Este mes, como cada inicio de año, arranca con uno de los eventos gastronómicos más esperados en el país. Banorte Nación de Vinos 2024 celebra su quinta edición los días 24 y 25 de enero en los jardines del restaurante del Campo Marte. Se trata de un evento exclusivo, por invitación, que tiene como objetivo detonar la conversación sobre el vino mexicano con una muestra de vino de más de 80 bodegas provenientes de las principales regiones productoras del país. 

Lo que ha distinguido a Nación de Vinos desde su concepción es que, detrás de cada una de las bodegas, está la gente que vive día a día las historias que se cuentan en los viñedos y las vinícolas que dan vida a lo que hoy conocemos como vino mexicano.

Son los propios enólogos, productores y propietarios quienes ofrecen las diferentes etiquetas de cada una de las bodegas para realmente garantizar una experiencia de viva voz al asistente.

Lo importante es abrir la conversación, probar más y mejor vino, hacernos conscientes del trabajo que hay detrás de cada etiqueta y, sobre todo, compartir y disfrutar. Al final, de eso se trata, ¿no? Toda experiencia de vino está incompleta sin una buena contraparte comestible.

Además de las bodegas, la oferta gastronómica de Banorte Nación de Vinos está representada por restaurantes de la talla de Contramar, de Gaby Cámara; Panadería Rosetta, de Elena Reygadas; Sud 777, de Édgar Núñez; El Tigre Silencioso, de David Castro Hussong; Molino El Pujol, de Enrique Olvera; La Docena, de Tomás Bermúdez; Alcalde, de Francisco Ruano; Cara de Vaca, del gran Chuy Villarreal y The Palm. Además de Tokoya, el nuevo japonés del Hotel Presidente Intercontinental.

Y, por primera vez, se suman tres cocktail bars: Handshake Speakeasy –considerado el bar número 3 del mundo según la lista The World’s 50 Best Bars–, Café de Nadie y Oropel serán los bares que complementan la experiencia.

Después de cinco ediciones, Banorte Nación de Vinos se ha consolidado como el evento de vino mexicano y gastronomía más importante del país. Creo que eventos como Banorte Nación de Vinos y muchos otros que se hacen a lo largo del año, aportan muchísimo a una cultura vitivinícola que cada vez es más sólida.

Los mexicanos hoy elegimos beber vino mexicano por sobre otras nacionalidades y eso debe ser un enorme motivo de orgullo en un país que no acostumbra darle su lugar a lo que está bien hecho en México.

Que el vino ponga el ejemplo para enseñarnos a enaltecer otras industrias de origen nacional y que nunca nos hagan falta pretextos para alzar la copa y celebrar todos juntos lo bello que es formar parte de una misma nación: la bellísima nación de vinos.