Toda buena leyenda tiene su origen en un suceso real y la del Árbol de los colgados en la CDMX no es la excepción, pero la historia que la inspiró es una de las más crueles de la capital.

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La historia del Árbol de los colgados en la CDMX

Durante el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, antes de que la plaza central de Tlalpan se construyera, un pequeño terreno de árboles fue el destino de muchos ladrones y bandidos en la zona.

Debido a sus crímenes, el general Tomás O’Horan, quien era el prefecto de Tlalpan y posteriormente fue fusilado por las tropas de Benito Juárez como traidor a la Patria, ordenó que se les colgara en los árboles de lo que ahora es el Jardín Principal de la actual alcaldía. Uno de ellos es el Árbol de los colgados en la CDMX.

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Sin embargo, no sólo delincuentes fueron sentenciados a perecer en los árboles. Cerca de 1865 se organizó una conspiración para quitar del poder al archiduque Maximiliano y liberar al país de las fuerzas extranjeras.

Esta tuvo un giro inesperado cuando los conspiradores fueron descubiertos, detenidos y sentenciados a muerte. Tras fusilarlos, la fuerza imperial colgó sus cuerpos en el famoso Árbol de los colgados en la CDMX.

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La leyenda del Árbol de los colgados en la CDMX sigue viva

Desde este día, la población tlalpense asegura que al llegar la madrugada se escuchan desgarradores lamentos de las mujeres que perdieron a un ser querido ese día y, en ocasiones, incluso se pueden ver siluetas fantasmales en el árbol, por lo que muchos vecinos no se aventuran a cruzar el jardín pasadas las doce de la noche.

Aunque el Árbol de los colgados en la CDMX ya no es tan frondoso como antes, este todavía se mantiene en pie frente de la Iglesia de San Agustín de las Cuevas. Lo acompaña, ahora, una placa que preserva la historia y cita: “Nombres de los compatriotas que fueron ahorcados en este árbol: Coroneles Dr Felipe Muñoz y Vicente Martínez, Mayor Manuel Mutio, Capitán Lorenzo Rivera, Teniente José Mutio”.

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