Tras enterarse de iniciativas de donación de caretas puestas en marcha en otros países, debido a la emergencia sanitaria por COVID-19, Sarah Chong, una estudiante del Tec de Monterrey, y sus compañeros elaboraron equipo médico en impresoras 3D.

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En plena Semana Santa, Sarah Chong, una alumna de la carrera de Ingeniería Mecatrónica, del Tec de Monterrey, campus Estado de México, y cinco de sus compañeros decidieron unirse de manera activa a la lucha contra el COVID-19 en México.

Luego de conocer iniciativas de donación de caretas para personal médico, realizadas en otros países, Sarah puso manos a la obra, tomó su impresora 3D y comenzó con su misión.

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Tras dos semanas de trabajo, Sarah y su equipo ya han elaborado 300 caretas, las cuales ya fueron entregadas de manera gratuita a cerca de 10 instituciones hospitalarias, como el Hospital General de Atizapán de Zaragoza Dr. Salvador González Herrejón, en el Estado de México, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y el Hospital General Dr. Manuel Gea González, al sur de la CDMX, así como en distintas clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Los artículos que Sarah y sus compañeros elaboran no sustituyen a los guantes ni a los cubrebocas, sino que los complementan en la lucha contra la emergencia sanitaria. “Las caretas les brindan protección extra, es como un muro que les permite protegerse aún más para evitar un posible contagio”, explica Sarah en entrevista con Chilango.

La elaboración de caretas comienza cuando se imprime la diadema, proceso que tarda aproximadamente 30 minutos. Posteriormente, Sarah perfora una hoja de acetato y le integra un resorte, que servirá para que la persona que vaya a usar esa careta pueda ajustar el material al tamaño de su cabeza.

Una vez que se cumplió el proceso, cada uno de los artículos se empaca de manera individual y se procede a la entrega. Todo esto se realiza aplicando medidas de higiene y en un área de trabajo desinfectada. Una vez que está todo listo, sigue la donación de las caretas, que se envían a los hospitales mediante servicios de taxi por aplicación o, incluso, hay ocasiones en que el personal de salud acude a recogerlas.

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De acuerdo con la estudiante, tanto la diadema como el acetato pueden sanitizarse después de cada uso, lo que prolonga su periodo de uso. En caso de que el acetato se dañe, puede sustituirse fácilmente por otro.

¿Cómo apoyar en la donación de caretas?

Elaborar cada careta le cuesta a Sarah 30 pesos aproximadamente. Si bien, la joven y su equipo ya tienen 300 hechas, aún están en proceso de armar otras 300 para cumplir con los pedidos que le han hecho hasta ahora.

Hasta el momento, el equipo ha contado con el apoyo de otros compañeros de la escuela; sin embargo, la población en general también puede aportar su granito de arena en este proyecto.

Los jóvenes crearon un perfil en Facebook llamado Care3D, en el que incluyeron un enlace a Money Pool y uno en Donadora; en ambos reciben donaciones económicas. Además, crearon una lista de deseos en Amazon, en la que cualquier persona puede comprar y enviarles los materiales exactos que necesitan para elaborar las caretas.

Si eres personal médico y quieres solicitar este tipo de caretas, también puedes hacerlo a través de dicha página.

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Sarah explica que su meta es poder regalar todas las caretas que sean necesarias, a fin de proteger al personal de salud que está enfrentando esta pandemia.

“Es importante tener iniciativa y ver que nosotros, incluso desde casa, podemos apoyar y unirnos para terminar con todo esto lo antes posible y evitar que se siga contagiando la gente. Estoy muy feliz de colaborar con este proyecto y estoy muy agradecida con toda la gente que me ha estado apoyando con donativos y con mis compañeros que se están sumando a la donación de caretas para llegar a más personas”, detalla.

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