Visitar a un familiar o amigo que se encuentre internado en el Hospital Juárez implica hacerlo con nervios de acero. Además de la preocupación que se tiene respecto a su estado de salud, hay temor por confirmar que la leyenda de La Planchada no es un cuento de los abuelos. ¿Qué harías tú si el fantasma de una enfermera ha aparecido en tu vida y ni cuenta te diste?

La leyenda de La Planchada

Se han creado varias versiones acerca de ella. La más alarmista para película de terror tiene que ver con el espíritu de una mujer maldita que, tras un pacto con el diablo, aprovecha las noches para asesinar enfermos asfixiándolos o suministrándoles medicamentos en altas dosis. Pero hay otras que le ponen nombre y pasado a una historia más noble y apegada a la realidad, aunque no por eso deja de asustar.

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Cuidado con el corazón

leyenda de la planchada CDMX

Foto: Facebook La Hora Macabra con felina

Pacientes a los que se les olvida tomar sus medicamentos por las noches, o que requieren de atención urgente, reciben la visita de una enfermera vestida con su atuendo perfectamente planchado y almidonado. Se trata de una mujer de bello rostro y que es amable en su trato. De igual forma se dirige al familiar del enfermo para decirle que todo está bajo control.

La enfermera aprovecha esos momentos con los pacientes o familiares para contarles su pena, un mal de amores. Ellos, aparte de escucharla, le recomiendan que se olvide del patán que jugó con sus sentimientos ilusionándola con boda, pero que la dejó para irse a casar con otro querer.

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A la mañana siguiente, cuando los pacientes o familiares preguntan dónde y cómo está la atenta y guapa enfermera del corazón roto que labora en horario nocturno, personal del hospital tienen que decirles la verdad: no existe una mujer como la que describen. A expensas de causar un infarto por la revelación, les informan que han sido víctimas de la leyenda de La Planchada.

Morir de (des)amor

leyenda de la planchada

Foto: Facebook Historias de Terror

A principios del siglo XX, Eulalia tenía una vida plena. En el Hospital Juárez, llamado Hospital de San Pablo en el siglo XIX, se desempeñaba con esmero en el cuidado de los pacientes que atendía, estaba feliz con su trabajo. Soltera y sin preocupaciones, su vocación era su pasión. Le guardaba tanto respeto al uniforme que portaba que no se lo ponía si no estaba planchado.

Todo cambió cuando apareció Joaquín, un joven médico con ambiciones que recién se integraba a la plantilla laboral. Apuesto él, no tardó en cautivar a Eulalia y a muchas mujeres más. Era el prospecto ideal de las damas que soñaban en casarse con un buen hombre y profesionista.

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Eulalia y Joaquín comenzaron una relación. Al poco tiempo, él le propuso matrimonio. Perdídamente enamorada, ella creía todo lo que le decía él, por lo que no reparó en el traje de etiqueta que él vistió para usar en un seminario fuera de la ciudad, un atuendo que solamente se estilaba para celebraciones importantes y no eventos académicos.

Contenta por la idea de llegar vestida de blanco al altar, Eulalia se enteró por medio de un compañero que Joaquín había renunciado al hospital y que se había ido de la capital a otro estado con su esposa; el traje de etiqueta lo utilizó para casarse con una mujer con quien mantenía un noviazgo desde antes de andar con Eulalia.

Eulalia no soportó la noticia y entró en una severa crisis de depresión. Dejó de atender a sus pacientes, se descuidó por completo en todos los sentidos y fue muriéndose lentamente por afectaciones en su salud. Tuvieron que internarla en el mismo Hospital Juárez para intentar salvarle la vida, sin embargo, no resistió. Y así surgió la leyenda de La Planchada.

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Alma en pena

enfermera de la leyenda planchada

Foto: Facebook enfermero enamorado

Desde entonces, su espíritu vaga por el hospital con uniforme planchado para ayudar a los enfermos. Quizá se sienta culpable de los pacientes que fallecieron porque los dejó de atender, quizá sea su manera de resarcir ese daño. Aprovecha para contar su historia y, de paso, para contribuir a que en el Hospital Juárez siga vigente la leyenda de La Planchada, una enfermera que nunca sabes cuándo se te va a aparecer.

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