJ Set o Fernanda Tapia como Madrina de Honor. Se prometía espectáculo cabaretero, música, pachanga, y, por supuesto, cachondeo.

Consejos para hacer cuartos violeta para lesbianas

Si tienes ganas de vivir la experiencia de asistir a un Cuarto Violeta y no has encontrado un lugar dónde se lleven a cabo, no te preocupes: colectivos como Gafas Violetas —puedes encontrarlas en Facebook— han ofrecido talleres sobre esta modalidad de exploración del erotismo entre mujeres.

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Entre los consejos que ofrecen para realizar los cuartos violeta para lesbianas están los siguientes:

  • Elegir una sede suficientemente amplia, higiénica y bien ventilada, donde todos los lugares puedan ser supervisados a fin de garantizar la seguridad de las participantes. Eso sí, sin generar interrupciones que puedan ser matapasiones.
  • Permitir áreas a media luz y otras completamente oscuras. De esa forma, las participantes podrán elegir aquella área que les haga sentir más a gusto.
  • Permitir las bebidas alcohólicas (estas podrían ayudar a romper el hielo), sin embargo, invitar a las asistentes a no consumir demasiado, pues esto podría incidir en su capacidad de decidir libremente con quién van a interactuar o qué hacer.
  • Usar mobiliario cómodo y que evite posibles lesiones, dado que el lugar se mantendrá a oscuras (ese es el chiste del cuarto violeta).
  • Ambientar con una playlist que favorezca la cachondería.
  • ¡Invitar muchas amigas!

Ahora que ya sabes lo que son cuartos violeta para lesbianas ¿tú le entrarías a uno?