Cuatro de cada 10 mujeres de CDMX o Estado de México han sido víctimas de violencia obstétrica. Gritos, regaños, presión para que les pongan el DIU o cesáreas sin razón médica son los casos más comunes.

Por Silvia Martín González

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Hace casi dos años, Areli no solo fue forzada a ponerse el DIU después del parto, sino que la pasante que le colocó el dispositivo intrauterino lo hizo mal y le causó problemas de salud.

“A mis 26 años podría tener una infección urinaria y una lesión cerca del útero. Mi doctor descubrió que el dispositivo estaba movido y que podía perforar mi útero, por lo que tuve que ser intervenida.

“En el hospital fui amenazada para que autorizara el dispositivo si quería salir. Eso me provocó el problema”, recuerda.

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Maritza también vivió una experiencia que puso en riesgo su vida y la de su bebé.

Al tener un promedio de dilatación lento, el médico la mandó a casa. “Dos horas y media después, mi bebé nació con ayuda de mi inexperta pareja. Desgarrada y con la placenta dentro tuve que ir a otro hospital”, dice.

Estos dos casos no fueron infortunios aislados. Se trata de violencia obstétrica y ambas mujeres fueron víctimas.

Cifras oficiales establecen que 28 mujeres embarazadas han muerto en lo que va de este año.

Las principales causas de defunción fueron covid-19, probable covid-19, edema, proteinuria y trastornos hipertensivos durante el embarazo, el parto y el puerperio, así como hemorragia obstétrica.

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Datos de la Secretaría de Salud federal detallan que 25 de las 28 defunciones ocurrieron en instituciones públicas, como el IMSS o el ISSSTE.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, la más reciente, establece que tres de cada 10 mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto sufrió algún tipo de maltrato por parte de quienes la atendieron.

El mismo documento señala que el Estado y la Ciudad de México ocupan los dos primeros lugares de violencia obstétrica en el país.

¿Qué es la violencia obstétrica?

Este tipo de violencia se definió formalmente en Venezuela en 2007.

Se define como “la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por el personal, que se expresa en un trato deshumanizado, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres”

La violencia obstétrica incluye gritos, ofensas, amenazas, omisiones y castigos.

También se manifiesta a través de procedimientos autoritarios para imponer un método anticonceptivo a las mujeres o para realizar una cesárea, a los cuales se ha llamado “atención no autorizada”, indican los doctores Roberto Castro y Sonia M. Frías, del Centro Regional Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.

La encuesta del INEGI apunta que las principales situaciones que experimentaron las mujeres al ser atendidas durante su último parto son:

  • Gritos o regaños,
  • Se tardaron mucho en atenderlas porque les dijeron que gritaban o se quejaban mucho,
  • Las ignoraron cuando hacían preguntas sobre su bebé,
  • Fueron presionadas para aceptar que les pusieran un dispositivo o que las operaran para ya no tener hijos, y 
  • Las obligaron a permanecer en una posición incómoda o molesta.

Por si fuera poco, la mayoría de casos de violencia obstétrica ocurren en instituciones públicas, como el IMSS, centros de salud y hospitales o clínicas del ISSSTE.

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Cesáreas, otra cara de la violencia

Los casos de violencia obstétrica también se manifiestan a través de procedimientos no informados o que no tienen racionalidad médica, como sucede con el exceso de cesáreas, asegura Nashielli Rámirez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de CDMX.

“La capital es uno de los principales lugares a nivel nacional en el uso de cesáreas para nacimiento”, dice.

Rebeca Loera, coordinadora de Incidencia de política pública de GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida), señala que las cesáreas aumentaron más de 50% el año pasado, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud recomienda un 15% como máximo de nacimientos por ese método.

Agrega que se trata de un problema estructural del sistema de salud más que de responsabilidades individuales.

“Está relacionado con la formación del personal médico, con la disminución de recursos y con personal insuficiente”, dice.

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Roberto Castro, de la UNAM, señala que el origen de la violencia obstétrica es que se opera con patrones masculinos, incluso cuando las que atienden son doctoras.

“El origen está cuando el parto pasó de ser asistido por parteras para ser atendido por hombres, que decidieron que sabían más de este proceso. El parto no quedó al margen de este sistema de patriarcado que se ha desarrollado con los años”, subraya.

Guillermo Ortiz, obstetra experto de Ipas en México y Centroamérica, coincide y agrega que “se quita la autonomía de decidir a las mujeres sobre el parto, ya que se piensa que no van a entender”.

El especialista de la UNAM considera que el problema empeoró a finales de los 70, cuando aumentó la población y se planeó una estrategia para detener ese incremento.

“Todas las mujeres tenían que salir del parto con un anticonceptivo o esterilizadas. Para alcanzar las metas se descuidaron los métodos. Aunque esa política ya no existe, quedó esa inercia”.

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¿En qué va la ley?

La Ley de Salud de Ciudad de México, aprobada recientemente por el Congreso local, “toma en cuenta aspectos relevantes para evitar la violencia obstétrica”, señala Ricardo Fuentes, de Morena.

Para la diputada Alessandra Rojo de la Vega, del Partido Verde, se incluyeron iniciativas como la del expediente clínico materno, que queda integrado dentro del expediente clínico digital.

“En cuanto a la parteria y pacto humanizado en servicios locales, se establece la partería profesional. El acompañamiento a las mujeres también se contempla”.

Sin embargo, la iniciativa de la diputada de Morena, Leticia Estrada, que pretende tipificar en el Código Penal local la violencia obstétrica y la esterilidad provocada aún está en análisis en comisiones.

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Así puedes denunciar casos de violencia obstétrica

Las capitalinas “pueden denunciar penalmente por negligencia médica o esterilización forzada” explica GIRE.

Estas denuncias se pueden presentar en la Comisión de Derechos Humanos de CDMX, en los órganos internos de control de hospitales y en la Comisión Nacional de Arbitraje Médico.

La Comisión de Derechos Humanos capitalina cuenta con 45 expedientes abiertos entre marzo de 2020 y marzo pasado que pueden ser casos de violencia obstétrica.

Esta cifra no tiene precedentes. De 2017 a enero de 2020 solo hubo 8 casos.

Durante el año pasado, el Observatorio de Género y Covid estimó cerca de 130 mil nacimientos, por lo que cabe preguntarse cuántos de esos chilangos empezaron su vida en condiciones de violencia

“Ahora con la pandemia habrá que ver cómo afectó la reestructuración de hospitales a la maternidad”, concluye Rebeca Loera.

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