Llegó la esperada y postergada fecha, la de la reapertura de los restaurantes de la CDMX. Desde el 1 de julio, los comensales ya podemos ir a comer a nuestro restaurante favorito; eso sí, de la mano de estrictas medidas de bioseguridad e higiene, tanto para los restaurantes como para los visitantes.

Comer en la Ciudad de México ya no será igual. Ya no veremos restaurantes llenos ni sobremesas prolongadas, tampoco música y en algunos lugares incluso habrán barreras físicas entre comensales. Los requisitos para entrar a un restaurante serán el uso de cubrebocas (careta y guantes), la toma de temperatura y responder cuestionarios sobre el estado de salud del comensal. Esta será nuestra nueva normalidad en restaurantes.

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Para poder abrir, los restaurantes tuvieron que cumplir con las reglas de operación presentadas por el gobierno local y la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos (Canirac). El protocolo Mesa segura indica que todos los restaurantes deberán ejecutar medidas de sanitización y limpieza extraordinarias, tener disponible gel antibacterial, el personal debe usar cubrebocas y caretas todo el tiempo, las mesas deben estar separadas entre sí, no debe haber menús físicos, entre otras.

Este es un recorrido a través de algunos restaurantes de la ciudad.

Reapertura de los restaurantes en la CDMX: El Parnita

Antes de la pandemia de covid-19, en El Parnita (Yucatán 84, Roma Norte) solía haber fila para entrar. El lugar siempre estaba rebosante de comida y comensales hambrientos. Entre sus mesas —bien pegaditas entre sí para darse abasto—, iban y venían sin parar platos llenos de chistorra, ceviche de camarón, tlacoyitos, tacos, tortas y chelas. Su buena fama no era gratuita.

En su reapertura en la nueva normalidad había una pequeña fila de comensales esperando a entrar. El proceso de acceso fue similar al que aplican en algunos supermercados: cada cliente debe limpiar la suela de sus zapatos en un tapete sanitizante, colocar gel en sus manos y toma de temperatura.

Adentro ya no hay bullicio, sino mesas separadas por al menos 1.5 metros de distancia. No hay tazones con salsa, saleros, servilleteros ni cubiertos; estos los proporcionan solo cuando el cliente lo pide.

“El proceso durante el cierre del restaurante fue complicado porque tuvimos que adaptarnos al sistema delivery, del cual no éramos especialistas. Sin embargo, gracias a la fidelidad de los clientes pudimos sortear esa etapa”, dijo a Chilango Audel Medel, subjerente del restaurante.

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En este regreso de las actividades se espera que tanto los clientes asiduos como la sociedad en general recuerde que la mejor estrategia para reactivar la economía nacional es consumir local. 

 “En la reapertura existe la oportunidad de consumir local, dentro de la zona de la Cuauhtémoc hay varios restaurantes que hemos aguantado los tres meses haciendo entregas a domicilio, así que estaría bueno que se dieran una vuelta por la zona, ya que somos un colectivo que ha luchado para no despedir a ningún empleado”, concluye Paulino Martínez, uno de los dueños del Parnita. 

Superette

A unos minutos del Parnita se encuentra Superette (Michoacán 181, Condesa), el primer bar de sidras, crepas y galettes de la ciudad. Cuando llegó la pandemia, este restaurante tenía apenas medio año de existencia… pero resistió.

“Cerrar un lugar siempre es un problema porque te cuesta con las mercancías que ya no vas a vender —dijo Julien, dueño del local—. Además, al momento de abrir te encuentras con que el producto que no vendiste se caducó, entonces es empezar de nuevo, meter un billete, pero estamos felices de poder reabrir”.

Durante los meses que estuvo cerrado, Julien reconoció que los ingresos por delivery no eran suficientes. Hicieron de todo para mantenerse a flote y ser parte de la reapertura de los restaurantes en la CDMX, desde fondeos hasta una venta de sus sidras a domicilio.

En Superette es impresionante la calidad del equipo de seguridad que usa el personal. Las caretas, contrarias a la mayoría, son de plástico rígido y protegen absolutamente toda la zona de la cara; una de sus ventajas es que no se empañan. “Las caretas están buenas porque te dan una protección integral —explica Julien—. Me convenció cuando vi al güey en el comercial echándole una cubeta de pintura a otro chavo. Cuando éste se quita la máscara, su rostro está impecable”. La idea es que todo el personal que está en contacto con clientes la use.

