Un buen anfitrión procura a sus visitas incluso con material de primer nivel para leer en el baño. Y es que ese momento de hacer escala para relajar el cuerpo concede algo de tiempo para cultivarse con libros o revistas que hay en sanitarios de casa ajena. Así, lo que parece una simple parada técnica, es en realidad la oportunidad de conocer algo nuevo gracias a la lectura de pisa y corre.

Sí nos gusta leer en el baño

No te hagas porque bien que has experimentado el hábito de la lectura entre esas paredes que rogamos al cielo no tengan eco. Por lo menos has dedicado un par de minutos en echarle ojo a las publicaciones que tu tía o tu cuate tienen para contribuir al descanso del estómago ante la obligada premura de ir al sanitario.

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1 .- Las siempre poderosas

El chisme es el alimento del alma. Por eso todo hogar que se jacte de fortalecer el espíritu del chismerío debe tener revistas de espectáculos a la orden. ¿Acaso te has resistido a la tentación de abrir una para enterarte qué pasó con el pleito entre famosos y sus parejas? Caray, no tiene nada de malo leer en el baño puros dimes y diretes. Por el contrario, así encuentras tema de conversación para tu siguiente día en la oficina.

2 .- ¿Sí seré así?

Cualquier libro de autoayuda o best seller con un título que te haga dudar sobre tu perfil emocional-psicológico, lo abres porque le abres. Te atrajo por la mera sugestión de llegar a descubrir en sus páginas que no eres la persona quien crees ser, o que te eximirá de la culpa que cargas por haberte portado mal con alguien.

3 .- Me entero porque me entero

Por supuesto que no te vas a quedar como la escultura del pensador al ver una edición especial de asesinos seriales o crímenes sin resolver. Ya sea porque te preguntas qué motivó al sociópata hacer lo que hizo o cuál caso desconocías, te aventuras a sacar tus propias conclusiones sintiéndote detective al leer en el baño.

4 .- Aunque sea por pura envidia

Como sigues sin asimilar que tu amigo se haya ido de vacaciones a Europa, te hierve la sangre por echar ojo a los lugares que visitó, así que hojeas las revistas de viajes que trajo. Primero lo haces para criticarlo hacia tus adentros y después para responsabilizar a la vida que te tocó por no tener todavía el billete para darte ese lujo. Y eso que es tu amigo, si no imagínate.

5 .- No, pues perdón

leer en el baño

Foto: Facebook El Libro Vaquero

Podrás criticar a los ancestros por seguir clavados en el pasado y por haberse entretenido con historietas, pero si te topas con El Libro Vaquero, El Mil Chistes, Memín Pinguín y La Familia Burrón, nomás por el mero morbo te rifas una rápida leída. En una de esas te atrapan y hasta perdón les pides por juzgarlos.

Como en gustos se rompen géneros, la lista anterior excluye material que un chilango como tú proporciona en su hogar para leer en el baño. Quizá, y eso es para aplaudirte de pie, apliques la de poner el Baldor para traumar a las visitas.

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