Este lunes 24 de agosto inicia el ciclo escolar 2020-2021 con clases a distancia y con apoyo del programa Aprende en Casa. Según la SEP, dicho plan es exitoso, pero alumnos y alumnas, madres y padres, así como profesores e investigadores tienen otros datos. ¿Cuánto no aprendieron en el ciclo escolar pasado? ¿Cómo les afectará en el futuro?

Por Nadia Sanders @sandersmx

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A sus 11 años, Naomi está preocupada por “no aprender nada en la escuela”. Pasó de la primaria a la secundaria, pero su boleta no refleja el esfuerzo que puso en sus estudios. Esta niña, habitante del Estado de México, considera que trabajó bien el ciclo escolar pasado y cumplió con sus tareas; sin embargo, desconoce cómo la calificaron. Sólo sabe que sacó 7 y eso no le gusta.

Héctor pasó a quinto de primaria, pero tampoco tiene idea de cómo lo evaluó su maestro, un profe muy estricto. “No estaban parejas mis calificaciones. Yo quería salir con puro 8 y 9”, comenta.

Hace más de cinco meses que Naomi, Héctor y otros 800 mil alumnos de primarias en la CDMX no tienen clases presenciales. A partir del 23 de marzo, la pandemia por covid-19 —que ha dejado más de 89 mil casos confirmados y 10 mi 38 defunciones sólo en la CDMX, hasta el pasado 20 de agosto— obligó a las autoridades educativas a suspender la asistencia a los planteles escolares.

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Para paliar la falta de clases presenciales, la Secretaría de Educación Pública echó mano del programa Aprende en Casa, cuyo objetivo es continuar con el plan de estudios, que registraba un avance de 75% hasta marzo pasado, según la propia SEP.

Fue así que el ciclo escolar se reanudó a distancia el 20 de abril. Cada alumno y sus propios medios: videoconferencias para los que tienen internet y computadora, vía WhatsApp para quienes tienen un smartphone y por televisión para aquellos que no cuentan con otra opción.

“No aprendí casi nada”, confiesa Héctor, de 10 años, al ser cuestionado sobre qué tanto le sirvió el programa Aprende en Casa. Y su ecuación es irrefutable: “Las clases en la tele son de una hora, cuando regularmente vamos cuatro horas a la escuela”. En tanto, Naomi siente que va “muy atrasada en sus estudios” porque no está yendo a la escuela.

Al igual que este par de niños, madres, padres, maestras y maestros consideran que los alumnos no adquirieron los conocimientos que debían durante el ciclo escolar pasado.

Dulce Ivonne Martínez, mamá de Naomi y de Británi, de 9 años, dice que los programas de Aprende en Casa no tuvieron el mismo efecto en sus hijas. “Para mi niña que pasó a cuarto sí vi muy bien el programa, eran cosas que ella no sabía y que le interesaban. Para la más grande no sirvió de nada. No tuvo ningún apoyo”, señala.

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Claudia Mancera sabe que su hijo Damián no aprendió todo lo que debía en segundo de primaria; sin embargo, su maestro le puso 10 de calificación y ella no se explica los motivos.

“La SEP reconoce que hubo un conjunto de aprendizajes que el alumno no pudo desarrollar plenamente”, señala el pedagogo Sergio Dunstan.

¿Cómo calificaron los maestros?

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Fotos: Cuartoscuro.

La última parte del ciclo escolar pasado transcurrió entre clases por televisión, actividades por WhatsApp, un montón de tareas y la orden de la SEP a los maestros de no reprobar a muchos alumnos. 

El reto fue enseñar a obtener una raíz cuadrada a niños que no tienen internet en casa, con clases por televisión o recibiendo instrucciones vía WhatsApp.

Carmen Ordax, habitante de la alcaldía Benito Juárez, pasaba horas con su hija Martina estudiando y haciendo las actividades que dejaba el maestro. Les daban las 9 de la noche y no acababan. “En la tele dejaban muchas actividades, el profesor encargaba tarea y la verdad terminábamos tardísimo, incluso hubo días que no acabamos”, comenta.

Para comprobar el avance en las clases a distancia, los profesores tenían que enviar a los directivos de las escuelas “evidencia” de que sus alumnos estaban estudiando. Así que los padres de familia tomaban fotos del niño frente a la tele o cuando hacían la tarea. 

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Al término del ciclo escolar, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, dio luz verde a los maestros para comenzar con las evaluaciones. Una de las indicaciones fue que podían basarse en los dos primeros trimestres del ciclo escolar pasado, considerar la “carpeta de experiencias” del programa Aprende en Casa y el esfuerzo de cada alumno. 

Al final, las evaluaciones generaron sentimientos encontrados y uno que otro coraje.

Flor Torres, quien tiene dos sobrinos en escuelas distintas en Ciudad Nezahualcóyotl, considera que el cierre del ciclo fue un caos. “Muchos niños se aplicaron, pero hubo quienes que no entregaron nada. El profesor decidió que iba a calificar por honestidad —comenta— Si la mamá decía ‘mi hijo hizo 8 trabajos’, el profesor le creía, no pedía evidencia y la calificación final era 8”. Eso ocurrió en la escuela de su sobrino Maty, que pasó a segundo de primaria.

Pero en la escuela de su sobrino Beto, el director sí exigió los trabajos. “Al final los padres ya estaban tan cansados que no decían nada. Los que trabajaban, como mis sobrinos, pues sí se indignaban”.