Superette es uno de los restaurantes que aprovechó el programa Ciudad al Aire Libre, del gobierno de la Ciudad de México, el cual permite que los restaurantes utilicen espacio público (como banquetas, estacionamiento y terreazas) para instalar mesas y sillas para los comensales. El objetivo es que se respete la distancia social y ventilación en los restaurantes. Los que utilicen este formato podrán tener una capacidad de hasta 40%, los demás 30%.

Tres Gallos

En Medellín 35, por la Fuente de las Cibeles, se encuentra Tres Gallos, una cervecería artesanal que también tenía poquito de abrir cuando llegó la pandemia.

“El proceso de la noventena fue difícil, tratamos de hacer el delivery en la zona pero al principio era algo totalmente nuevo para nosotros. Aprendimos bastante”, explica Miguel Santos, gerente de apoyo en el lugar.  

Para dar servicio en esta nueva normalidad, el personal tuvo que tomar capacitaciones sobre cómo dar servicio en las mesas, de procesos de sanitización y limpieza del lugar y los objetos. De acuerdo con Miguel, en esta etapa de reapertura será importante que los clientes sean pacientes porque los protocolos de limpieza toman algunos minutos, también que respeten sana distancia, uso de cubrebocas y desinfección de calzado.

“En este primer día sí han venido más personas pero yo siento que todavía, muchos tienen miedo de salir a las calles —dice— (…) Vengan, ya los extrañamos. No es lo mismo echarse una cerveza en tu casa que salir y estar rodeado de toda la experiencia. Aquí estarán seguros porque contamos con todas las medidas necesarias”. Mientras que los comensales se animal a salir, en Tres Gallos seguirán con su servicio en línea.

¿Qué dice el protocolo Mesa segura para la reapertura de los restaurantes en la CDMX?

Durante las operaciones diariaslos restaurantes deberán:

  • Realizar limpieza profunda de lámparas, sillas, mesas, barandales, manijas, puertas, parte inferior de las paredes, superficies horizontales, aristas y cualquier otro elemento que pueda entrar en contacto con clientes, personal o proveedores.
  • Hacer un plan de limpieza rutinaria de paredes, muros y ventanas.
  • Prestar especial atención a los sanitarios e incrementar la frecuencia de su limpieza en lo general y con especial atención a grifos, manijas, dispensadores, etc.
  • Se eliminará el uso de toallas de tela compartidas y se deberá contar con toallas de papel desechables.

El personal

Los trabajadores de restaurantes y locales de comida deberán cumplir con las siguientes reglas:

  • La gerencia deberá detectar grupos en riesgo para garantizar su seguridad.
  • Recibir capacitación sobre la importancia del lavado de manos y las medidas básicas para evitar contagios.
  • Registrar su temperatura a la entrada y salida de su turno con sensores de no contacto.
  • Informar al gerente cuando presenten síntomas para que puedan quedarse en casa.
  • Se desincentiva el saludo de mano o beso entre los empleados o con clientes.
  • Usar cubrebocas y careta facial durante toda su jornada.
  • Se recomendará evitar el uso de teléfonos celulares dentro de las instalaciones y en caso de necesitarlos, se pedirá que se desinfecten.
  • Dentro de la cocina se destriubuirá de manera más clara el trabajo con marcas en el piso o señalamientos para que se puedan cumplir las recomendaciones de distancia interpersonal que no siempre se pueden cumplir ya que son espacios más reducidos.

El establecimiento

  • Los restaurantes deberán contar con gel antibectarial con base de alcohol al 70% en diversas estaciones de trabajo y ofrecerlo a sus comensales constantemente.
  • El aforo deberá organizarse de tal manera que no haya una distancia menor a 1.5 metros entre comensales.
  • Se impulsará el sistema de reservación de mesas en línea o por teléfono.
  • Se limitará el número de personas a un máximo de 10 personas por mesa.
  • Se seguirán usando las mesas tipo gabinete por contar con barreras físicas naturales.
  • La mesa se montará enfrente del cliente para evitar el tiempo de exposición de cubiertos y platos antes de ser utilizados.
  • Se eliminarán elementos que no sean necesarios y que pudieran actuar como fómites del virus como servilleteros, acrílicos, floreros, etc.
  • Los menús deberán ser actualizados para reducir en lo posible el contacto físico ya sea con pantallas digitales, cartas desechables, pizarras o códigos QR. En caso de usar porta menús, estos deberán ser sanitizados antes y después de cada uso.
  • La mantelería deberá ser cambiada después de cada servicio, lavada de forma mecánica al menos 60°C y siempre manipulada con guantes.
  • Envases como condimentos, salsas y extras deberán ser servidos al momento y en porciones indidivuales.