Esta semana te contamos la historia de la leche radiactiva de la Conasupo. Quizá la mayoría de ustedes era muy pequeño para recordar la tragedia radiactiva que sacudió Europa hace 30 años, pero la miniserie más aclamada en IMDB, sucesora del éxito de Game Of Thrones, dueña del streaming y la tele de paga por igual, Chernobyl, ha puesto —de nuevo— el dedo en la llaga.

¿Cómo el desastre de Chernóbil llegó a México?

Primero lo primero, antes de citar algunas leyendas urbanas —que tristemente se volvieron realidad— cómo las varillas contaminadas con radiación, el cáncer de Pedro Armendáriz, y por supuesto, la leche contaminada de la Conasupo. Esta historia es verdad: la leche en polvo importada desde Irlanda estaba contaminada por la nube radiactiva generada por el accidente Chernobyl, en 1986.

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A pesar de que la OMS advirtió sobre la adquisición de productos que pudieron estar expuestos a la radiación, México (ganando como siempre) compro a Irlanda cerca de 40.000 toneladas de leche en polvo, además de mantequilla, que fue distribuida entre 1987 y 1988 por la Conasupo. Aquel extinto programa del gobierno que alimentaba a los chilangos a precios muy bajos.

Dichos lácteos ingresaron a México por el puerto de Veracruz y se presume que la leche radiactiva pudo ser distribuida por 30 empresas diferentes en México.

Al ser de consumo popular, quizá miles de niños, estuvieron expuestos a la leche en polvo —que pudo estar envenenada— y en algunos casos pudo derivar en cáncer infantil o la muerte. Toda esta información vio la luz los reportajes de el diario Proceso, allá por 1988. (Aquí las historias).

¿Qué pasó con la leche radiactiva de la Conasupo?

Incluso existen publicaciones dedicadas al tema, Guillermo Zamora, escribió el libro Caso Conasupo: la leche radioactiva, el crimen más atroz contra el pueblo mexicano, donde señala que de 1987 a 1997, el cáncer infantil en México se disparó un 300%, causando la muerte de 270 pequeños, de los 900 casos contabilizados para la investigación.

Alba de 15 años y Maribel de 13, murieron en 1997 y 1999 respectivamente,  sus papás aseguran que las niñas ingirieron la leche contaminada en fechas que coinciden con la compra de insumos a Irlanda. Ambos padres piden se abra una investigación con la finalidad de saber si la leche radiactiva de la Conasupo fue causante de su muerte.

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El diario Proceso reveló la relación comercial entre el Consejo Irlandés de Lácteos y la Conasupo en sus reportajes, después de ello, entre un mar de negaciones y omisiones por parte de ambos gobiernos, México devolvió la leche presuntamente contaminada para Irlanda en 1998 pero ya era tarde.

Fue tarde para muchos niños que tomaron su leche radiactiva de la Conasupo, se fueron a dormir probando un vaso de leche contaminada por la tragedia de Chernóbil. Ahora ya lo sabes, la ficción casi siempre supera la realidad.