Miriam N, cuyo nombre real no damos a conocer por su seguridad laboral, es maestra en una colonia con altos niveles delictivos y problemas sociales en la alcaldía Venustiano Carranza, en Ciudad de México. La profesora cuenta que solo cinco de sus 25 alumnos le enviaron las tareas el pasado ciclo escolar. “Si seguimos en clases virtuales, seguiremos en el fracaso. Si en vivo y a todo color no hacen caso, imagínate a distancia”, dice.

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¿Qué tan efectivo es el programa Aprende en Casa?

Fotos: Cuartoscuro.

Para el secretario de Educación, el éxito del programa Aprende en Casa se mide en función de la cantidad de alumnos que vieron los programas de televisión. Entre 8 y 9 de cada 10 estudiantes, de acuerdo con cifras oficiales. 

Otro indicador del éxito, según la SEP, es la encuesta realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Dicho ejercicio, aplicado a mil 680 personas, establece que siete de cada 10 alumnos que tomaron el programa dijeron sentirse satisfechos con el mismo.

Pero investigadores en temas educativos consideran que el plan emergente no puede calificarse como exitoso.

“Yo tengo otra información”, señala Arcelia Martínez, académica en el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana, quien ha sostenido grupos focales con maestros en distintas regiones del país.

“La mayoría de maestros no reporta que haya utilizado Aprende en Casa”, dice y agrega que muchos profes le revelaron que se mantuvieron en contacto con sus alumnos a través de WhatsApp, llamadas, videos o lo que tenían a la mano.

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También hubo otras quejas de los maestros. Por ejemplo: había temas en los programas de televisión que los estudiantes ya sabían y les resultaban aburridos, mientras que otros docentes consideraban que la enseñanza en televisión iba muy rápido y no le daba tiempo a los estudiantes para tomar notas.

Para Manuel Gil Antón, profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, Aprende en Casa no garantizó el aprendizaje. “No hicimos educación a distancia. Hicimos, con precisión, escolarización remota de emergencia”, señala.

Gil Antón ha sido crítico del plan de la SEP por homologar el sistema educativo a todo el país, a pesar de la brecha de desigualdad social y las condiciones de cada zona y sin tomar en cuenta la experiencia docente en la práctica.

“Tratamos de meter los salones a las casas sin tener el control que tienen los profesores. Entonces, nos asegurábamos de que los niños estarían ocupados haciendo tareas que no tenían sentido, pero que duraban tiempo”, señala.

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¿Por qué es importante la primaria?

El aprendizaje en la primaria es esencial para que las niñas y los niños continuén con sus estudios y eviten la deserción escolar cuando lleguen a secundaria o a preparatoria, coinciden especialistas.

“Estos niños son los que van a sufrir más en términos de aprendizaje y en unos años son los que más van a abandonar en secundaria o en nivel medio superior”, asegura Rafael de Hoyos, socio- fundador de Xaber, una organización de la sociedad civil especializada en educación.

El también profesor del ITAM destaca que millones de niños y jóvenes están escolarizados pero no aprenden. “No saben comprender textos, no saben hacer operaciones matemáticas básicas para abordar problemas del mundo real.”, dice.

Además, los niños que no tienen internet o cuyos padres no tienen los conocimientos ni tiempo suficiente para ayudar a sus hijos en el proceso de enseñanza-aprendizaje son a quienes más les va a afectar este periodo, advierte.

Manuel Gil Antón asegura tajante: “México siempre le ha dado la peor educación a quien más lo necesita y la mejor a quien menos la requiere”.

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¿La tele educa?

Fotos: Cuartoscuro.

A principios de agosto, el gobierno federal y los concesionarios de las tres principales señales de televisión abierta del país anunciaron que el nuevo ciclo escolar inicia este 24 de agosto, sin clases presenciales, pero con videos transmitidos por canales de tv abierta.

Tras el anuncio, Miriam, la maestra de primaria, es poco optimista sobre el modelo implantado por la SEP por dos razones: desconoce si los programas de televisión serán compatibles con el de los profesores y porque no todos los padres ponen interés en la educación de sus hijos

“He tenido contacto con dos papás que están muy preocupados y creen que esto no va a funcionar. Vamos a hacer creer que sí funciona y que los niños aprenden, pero claro que no”, comenta.

“Todo es para que digan que México, a pesar de las condiciones, continúa con la educación, pero no piensan en las escuelas públicas. En una escuela privada sí puede funcionar la educación a distancia pero en una pública, no”, comenta.

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¿Qué se puede hacer en este ciclo escolar?

Tras meses de clases a distancia, la principal preocupación de los padres y madres es que sus hijos se queden rezagados y les afecte en el futuro. Sin embargo, según especailistas, sí hay luz al final del túnel.

Los investigadores detallan que hay que enfocarse en los conocimientos básicos que se adquieren en la primaria. Eso quiere decir que si un niño sabe leer y comprende la lectura, va bien. Igual pasa con una niña que además de saber sumar y multiplicar, sabe cómo aplicarlo en su vida diaria.

Para Rafael de hoyos, la SEP “se tiene que enfocar en reducir la proporción de alumnos que no están adquiriendo habilidades básicas y darle atención específica a aquellos niños que sabemos que tenían déficits de aprendizaje desde antes de la pandemia (…) Esto tendrá el doble beneficio de mejorar las condiciones laborales futuras de estos estudiantes y mejorará sus trayectorias educativas”.

Para el investigador Gil Antón, la pandemia es una oportunidad para transformar el modelo educativo en México. “Aprovechemos para hacer proyectos, para soltar a los profesores y que ellos digan cómo hacemos para tener contacto con los estudiantes”.

Este es el contexto y el reto que preocupa a miles de padres de familia y que Naomi enfrentará hoy, durante su primer día de clases en la secundaria. Ella tiene el deseo de ir muy bien en la escuela, pero teme “no aprender nada”.