Hay restaurantes que no compiten por novedad: confían en el rito. En San Ángel Inn, la promesa es esa: cocina mexicana e internacional servida con pulso clásico, donde la mesa manda y el tiempo corre a ritmo de conversación. La casa abrió el 13 de junio de 1963 y desde entonces se volvió punto de encuentro en el sur de la ciudad: celebraciones familiares, comidas de negocios y esas citas en las que uno quiere que todo salga bien.
La carta apuesta por sabores que han probado su permanencia. La sopa de tortilla llega como prólogo impecable; las crepas de huitlacoche son el tipo de antojo que explica por qué aquí manda el comal bien llevado; el pato a la zarzamora hace equilibrio entre lo dulce y lo ácido; en temporada, los escamoles recuerdan que este comedor respeta los ciclos del ingrediente; y de postre, la isla flotante funciona como un cierre que bautiza sobremesas largas. Nada busca el golpe de efecto: todo está pensado para sentirse familiar y bien ejecutado.
En cocina manda el chef ejecutivo Mariano Valdés, cuyo trabajo se nota menos en la estridencia y más en la consistencia: porciones parejas, puntos de cocción atinados y un ritmo de salida que sostiene el salón cuando se llena. Esa es la gracia de los clásicos: no necesitan explicar demasiado, solo cumplir con rigor el guión que el comensal espera.
Ubicado en una de las zonas más fotogénicas de la capital, San Ángel Inn es la definición chilanga del mantel largo. Un lugar para regresar cuando la ciudad pide un respiro bien servido.
Dirección: Diego Rivera 50, San Ángel Inn
Horario: lun-sáb: 8-24 h, dom: 8-22 h
Reservaciones: 55 5616 1402 y 55 5616 2222
IG: @restaurantesanangelinn