A los chilangos ya se nos hizo costumbre ver el cielo en un tono medio gris, medio amarillo, como nublado y no. Ya a nadie le extraña. Llevamos más de 30 años sufriendo problemas de contaminación. Uno de los casos más graves los vivimos a comienzos de 1987, cuando “de la nada” aparecieron miles de pájaros muertos en la CDMX.

contaminación en los 80

Después del terremoto de 1985, la ciudad comenzó a ser poblada con mayor intensidad en zonas periféricas. La cantidad de autos rondaba los tres millones y no había una preocupación real por el problema de la contaminación ambiental. Quizá ni hoy en día la hay.

De ‘La región más transparente,’ como diría Carlos Fuentes de la capital chilanga, ya no queda ni rastro.

Vista aerea de la CDMX y la contaminacion

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La aparición de pájaros muertos en la CDMX

A finales de 1986 comenzaron a aparecer las primeras aves muertas en la CDMX, pero nadie ponía atención. Fue en febrero de 1987 cuando los pájaros muertos se multiplicaron por cientos, literal, se les podía ver caer de los árboles.

Hasta ese momento fue cuando tanto autoridades chilangos en general, comenzaron a manifestar preocupación por la situación. Se nos estaban acabando las aves y nadie tenía una explicación de por qué estaban sucediendo las muertes.

A los pocos días se alertó de los riesgos para la población más vulnerable: niños y personas de la tercera edad. El Movimiento Ecologista Mexicano (MEM), encabezado por Alfonso Ciprés Villareal, habló del riesgo que la población estaba viviendo.

En conferencia de prensa, Alfonso Ciprés señalaría que: “Las aves son los seres más sensibles a la contaminación y por ello constituyen un termómetro de los altos niveles que está alcanzado en la capital de país.”

También señaló que la inversión térmica también ha provocado la extinción de especies como la calandria, el gorrión mexicano y hasta de las palomas mensajeras. Aves que prácticamente desaparecieron de la CDMX.

A mediados de febrero, tarde como siempre, las autoridades capitalinas, en voz de Manuel Camacho Solís, titular de la entonces Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, aceptó que la muerte de las aves se debía a la contaminación.

Afortunadamente no se presentaron decesos de personas que se pudieran vincular directamente a la contaminación.

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Otro poco y los chilangos nos quedamos sin pajaritos

El MEM dio a conocer que alrededor de 120 especies de aves en el Valle de México estaban en peligro de extinguirse. La contaminación de esos años estaba dejando estragos fuertísimos.

En las aves se encontraron contaminantes como plomo, berilio, asbesto, cadmio y radón. Así de “limpiecito” estaba el aire que respiraban los chilangos y es posible que lo sigamos respirando.

Aunque la alarma fue mucha, poco a poco se dejaron de ver pájaros muertos en la CDMX. Tanto autoridades como ciudadanos fueron perdiendo la atención en el tema. La consecuencia: el problema nunca se solucionó, los chilangos seguimos respirando el mismo aire contaminado.

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