La mejor quesadilla siempre será una quesadilla gigante y más si mide más de 1 metro de largo. Xochimilco tiene muchos secretos culinarios y uno de ellos es “Quesadillas Gigantes Doña Tere”. Lo que comenzó con un comalito de tacos en plena calle hoy es un sendo local garnachero y quesadillero situado en el barrio de Santa Crucita. En nuestra capital culinaria a estas quesadillas de enormes proporciones se les conoce como “machetes”. Aunque si hablamos de Xochimilco bien podríamos comenzar a llamarle “trajineras” pues —en el mundo de las quesadillas grandotas— su tamaño es proporcional a este transporte lacustre local.

Sin pensarlo dos veces, las quesadillas gigantes de Xochimilco son unas de las más grandes de toda la capirucha. Para muestra, basta la longitud de los brazos de “El Piraña”. Ángel, el ombligo de la descendencia de Doña Tere prepara, siguiendo la receta familiar, estas garnachas longitudinales. Su quesadilla gigante favorita es la rellena de chicharrón así solito.

Sigue leyendo: Quesadilla sin queso vs. taco: SÍ hay una diferencia.

Tan grandes como el mito

A pesar de ser enormes y cuantiosas, cuenta el mito garnachero que un día un cliente llegó y destronó al resto de clientes hambrientos. Llegó con tanta pero tanta hambre que pidió una quesadilla gigante, y luego otra. No le bastó porque además pidió tortillas para los restos de guisados que todavía nadaban en su plato.

Además de garantizar su sazón, pues todos los guisados están hechos con las manitas santas de Doña Tere, las cantidades van caladas. Aquí no hay gato por liebre pero sí quesadilla con guisado y quesillo. ¡Uff! Ni hablar de la salsita roja y verde que te ponen para bañar tus quesadillas gigantes y sí anda picosa. Estas garnachas dobladas son tan grandes pero tan grandes que hacen malabares para pasarlas de la prensa al comal y del comal a dos platos. ¡Sí andan grandotas y sabrosas!

Así que ya te la sabritones: ¡échale colmillo porque no te la vas a acabar! Solo no te vayas a morongas de tantas que te vas a comer, vete despacio. Así de grandotas están.

Te puede interesar: Es hora de que conozcas el origen prehispánico de las gorditas de chicharrón

¡Hasta 3 guisados!

No te hagas de la boca chiquita, sabemos que ya se te hizo agua la trajinera. Aquí te dan la opción de elegir hasta 3 guisados para tu quesadilla gigante (y obviamente agregar quesillo). Esto convierte a este local en la opción perfecta si te consideras una persona indecisa a la que se le antoja todo.

No te rompas la cabeza escogiendo entre guisados y mejor escógelos todos. En este local de quesadillas gigantes en Xochimilco lo único que se va a romper es tu pantalón (y si pides muchas, también tu cartera, aunque bien vale la pena el gasto).

Puedes pedir tu quesadilla gigante de los siguientes guisados:

  • Pollo
  • Chicharrón
  • Tinga de res
  • Picadillo
  • Huitlacoche
  • Sesos
  • Pancita
  • Champiñón
  • Flor de Calabaza
  • Alambre
  • Y por supuesto: ¡queso! (spoiler: no vamos a entrar en el debate de la quesadilla sin queso)

También hay sopes sencillos, con bistec, longaniza o campechanos. Y aquí el menú sigue porque también hay tacos. ¡Al cliente lo que pida! Esta norma aquí se sigue al pie de la letra por eso puedes armar tus quesadillas gigantes y tus gorditas como tú quieras. Ahora sí que el límite es tu hambre. ¿Ya te dijimos que utilizan también ingredientes locales de temporada? ¡Sí! La flor de calabaza, el huitlacoche, los hongos, y las hierbitas para dar sazón como cilantro y epazote, todos son cultivados en Xochimilco. ¡Más fresco no se puede porque están casi frente al famoso Mercado 44!

¿Quieres saber qué más tienen casi enfrente? Una de las pulquerías más emblemáticas de la tierra del ajolote: El Templo de Diana. Así que aprovecha el tour a estas quesadillas gigantes en Xochimilco y de paso afloja esas masitas con un buen curado de esta pulquería épica.

Entérate: Sazón y mucho pulque: ¡Así era el oficio de las almuerceras!

Una tradición garnachera

Desde hace 45 años, estas quesadillas gigantes de Xochimilco han alimentado las hambrientas y sureñas fauces de sus comensales. Y la clientela de Doña Tere es fiel pues regresan cada vez que quieren saciar su hambre garnachosa. Y es tal su agrado y preferencia que las recomiendan de voz en voz. Sobra decir que también aquí son fieles al Niñopa de Xochimilco, el niñito dios milagroso de esta tierra de las flores. Quizá por eso tienen harta clientela; el Niñopa sí hace su chamba.

La familia Vargas lleva muchísimas quesadillas gigantes preparadas a lo largo de este tiempo culinario. En el barrio de Santa Crucita ya son toda una tradición familiar. Y como más sabe el diablo por viejo que por diablo… la experiencia quesadillera de esta familia ya es garantía.

Tras enviudar muy joven, Doña Tere (quien es originaria del estado de Puebla) sacó adelante a sus hijos e hijas cuando llegaron a Xochimilco gracias a sus quesadillas gigantes. Rutilio, Joaquin, Ángel, Elena, Joaquina y Adriana le agradecen a su mamá todos estos años de dedicación garnachil. ¡Por eso ahora la dejan trabajar desde casa! Todos los días Doña Tere cocina los guisos con los que se rellenarán decenas de quesadillas gigantes. Estas quesadillas están preparadas con amor de mamá. ¡Guárdate el hambre para venir a probarlas!

Te podría interesar: Desafiamos al Mega Huarachazo de 3 kilos, el coloso que nadie se ha terminado

Dónde: Francisco I Madero 42 Barrio Santa Crucita. Alcaldía Xochimilco, CDMX (enfrente de la pulquería El Templo de Diana)

Cuánto:

  • Quesadilla gigante 80 pesos, con quesillo 90 pesos
  • Quesadilla mediana 40 pesos, con quesillo 45 pesos
  • Gorditas 40 pesos, con quesillo 50 pesos y con guisado 60 pesos (si lleva guisado y quesillo 65 pesos)
  • Especiales: Puedes armar tu quesadilla a tu estilo (el costo puede variar)

Cuándo: Abren los 365 días del año en un horario de 9 am a 7 pm. (esto es gracias al trabajo colaborativo de Dulce, Isabel, Estefani, Viridiana y Karen, quienes atienden a todos los clientes sin excepción todos los días).

Antes de que te vayas sigue leyendo: Real Academia Chilanga presenta: ¿Por qué les decimos ‘garnachas’?