El destino de las botellas de refresco y todas las envolturas de alimentos ya no será el bote de basura, debido a que pueden utilizarse como material de construcción de bajo costo y alta calidad.

Tus botellas de refresco vacías funcionan para construir casas para damnificados.

Para Paola Barranco, fundadora de la organización Zamá, el ecoladrillo (botellas de refresco) surgió del deseo de contribuir a reducir la contaminación mediante la separación y clasificación de la basura, y del sueño de ofrecer un hogar a las familias que lo perdieron después del terremoto del 19 de septiembre de 2017.

Botellas de refresco Ecoladrillos

Foto: Leonardo Pérez

Aunque en un inicio la intención de los ecoladrillos era crear un manejo responsable de residuos sólidos como las botellas de refresco, y modificar los hábitos de consumo a través de talleres y capacitaciones, la necesidad superó a las razones ambientales. “Habíamos construido bodegas en escuelas, bancas y bardas, pero después del temblor recibimos muchas botellas de PET y pensamos que la mejor forma de utilizarlas era hacer casas”, recuerda Barranco.

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Para una casa de 18 metros cuadrados se necesitan 2 mil ecoladrillos, es decir, 2 mil botellas de refresco, que equivalen a 6 mil bolsas tamaño jumbo de basura no reciclable. Hasta ahora, a través del proyecto #ConstruyendoMiCasaConTusResiduos se han producido cinco viviendas en Tlayacapan, Totoloapan, San Andrés, Chamilpa y Temoac, municipios del estado de Morelos.

Ecoladrillo

Foto: Leonardo Pérez

“Los muros los hacemos con arcilla, arena, paja. Todos los ecoladrillos los colocamos en pallets de madera reutilizable. Los techos son de láminas de Tetra Pak y los cimientos, de llantas usadas. Al final sellamos todo con baba de nopal”, explica el especialista en bioconstrucción Jorge Rodríguez.

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En Zamá (que en maya significa “un nuevo comienzo”) la principal regla es hacerse responsable de la basura que uno mismo genera: un código de educación ambiental que exige una mayor conciencia en hábitos de consumo y reciclaje. “Durante años nos enseñaron que nuestra labor consistía únicamente en depositar nuestra basura en el contenedor y que el gobierno hiciera lo suyo, pero ahora es urgente poner atención no sólo en la cantidad, sino también en la forma en que la entregamos”, añadió Barranco.

¿Qué contiene un ecoladrillo?

Botellas de refresco o PET de 1.5 a 2.5 litros, envolturas de alimentos y artículos personales o de limpieza (desde plástico hasta aluminio), trozos de tela (trapos, ropa interior, calcetines). No se aceptan papel, cartón, productos orgánicos o colillas de cigarro. Todos los residuos deben estar cortados, limpios y totalmente compactados.

Ecoladrillo

Foto: Leonardo Pérez

¿Cuánto desperdicio se necesita para construir una casa?

Cada botella de refresco o ecoladrillo contiene la basura de 6 mil bolsas tamaño jumbo. Cada casa necesita 13 láminas de Tetra Pak, que son más de 4 mil 600 envases comprimidos. Para un tragaluz se requieren de 30 a 50 botellas de vidrio. Los cimientos se preparan con 30 llantas usadas.

Ecoladrillo

Foto: Leonardo Pérez

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¿Cómo se construye la casa?

Zamá utiliza el bahareque, técnica ancestral que consiste en crear la estructura con muros elaborados con materiales naturales como el bambú, carrizo, otate o entramado de ramas para generar el  MuroPet, en el que se utilizan tarimas o pallets rellenos de ecoladrillos.

Ecoladrillo

Foto: Leonardo Pérez