Desde el sábado 9 de septiembre, cuando se dio a conocer a los ganadores del festival de cine de Venecia, las expectativas y ganas para asistir la proyección de prensa de The Shape of Water en el festival de cine de Toronto se dispararon (aún más) entre todos los asistentes.

Guillermo del Toro lo ha hecho de nuevo: el director tapatío vuelve a entregarnos una extraordinaria película que mezcla perfectamente fantasía, romance, thriller, homenajes y referencias al cine, contextos sociales y de época (está ambientada en Estados Unidos a inicios de los 60), humor, reflexiones sobre los sacrificios y retos del amor y una estética y ambiente que nos transporta a un singular cuento de hadas.

The Shape of Water es la historia de Elisa (una maravillosa Sally Hawkins, que ya pueden ir considerando seriamente para la próxima temporada de premios), una empleada de limpieza muda que trabaja durante la noche en unas instalaciones secretas del gobierno en Baltimore. Ahí conocerá accidentalmente a una criatura acuática (Doug Jones) atrapada en una suerte de alberca/pecera. Y es aquí donde somos testigos del encuentro e historia de amor entre estos dos seres solitarios, incomprendidos o señalados por ser diferentes.

Es difícil destacar algo como un logro excepcional en una película que atiende con tal precisión y perfección muy distintos detalles y elementos dentro de ella.

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Foto: YouTube

Quizá lo justo sería decir que lo más importante de The Shape of Water es que nos muestra a un maestro del cine en total control de su arte. No importa si piensan en cuestiones de iluminación y fotografía, en ingeniosas transiciones entre escenas, en actuaciones sensibles y calibradas, en un imaginario fantástico increíble (y los efectos especiales necesarios para darles vida), en una ambientación detallista o en un guión impecable. The Shape of water goza de una dirección que sabe acomodar todos estos elementos y más.

Es una carta de amor a los monstruos. Una sentida, emotiva y sincera película del artista que mejor puede hablar con amor y cariño de estos seres: Guillermo del Toro.

Basta ver su filmografía, sus exposiciones artísticas, sus libros de apuntes y dibujos para confirmar que detrás hay un auténtico sentimiento de comprensión y complicidad hacia la idea y concepción de estos seres diferentes, distintos, complejos, emocionales y bellos.

Una de las más originales historias de “girl meets boy” (aunque resulta que él es una criatura anfibia) y una película que, si alguien lo dudaba, nos recuerda que Del Toro no es solo uno de los mejores y más interesantes directores del cine en la actualidad, sino un artista integral en todo el sentido de la palabra.