El próximo 21 de septiembre tendremos oportunidad de oír en vivo nuevamente a Juana Molina. Vuelve a la Ciudad de México, esta vez para presentarse en Sala Corona con un nuevo álbum bajo el brazo, Halo, el séptimo de su carrera. Se trata de todo un acontecimiento para quienes han seguido su trabajo, y eso debería ser también para quienes gustan del pop experimental o de la música capaz de provocar entusiasmos, escalofríos, vértigo y regocijo en una sola escucha.

En sus discos hemos visto transitar a Juana por el folk a lo Janet Feder, con múltiples texturas y rasgaduras improbables en la guitarra, por los paisajes ruidistas y llenos de cables a lo Raymond Scott o Matthew Herbert, por letras introspectivas, por atmósferas hipnóticas, por interjecciones o murmullos psicodélicos… Todos esos elementos que han hecho a la crítica nombrar lo suyo primero como “folk con bases electrónicas” y luego rendirse y aceptar que su música es indefinible.

En cada nuevo disco, Juana Molina evita a como dé lugar seguir el mismo camino que haya tomado en sus producciones anteriores. Aunque tal vez el disco que significó un parteaguas en ese sentido fue Wed 21, donde se planteó un objetivo: «Quería torcerme un poco de lo que venía haciendo, probar otra cosa.» En esa búsqueda de nuevos rumbos se ha valido de nuevas máquinas, de más instrumentos, siempre con la intención de expandir su paleta sonora. En aquel disco incluso tocó mucho más el bajo, por ejemplo.

Para describir algunos de sus temas, la crítica ha usado frases como “radiantes nubes de sonido”. Y sí. Pero de pronto las nubes se tornan densas, índigo, habitadas por la nostalgia, que se presenta como un abismo al que asomamos sin nunca caer. La música y su voz convertida en conjuro permanente se encargarán de mantenernos al filo y a salvo. Juana Molina es una tecnomaga que, con máquinas y sortilegios aprendidos quién sabe dónde, logra crear canciones intrigantes, adictivas… Algunas de ellas han recibido tratamiento de pequeñas historias fantásticas en sus adaptaciones a video.

En mayo de este año, Juana dio a conocer el video de “Paraguaya”, tema incluido en Halo, su álbum más reciente. Con su habitual acercamiento a lo visual de la mano de lo onírico, vemos a Juana actuar al lado de Chunchuna Villafañe, su madre, una personalidad multifacética –modelo, actriz, bailarina, arquitecta– bien conocida en Argentina. En él, Villafañe actúa en el rol de una bruja que le enseña a una mujer cómo preparar una poción para hacer caer enamorado al hombre de sus sueños. Pero las cosas no salen como se planeaban… Aquí, ese video al lado de otros cuatro para una inmersión en el universo de Juana Molina.

1 .- “Lo decidí yo”

2 .- “In the Lassa”

3 .- “Sin guía no”

4 .- “Eras”

5 .- “Paraguaya”