Cuando se piensa en cómics de inmediato vienen a la mente súper héroes o personajes de fantasía de grandes marcas. Sin embargo, los cómics mexicanos no se queda atrás; ha tenido variedad de calidad, temas y sabores.

Hacemos un recorrido por las algunas de las más conocidas, recordadas y que son parte de un tiempo en el cual papel y tinta eran la mayor fuente de entretenimiento; pues no había redes sociales para estarse peleando con gente desconocida ni se veía el número de reproducciones o likes como un logro en la vida. 

1. Novelas inmortales

Cómics mexicanos

Para mucha gente fue la entrada a la literatura; pues este cómic de Novedades Editores imprimía obras de Julio Verne, Daniel Defoe, Víctor Hugo, Alejandro Dumas y muchos más. Todo en un formato accesible. Era fácil de leer, de transportar y sus ilustraciones facilitaban la lectura. Además de la obra principal, también contenía información biográfica del autor, lo que elevaba su estatus y la separaba del Libro Vaquero. Tuvo 900 números y una hermana a todo color: Joyas de la Literatura.

2. Libro vaquero

Uno de los Cómics mexicanos más amado y odiado en partes iguales “The Cowboy Book” es conocido por sus historias ubicadas en el “lejano oeste”. Fue el primer cómic de bolsillo y es muy famoso debido a su contenido erótico y romántico. Incluso, podríamos decir que las mujeres son las verdaderas protagonistas, pues siempre son parte del argumento central, aunque solo como objeto de deseo o conflicto de los vaqueros y los nativos. Su estilo ha sido siempre imitado y jamás igualado; también ha incluido en el desarrollo de sus tramas a personajes como el escritor Jordi Soler y el editor Yuri Herrera.

3.  Capulinita

Capulina tenía su propio multiverso en los cómics mexicanos: antes de la versión mini, el cómic se hacía en gran formato y también aparecía Viruta. Cuando tronaron, se lanzaron Las Aventuras de Capulina, además de Foto Capulina que fue “la primera fotonovela para niños” y Aventuras de Capulinita, conocido simplemente como Capulinita; material de lectura obligado de la infancia ochentera mexicana.

En las páginas de ese pequeñísimo y compacto cómic, de ahí su nombre, el corpulento protagonista vivía toda clase de aventuras con su abue. En sus páginas ambos veían las “telecomedias”, Capu buscaba trabajo (rogando a dios no encontrarlo) y hasta se iban de vacaciones, como aquel recortadísimo viaje a Acapulco en el que se hospedaban en el hotel “Trompa Chica”

4. Hermelinda Linda

Quizá la recuerdes por sus dos pelis protagonizadas por Chachita. Pero originalmente fue uno de los Cómics mexicanos más exitosos. Se llamó Brujerías y fue una historieta satírica bastante exitosa. Se trataba de una bruja que pese a la falta de atractivo físico, se valía de su inteligencia, pócimas y hechizos. Los cuales provocaban que se transformara en una mujer joven y sensual, quien atraía a diversos hombres en pro de su cometido. Gracias a su magia, estos se convertían en sus sugar daddies: a través de ellos lograba viajes, favores y regalos. Entre sus páginas jamás faltó el humor negro, el doble sentido y las mujeres semidesnudas. 

5. Videorisa

Otro de los cómics mexicanos favorito de la chaviza ochentera. Prohibido por padres y madres asustados de su contenido lleno de doble sentido. Además de ser considerada como “muy fuerte y vulgar”. Si bien mezclaba un lenguaje soez y una estética medio chafa, sus sátiras eran gloriosas; “Mazinger Jeta”, “La guerra de las garnachas”, “Bobo Gigio”, “Raza Sésamo” y “Los Mafufos”; conquistaron a toda una generación, que al igual que en su juventud, aún busca desesperadamente sus números y sigue riendo con su procacidad que hoy resulta súper light.

6. Memín Pinguín  (también conocido como Pingüín)

En la actualidad sería imposible que saliera porque es problemático por donde se le mire; desde los rasgos exagerados y francamente racistas de Memín y su Malinda, hasta su argumento. Su creadora, Yolanda Vargas Dulché, lo describía como; “un negrito simpático” y por simpático se refería a un estudiante mediocre, ingenuo y medio mañoso. 

“Carlangas”, “Ernestillo” y “Riquis”, eran sus amigos. Todos blancos y sin rasgos distorsionados, que muestran un constante desprecio a su presencia. Vargas Dulché también dijo haberse inspirado en los niños cubanos que  conoció durante un viaje a la isla… Lo cual, en la actualidad le habría traído una cancelada de aquellas.

7. La familia Burrón

Las aventuras de esta familia eran un buen espejo donde las familias mexicanas de su época podían mirarse, especialmente en su situación económica y sus aspiraciones de clase. El mayor deseo de Borola Tacuche era abandonar la vecindad en el Callejón del Cuajo número chorrocientos, y regresar “a la jai”, (high society) a la que pertenecía. 

Casada con Regino Burrón; este no podía pagar los selectos gustos de su mujer, por lo que “La Boro”, iniciaba constantes emprendimientos. Desde ser “encueratriz”, hasta fabricar una nave espacial con una licuadora, o inaugurar una línea de “taxis flotantes” para aprovechar las ya clásicas inundaciones en la Ciudad de México.

8. Karmatrón y los Transformables

Ciencia ficción con elementos fantásticos y a la mexicana. Karmatrón y los Transformables fue creada por Óscar González Loyo, se publicó por primera vez en 1986 y llegó a 298 ejemplares. Además cuenta con dos novelas gráficas de edición limitada. 

De absoluto culto y objeto añorado de coleccionistas tuvo una marcada influencia del anime, que siempre ha tenido su pegue por acá. El protagonista era Zacek, emperador de los Zuyua y poseedor del Kalpé-om, un cinturón que le permite transformarse en un poderoso gigante metálico: Karmatrón, así defendía al universo de la amenaza de Asura, monarca del planeta Metnal y del Amo de las Tinieblas.

Para ello cuenta con Guerreros kundalini y con los nobles Guerreros Estelares, mejor conocidos como los Transformables.

9. Kalimán

Se dio a conocer a través de la radio y de ahí se mudó a las páginas de los cómics. El protagonista es el séptimo hombre de la dinastía de la diosa Kali y lucha contra el mal acompañado de un niño también egipcio, descendiente de faraones, llamado Solín. Era una especie de Batman con turbante; una niñez tempestuosa, viajes por el mundo y entrenado en artes marciales como judo, karate y Jiu jitsu, al igual que el hijo de la dinastía Wayne, se dedica a hacer justicia en donde se requiera y enfrentando a cualquier enemigo, sin quitarles la vida, nomás metiéndoles un calambre. 

Su famosísima frase: “Serenidad y paciencia” aún es repetida.

10. Fantomas, la amenaza galante

Este ¿superhéroe?, ¿antihéroe? parisino, cuenta con 12 hermosas ayudantes, todas con nombres del zodíaco, igualmente, el profesor Semo, le tira paro creando accesorios y diversas tecnologías. Este cómic se distingue por mezclar eventos históricos reales con ficción.

Fantomas es una especie de Robin Hood pues comete fechorías para combatir la pobreza o financiar a universidades y bibliotecas. Sus historias tienen de todo: ciencia ficción, drama, comedia, robos y fraudes. Asimismo, el protagonista se codeaba con Gabriel García Márquez, Mahatma Gandhi, Alfred Hitchcock, Julio Cortázar, Karl Marx, también salía con Jane Fonda, Liz Taylor o Brooke Shields, ahí nomás.

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