No hay duda de que uno de los monolitos más famosos entre los chilangos es el a veces llamado calendario azteca. Aprovechando que se cumplieron 230 años de su descubrimiento, te contamos algunos datos curiosos de la Piedra del Sol.

El simbolismo de esta pieza circular continúa siendo objeto de estudio de diversos investigadores. Y es que representa distintos aspectos y elementos de la cosmogonía mexica. Sin embargo, quizás estos datos te ayuden a entenderla un poco mejor.

Datos de la Piedra de Sol para asombrar a cualquiera

Ponte cómodo porque te llevaremos por un viaje soñado a través de siglos de historia y legado prehispánico.

Una piedra colosal

Se trata de un monolito con un diámetro de 3.6 metros y pesa aproximadamente 24.5 toneladas. La roca con la que fue elaborada es olivino de basalto. De acuerdo con el Inah, la materia prima proviene del sur de la Cuenca de México, quizá de San Ángel o del sur de Xochimilco.

Los colores que el tiempo borró

Varios estudios e investigaciones demuestran que la Piedra del Sol originalmente estaba estaba decorada con tonos rojizos y amarillos, los cuales demuestran más su relación con el culto solar. Sin embargo, se perdieron con el paso del tiempo.

Un traslado pesado

Uno de los datos de la Piedra del Sol más sorprendentes es imaginar cómo los mexicas trasladaron un objeto tan grande y pesado. El Inah también sugiere que fue arrastrada entre 12 y 22 kilómetros hasta el Recinto Sagrado de Tenochtitlán. Para ello, cientos de hombres tuvieron que ayudarse de cuerdas, palancas y rodillos.

La arqueóloga Bertina Olmedo Vera, curadora-investigadora del Museo Nacional de Antropología, menciona en su texto Piedra del Sol que después de la destrucción de Mexico-Tenochtitlán los conquistadores removieron el monolito y lo colocaron en la Plaza Mayor.

Oculto bajo tierra

La Piedra del Sol permaneció en el que fuera el recinto ceremonial más importante del imperio mexica durante varias décadas. Sin embargo eso cambió durante la segunda mitad del siglo XVI.

El arzobispo Alonso de Montúfar aseguraba que este objeto era obra del demonio y que tenía una mala influencia en los habitantes de la ciudad. Por eso, mandó voltearla y enterrarla.

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El día que fue descubierta

Se mantuvo bajo tierra durante 200 años, hasta que el 17 de diciembre de 1790 fue encontrada en el costado sur de la Plaza Mayor. Sucedió cuando se realizaban trabajos de drenaje y empedrado.

Sus distintas ubicaciones

Después de su hallazgo, la Piedra del Sol fue empotrada por órdenes del virrey Revillagigedo en la torre poniente de la Catedral Metropolitana.

Ahí se quedó durante unos cien años, pero en 1885 encontraría una nueva casa. Ese año fue trasladada a la Galería de Monolitos del Antiguo Museo Nacional (en la calle de Moneda en el Centro Histórico). La exhibición fue inaugurada por el entonces presidente Porfirio Díaz.

Pero como sabemos, esa no fue su ubicación final. Fue hasta 1964 cuando se movió al Museo Nacional de Antropología. Y aunque no lo creas, la Piedra del Sol fue despedida del recinto en la calle de Moneda con “Las golondrinas”. Además, el traslado tardó una hora y quince minutos. A su llegada, se le ubicó en el lugar de honor de la Sala Mexica.

De hecho, puedes ver cómo se veía este monolito durante su llegada al museo. Esto es gracias al documental Monumento de Monumentos, que fue realizado por la inauguración del recinto.

El nombre de Calendario Azteca

Aunque popularmente es conocido con este nombre, varios estudios sugieren que la Piedra del Sol no es un calendario. ¿Entonces de dónde salió ese apodo? La confusión nació con el astrónomo chilango Antonio de León y Gama.

Él se dedicó a estudiar este monolito junto al de Coatlicue y publicó un ensayo (que puedes leer aquí) que describe a esta piedra como un objeto de medición del tiempo. Sin embargo, no podemos decir que estaba del todo equivocado, ya que cualquiera podría deducir eso con solo observar el primer anillo. Este muestra los signos de los veinte días del calendario mexica.

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¿Para qué se usaba?

Ya vimos que la Piedra del Sol no es propiamente un calendario, más bien conmemora el tiempo creado y destruido por los dioses.

Sin embargo, también se asegura que este monolito, colocado en posición horizontal, pudo ser una piedra de sacrificios que se utilizaba para el culto solar.

La leyenda de los soles

Una cosa nos queda muy clara de la Piedra del Sol: de cierta manera narra la historia del tiempo azteca y la manifestación de los cinco soles.

Por eso, en el centro del monolito puedes apreciar la cara del Dios Tonatiuh. Después lo rodean cuatro glifos que representan los soles o edades anteriores. En conjunto, estos elementos conforman Nahui Ollin, el nombre del Quinto Sol o quinta era.

Esto quiere decir, que en la cosmogonía mexica el mundo y los hombres ya habían sido creados cuatro veces. Sin embargo, cuatro cataclismos los habían destruido. Además, estaban muy conscientes de que esta quinta era también terminaría algún día.

Para apreciar todos los detalles de la Piedra del Sol, te recomendamos que veas este recurso de Google Arts & Culture.

Su aparición en las monedas

La Piedra de Sol es tan icónica entre los chilangos, que varias de sus partes se han hecho presentes en las monedas mexicanas:

  • La moneda de $1 desde 1992 lleva una estilización parcial del segundo anillo, que representan ocho rayos solares.
  • La moneda de $2 tiene diez de los veinte días del mes azteca.
  • La moneda de $5 aparecen dos xiuhcóatl (serpientes de fuego), una frente a otra.
  • La moneda de $10 lleva en su centro el rostro del dios Tonatiuh y cuatro cuadrados que simbolizan los soles anteriores.

Si te late la historia prehispánica y quieres saber más acerca de los mexicas, checa esta nota de los cinco monolitos que se encuentran en la CDMX. También puedes echar un ojo a los tesoros del Templo Mayor y a los hallazgos del Museo Nacional de Antropología.

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