Palacio de Bellas Artes

Al entrar estarás en la sala de conciertos donde los cantantes de ópera Margarita Ortiz y José Sosa, madre y padre de José José, alternaban con María Callas o Nicola Rossi-Lemeni. Al pequeño lo llevaban a los ensayos: desde una butaca vislumbraba su destino.

Califa del León

Asfixiado por los changarros de San Cosme, al Califa de León, taquería de medio siglo, acudía en sus días de fama estruendosa tras cantar en El Patio. Diminuta y práctica, solo ofrece tacos de costilla, bistec y gaonera, de carne frita en mantequilla. Entre claxons, de pie, conocerás las delicias que saboreaba de madrugada con su esposa Anel, su cuñado Manuel y “Jorgito”, su asistente.

Clavería

La infancia y juventud de José José sucedió en Clavería, colonia de Azcapo con casas californianas de porches. Platicaba con cuates y tocaba la guitarra en el “Parque de los Vagos”. Habitada desde la Conquista por militares españoles a quienes Cortés premió con tierras por la caída de Tenochitlan, se urbanizó con familias ricas del Porfiriato. En una casa de la calle Tebas se fincó el matrimonio de Margarita y José. En 1948 nació su primer hijo, José Romulo. Su gran amigo de la niñez, Leo Villalobos, le regaló en este rincón del norte el acetato “Los grandes años”, de Johnny Mathis. Ese LP de 1964 cambió su vida. “Lo aprendí por completo con la dificultad de la respiración y las notas largas. Me reveló mi capacidad para cantar”, contó. A pasos de su cuarto estaba (está) Abarrotes La Moderna, que vendía Ron Batey, la bebida que —contó él mismo— lo inició en el alcoholismo.

Colonia Portales

De chico, tomaba su bici y desde su casa en Azcapotzalco viajaba a la Portales, donde era obrero en un taller litográfico como los que abundan en el cuadrante de Eleuterio Méndez, Ermita, Tokio y Alhambra. Ahí procesó para Discos Gamma las tapas de los LP del español Raphael.

El Señorial

Hoy acaso verás un farolito, edificios comerciales, pero si vas a Hamburgo 188, en Zona Rosa, estarás en lo que fue El Señorial, donde debutó en los 60 como cantante profesional con el trío de jazz Los PEG. Con su primer sueldo compró instrumentos Fender, su primer auto y sacó a su mamá de la Súper Cocina, la fonda que dirigía.

Instituto Estado de México

El debut de José como cantante fue en el patio de la escuela de Floresta 134. En ese lugar de Clavería sobrevive la fachada de piedra por donde ingresaba con su mochila. Los maestros del Instituto Estado de México notaron su genialidad vocal, por eso lo hacían cantar el himno los lunes ante sus compañeritos de uniforme guinda.

La Música

Si hiciste la ruta de José José y vuelves a casa, antes de dormir oye la música que lo marcó:

  • Chubby Checker: José oía “Let’s Twist Again” en voz del creador del twist, escondido de su padre: no toleraba su gusto por música “inculta”.
  • Pedro Infante: Escuchaba obsesivamente el tema 100 años que interpretaba el actor mexicano, cuya letra bien pudo ser de José: Me duele hasta la vida / saber que me olvidaste / pensar que ni desprecios / merezca yo de ti.
  • Paul Anka: En 1974, su amigo canadiense le cedió el tema “Let Me Get To Know You”, y José lo cantó como “Déjame conocerte”. El éxito estrepitoso de esa canción catapultó su fama: ya nunca volvió a ser una persona normal.
  • “Pepe” Jara: En los 60 hacía reuniones con amigos, entre los que estaba su maestro, cuyo gran éxito fue “El Andariego”. “Mi querido ‘Pepe’ Jara, que tanto admiré, llegaba y decía: Voy a cantarles mil pesos. De a centavo la canción.  Ahí nos estábamos oyéndolo 15 días.¡Dios mío! 15 días”, contaba.

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