¿Te la pasas comiendo o sientes que comes de más durante el confinamiento? No culpes a tu estómago. La respuesta está en tu cerebro y es que el encierro provoca emociones negativas que buscamos consolar mediante la comida. EnChilangote explicamos qué es el hambre emocional en la cuarentena y cómo puedes evitarla.

Este fenómeno “se presenta cuando una persona lidia con sus emociones a través de la comida. Es algo normal, todos lo hacemos en mayor o menor medida y normalmente son patrones que desarrollamos desde la infancia”, explicala especialista en nutrición clínica Irasema Vázquez Anselmo.

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Por ejemplo, explica la especialista, cuando una persona tiene un problema, los demás lo consuelan con alimentos, dulces o galletas. Esto no necesariamente representa algo malo, dice Vázquez Anselmo, pero advierte: “El problema viene cuando lo hacemos descontroladamente y puede convertirse en una enfermedad. Si no encuentro una manera saludable de lidiar con mis emociones, puedo comer demasiado y esto puede provocar enfermedades como diabetes, hipertensión o un cuerpo con cúmulo de grasa”.

¿Por qué padecemos hambre emocional en la cuarentena?

Ante la incertidumbre de cuándo acabará el confinamiento, es común experimentar emociones como estrés, ansiedad, depresión, miedo, entre otras, las cuales canalizamos de diversas maneras. Si no sabemos manejarlas de forma adecuada, podemos recurrir a los alimentos para controlarlas y lograr cierta estabilidad emocional, explica la especialista.

“El alimento confiere consuelo, porque se siente bien alimentarnos con algo que nos gusta. Desafortunadamente no es un consuelo duradero y se vuelve un ciclo en el que vuelves a comer”, agrega.

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A diferencia del hambre emocional en la cuarentena, que la puedes identificar porque comes y comes a pesar de estar satisfecho, el hambre física es una sensación diferente, aclara la nutrióloga, quien señala que ésta última no es fácil de describir, ya que cada persona lo vive de manera diferente.

“Cuando se presenta el hambre física nuestro estómago se ha vaciado de alimentos y nuestros niveles de glucosa en sangre han disminuido. Si no hay suficiente glucosa para alimentar al cerebro, que es el órgano más demandante de la misma, se desatarán las señales de hambre física”, explica.

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Si la necesidad es física, las células mandan una señal al cerebro para que produzca la sensación de hambre y podemos experimentar temblor del cuerpo, dolor de cabeza, un hueco en el estómago, mareo, mal humor o incluso poca energía y falta de concentración, detalla Irasema Vázquez.

Cómo evitar comer por comer

  • Identifica qué emoción estás sintiendo y ponle nombre. Antes de comer, sé sincero contigo mismo y pregúntate: “¿Qué tipo de hambre estoy sintiendo?” Por ejemplo si ya pasaron tres o cuatro horas de tu comida anterior, es hambre física. Otra pregunta que te puede ayudar es ¿del 1 al 10, cuánta hambre tengo realmente?
  • Tras comer, responde la siguiente pregunta: ¿Qué emoción siento en este momento? ¿Es una positiva como alegría, satisfacción, una neutra o una negativa como ansiedad, miedo, frustración o tristeza?
  • No evadas las emociones, “haz contacto” con ellas, reconócelas y afróntalas.
  • Una vez identificadas, pregúntate: ¿Comer hará que esta emoción se vaya, o sólo me calmara por un instante? Si la respuesta es la segunda, probablemente no vale la pena que le des una buena mordida a eso que se te antojo.
  • Lleva un diario en el que puedas expresar tus emociones e identificarlas con precisión.
  • Nombra cuánta hambre física tienes del 1 al 10. Lo ideal es que te alimentes antes de estar en el nivel 10, ya que eso puede provocar que pierdas lucidez y comas lo primero que encuentras.

Si tienes dudas sobre cómo distinguir el hambre emocional en la cuarentena, puedes contactar a la nutrióloga Irasema Vázquez a través de un mensaje de WhatsApp, al número 555195-0266.

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