El cliché porno

Confesiones de una sexóloga

¿Alguna vez han tenido una experiencia que podría ser parte de una película porno? No sé, algo que se pudiera titular: "el masajista", "el plomero toca la puerta", "la colegiala candente" ó algún otro nombre igual de sugestivo y tan poco revelador del contenido del filme.

En fin, ¿les ha pasado? Pues a la prima de una amiga, sí y déjenme les cuento que fue TODA una experiencia. Dejarse seducir por alguien a quien ya conocía y le gustaba desde hacía un tiempo, pero pensó no era recíproco; dejar que él tomara la iniciativa y le proporcionara un "inocente masaje", por aquello de la tensión muscular y terminar teniendo un encuentro cercano del tercer tipo… -eso sí- con final feliz, fue algo que no vio venir y la tomó completamente por sorpresa.

El chiste es que te agarre desprevenida(o).

La sorpresa es un factor bien importante en esto, el chiste es que te agarre desprevenida(o); así no tendrás mucho tiempo para pensarlo y te entregarás por completo a la experiencia.

Este tipo de experiencias, además de enriquecer nuestra vida sexual, porque ponen a trabajar a nuestra imaginación; la desatan y le dan cuerda para seguir creando fantasías nuevas; nos renuevan el ánimo, aumentan y apapachan nuestra autoestima.

Y es que, seamos honestos ¿a quién no le gusta sentirse deseada(o)? Que de pronto alguien llegue y te muestre -y demuestre- su deseo por ti, siempre se agradece. Esto es justo lo que sucede cuando vivimos una experiencia como esta.

Nos recuerda que el sexo, no forzosamente, tiene que estar ligado al amor romántico; la pasión también es un ingrediente súper importante de nuestro desarrollo sexual… habríamos de perderle el miedo; de darnos más permisos de experimentar y explorar nuevos horizontes. Dejarnos llevar de vez en cuando por nuestro deseo desenfrenado no tiene nada de malo y sí mucho de bueno; nos recuerda que estamos vivos.

Yo, te invito a que pruebes -y compruebes- que soltarte el chongo puede traerte grandes recompensas… sólo date permiso de fluir y déjate envolver por el arrebato de la pasión. Si logras una escena de película porno, no dudes en contármela… amo escuchar tus historias.