Si hablamos de maldiciones es casi chilanga-mente imperioso hablar de la maldición del Cruz Azul. Una maldición de la que, aunque no te guste el fut, seguro has escuchado hablar. Aunque el Cruz Azul en realidad es un equipo hidalguense, ya son más chilangos que los tacos de suadero. Pero, ¿alguna vez habías escuchado de la relación que tiene con el fantasma de la nIña de blanco? ¿O del origen de la maldición del equipo ‘cruzazulino’ y el Panteón Xilotepec en Xochimilco? Si te gusta el fútbol —o la neta más el chisme— sigue leyendo porque te vas a quedar boquiabierto.

Si te lo estás preguntando, sí, el Cruz Azul efectivamente rompió recientemente su maldición. Y la rompió ganando su noveno título. Pero no, eso no quita que todo lo de “la maldición cruzazulina” se esfume nada más así porque sí. Fue el año pasado cuando se rompió la maldición, exactamente el 30 de mayo de 2021. ¡Eso son 23 años y 5 meses de maldición cementera ininterrumpida! En numeralia pambolera eso representó un total de 6 finales perdidas. Eso son 8 mil 575 días en seis subcampeonatos.

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El futbolero origen de la maldición cementera

“Vamos por partes” diría el sepulturero, así que para poder entender todo esto de la maldición futbolera de “La Máquina” hay que ver su origen. A esta maldición la han calificado de creencia irracional y de psicosis colectiva. Hasta han analizado su aspecto psicológico. Todo comenzó con el analista deportivo Víctor Edú quien pudo haber mencionado quizá por primera vez la palabra “maldición”.

Pero vamos a darle contexto. Fue durante el torneo de invierno, el 7 de diciembre de 1997 cuando la Máquina celeste ganó el título en el Estadio León bajo la dirección de Luis Fernando Tena. Dos años después, en 1999, comenzaron a llamarle la “maldición” tras haber perdido contra Pachuca. Y no sólo Cruz Azul tiene maldición, incluso Pachuca tiene maldición cada vez que juega contra el Cruz Azul en el estadio Azteca. Al parecer esto del fucho tiene muchas cosas malditas. Ya mejor traigan un exorcista.

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¿Pero, qué es una maldición futbolera?

Ya dimos contexto pero a todo esto… ¿qué es realmente una maldición en el argot futbolero? En una entrevista, el analista deportivo Edú mencionó que esto se refiere más bien a la imposibilidad de un equipo de ganar títulos. No es que esté maldito pues, sino que sólo no puede ganar.

Por alguna extraña razón no importa si llegaron a la final jugando bien, ¡simplemente no ganan! Pues… como que sí suena a una maldición, ¿no? Específicamente algo paranormal, incluso espectral, debe de pasar en este tipo de situaciones.

De cementerio a “máquina cementera” ¡y fantasmas!

No es casualidad el nombre con el que ha sido apodado el equipo Cruz Azul: máquina “cementera”. Este adjetivo se refiere a la empresa a la que pertenece esta cuadrilla futbolera: la Cooperativa La Cruz Azul S.C.L o simplemente Cemento Cruz Azul. Aunque quizá también tenga que ver con otra palabrita muy singular: “cementerio”. Pues es nada más ni nada menos el cementerio más grande Xochimilco: el panteón Xilotepec, el vecino territorial del Club Cruz Azul en La Noria. 

maldición cruz azul

Esta historia de fantasmas, maldiciones y cementerios ha causado mucha polémica desde el primer día. El Club La Noria, lugar oficial de entrenamiento de los cruzazuleros, fue inaugurado el 10 de octubre de 1990. Dirás, todo muy normal pero ¿sabes de dónde salió el terreno sobre el que hoy en día practican sus pases? Nada más ni nada menos que del Panteón Xilotepec. Sí, así como lo lees. Para construir las instalaciones de entrenamiento para la Máqiuina, tomaron un buen cacho de terreno del panteón de al lado. Adquirieron este terreno en 1986 –trece años antes de la “maldición”–. Consta de 46 mil 600 metros cuadrados. Y cuentan que desde ahí se puso compleja la cosa.

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En el Cruz Azul pasan “cosas raras”

Personal de las instalaciones de La Noria aseguran que ya están muy acostumbrados a “ver cosas raras”. Esas cosas incluyen: una niña vestida de blanco (que no es transparente por cierto, se ve real), niños jugando en las canchas, y un señor que se pasea por las instalaciones que aparece y desaparece. Además de las apariciones fantasmagóricas ¡también hay psicofonías! Risas infantiles y uno que otro lamento. Sin mencionar a los perros con ojos rojos que también dicen que merodean el lugar.

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Como que ya se va viendo el por qué de la maldición del Cruz Azul, ¿no? Y es que todo comenzó, como lo contó el escritor mexicano Carlos Barrón en su crónica ‘El camposanto de cemento’. Aquí destapó el chismecito acerca del “tomar prestado un pedacito del terreno del panteón” por parte del Club Cruz Azul. Y no es que los muertitos sean vengativos. No. Pero ¿ahora dónde iban a vivir la niña de blanco y los niños si ya no tenían sus tumbas?

Causa escalofríos cada vez que la niña —que fue enterrada con su vestido de primera comunión— se aparece a la mitad de los pasillos. Es más, dicen que hasta le gusta subirse al camión del equipo y que se aparece muuuuuchas veces al año. Y no se ve vaporosa como un fantasma, se ve así naturalita.

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