Berenice es firme al decir: “el cáncer es una condición de vida más que una enfermedad; es una oportunidad para reflexionar y crecer”. Berenice Vallejo es sobreviviente de cáncer de mama; sin embargo, admite que le costó tiempo y trabajo verse de esa manera.

A 13 años de enfrentarse al cáncer de mama, la diseñadora gráfica pasó por varias batallas y duelos para resignificar su vida. Hoy, realiza tatuajes estéticos reconstructivos a sobrevivientes de esta enfermedad.

Pero para llegar a este punto, Bere transitó por varios caminos dolorosos, desde otras enfermedades hasta la muerte de su papá por cáncer.


El diagnóstico de cáncer y una mastectomía radical

En 2010, Berenice fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa 3C, de cuatro que hay.

“Ya tenía metástasis, tenía dos tumores más, uno de cuatro y otro de seis centímetros, uno en el cuello y otro en la axila”, recuerda Berenice.

Primero empezó con quimioterapias y 35 radiaciones, luego, se sometió a una mastectomía radical.

Sin embargo, a pesar de haber superado el cáncer, le dijeron que no podían hacerle una cirugía reconstructiva inmediatamente, debido a las lesiones en su piel

“Tenía un diagnóstico de que no podían hacer una reconstrucción inmediata. Afortunadamente libré el cáncer, eso fue super bueno”, afirma.

Berenice no era candidata a un implante y la reconstrucción sería con su propio cuerpo: “eso me deprimió muchísimo”.

“Yo estaba muy deprimida, subí mucho de peso, obviamente perdí cabello, las cejas, las pestañas, y estaba muy deprimida por la subida de peso porque yo tenía bulimia”, cuenta en entrevista Berenice.

En ese momento, Bere no sólo enfrentó el cáncer, también padeció bulimia y anorexia, y vivió el proceso de cáncer de tiroides que le fue diagnosticado a su papá.

“Mi papá había sido diagnosticado seis mes atrás con cáncer de la tiroides. Vivimos el proceso juntos y los dos salimos bien librados de todo en ese momento”, recuerda Bere.

Berenice realiza tatuajes reconstructivos a sobrevivientes de cáncer de mama.

Una reconstrucción exitosa y la negativa a tatuarse el pezón y la areola

El ánimo de Berenice cambió cuando le dijeron que ya era candidata a la reconstrucción mamaria. Su cuerpo aceptó el injerto y todo marchó bien.

Luego, el médico que la atendía le sugirió someterse a un procedimiento novedoso en México: tatuajes de pezón y areola para sobrevivientes de cáncer de mama.

“Me negué, la verdad no lo quería hacer. No quería ya pasar por el proceso de ponerme el pezón y la areola. Yo dije ‘ya la libré’, no tengo por qué seguir en estos procesos; que quede como lienzo en blanco ya me tatuaré otra cosa”, recuerda.

Berenice tenía un estudio de tatuajes, pero para ella era nueva la técnica de reconstrucción de pezón y areola.

“Me pidieron que continuara; el doctor me dijo que era como la cereza del pastel, que es el punto final a todo un proceso y que lo considerara. Me convencieron y lo hice”.

Fue el socio de Berenice quien le hizo el tatuaje, cuyo resultado fue celebrado por los médicos, quienes le pidieron hacer este tipo de tatuajes a otras personas.

El duro trabajo de tatuar pezones y areolas

Para Berenice no fue fácil tatuar a personas sobrevivientes de cáncer de mama. Al hacerlo, revivía su propio proceso con la enfermedad.

“Me costaba mucho trabajo contenerme todo el tatuaje para mantenerlas bien a las pacientes. Me costaba que después de diera fiebre, gripe, vómito; me ponía muy mal y por eso no lo quería hacer”, cuenta Berenice.

Sin embargo, siguió haciendo tatuajes, pese a que en muchos momentos pensó en dejarlo, luego de que su papá murió.

“Mi papá falleció a los 8 años, le regresó el cáncer en la garganta, y lamentablemente falleció. Fueron golpes muy fuertes”.

Además, a Bere le encontraron lesiones en el útero, enfrentó el rompimiento de una relación y tuvo problemas de tabaquismo y alcoholismo.

Berenice recuerda esos momentos difíciles como un antes y después en su vida.

“Yo no sabía cómo enfrentar esta nueva situación. Entonces, me someto a una serie de estudios en Instituto Nacional de Cancerología, me dan apoyo psicológico, me dan apoyo psiquiátrico, me dan contención”, dice Berenice.

En ese momento empezó el camino de la recuperación de Bere: superó el tabaquismo, las lesiones desaparecieron y la vida la llevó a especializarse en los tatuajes reconstructivos.

Jamás volverás a ser la misma… vas a ser mejor

Tuvo que pasar tiempo, varios duelos, la muerte de su papá y una pandemia para que Berenice se visualizara como sobreviviente de cáncer de mama, pero no lo hace desde la victimización, afirma.

A 13 años de su lucha contra el cáncer de mama, Berenice sabe que la mujer que tuvo esa enfermedad quedó atrás, es distinta.

“Esa persona que lo vivió con dolor, frustración, coraje, esa persona quedó atrás. Esa Bere ya no es la de hoy, ya no existe”, afirma con voz serena.

“El cáncer para mí no es una enfermedad es una situación, una condición de vida. Te cambia, y lejos de ser algo muy negativo, puede ser una oportunidad de reflexión”, asegura la diseñadora gráfica que ahora realiza un doctorado sobre tatuaje estético reconstructivo.

“Hoy en día puedo decir sí soy una sobreviviente. Mi trabajo hace una aportación importante no solamente por usar la técnica de tatuaje, sino por contar mi historia”, dice con orgullo.

Para Bere, las personas que han superado el cáncer no volverán a ser las misma.

“No vas a volver jamás a ser la misma de antes, vas a ser mejor, porque has pasado por algo muy intenso, algó muy fuerte que te hizo crecer como persona, es una oportunidad de crecer”.


  • Contacto Berenice Vallejo

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