Salimos a mercados a preguntar: ¿en verdad venden el Niño Dios huachicolero?

El Día de la Candelaria no solo se trata de hacerse menso con los tamales. También es el día en que miles de chilangos presumen el nuevo look de sus niños Dios. Aunque para algunos es solo un muñeco, para otros es sin duda una de las máximas tradiciones preservadas por los católicos mexicanos: el día en que Jesús fue presentado al templo de Jerusalén.

Así, en la mayoría de los mercados, tianguis y plazas del país se venden los vestuarios para los niños Dios. Incluso en las últimas semanas se hizo viral el “Niño Dios huachicolero”. Pero, ¿de verdad lo venden?

Chilango se dio a la tarea de buscar los vestuarios más exóticos —incluyendo el Niño Dios huachicolero—, en diferentes puntos del Centro Histórico: la Merced, el Sonora y en la ya tradicional Romería Internacional del Niño Dios, ubicada en la calle Manzanares conformada ni más ni menos que por mil 200 comerciantes, artesanos y productores, la cual se realiza desde hace 65 años y a la que asisten aproximadamente 10 mil visitantes al día.

Para la cascarita

Entre los más exóticos se encuentran los niños futboleros, hasta con tenis y balón. Aunque más que vestuarios son uniformes del Cruz Azul, del América, de las Chivas, de los Pumas, de la Selección Mexicana, por mencionar algunos. Van de los $80 a los $130, dependiendo la talla.

“Las tendencias no han cambiado mucho en los últimos años”, comenta Raúl Labastida, artesano proveniente de Chalco, Estado de México. “Los que más me piden y hago son los vestuarios de San Miguel Arcángel, luego los trajes de médicos y enfermeros, estudiante, Sagrado Corazón, Santo Niño de Atocha, San Juditas, Juan Diego, etcétera. Nunca me han pedido el niño dios huachicolero. Ni sabía que lo hacían”, confiesa Raúl, mientras dispara su compresora de pintura sobre los niños que le dejaron para reparar.

El más vendido, según los mismos comerciantes, es el de San Juditas. Aunque también se venden mucho los ropones de San Benito y Juan Diego. Estos tres son los más populares en la Merced y el Sonora. El Niño Dios huachicolero no figura entre los más vendidos, aunque es popular en internet, los artesanos y vendedores no lo conocen.

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En tanto, los comerciantes destacan la labor de costura y reparación de realizan en estas fechas, un arte que sigue siendo muy mexicano.

“Lo único que cambian son los colores. Pero eso sí. Habemos mexicanos que todavía realizamos el proceso al por ciento en nuestros talleres. Desde trabajar el yeso, la cerámica o la madera, para formar un niño, lijarlo y pintarlo, hasta la confección de los materiales y el adorno de sus accesorios”.

“No nos vamos a dejar de los chinos. Incluso aquí en la Romería hay muchos vestuarios chinos que te los venden caros. Te podría decir unos que otros nombres, pero no quiero balconear a la raza que vive de esto”, expresó Raúl, con el ceño fruncido.

Niño negro e infantita

También, entre lo más exótico (para quienes no son muy conocedores) se encuentra el Niño Dios negro (no moreno), el cual cuesta un poco más debido a la pintura y al detalle de sus ojos claros, azules o color miel: 250 pesos el de 40 centímetros, sin ropa. El más chico es de cinco centímetros y cuesta 60 pesos, pero ya con todo y su traje.

Foto: Andrés Rangel

La “infantita” o “niña divina” es una rareza para algunos, incluso para los católicos, pero para otros es la representación de la hija de Dios. La diferencia es que tiene aretes, y en algunos casos las uñas y labios pintados de colores diferentes. Todo depende de la creatividad del artesano y del gusto del cliente.

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“Al igual que el niño negro, casi no son populares pero la gente pregunta mucho por ellos (aunque no los compren). También preguntan por el Niño Dios huachicolero, pero eso ya se me hace pura jalada”, dice Jesús García, comerciante que se dedica a reparar los niños en su taller ubicado en Iztapalapa.

¿Existe el “Niño Dios huachicolero”?

La verdad es que sí existe, pero se vende por separado (manguera y bidón). Es decir, no lo conseguirás ya armado sino que lo tendrás que adaptar. Aunque no en la Merced, ni en el Sonora, ni en la Romería Internacional. La razón: va en contra de la fe.

Los vendedores que se dedican a los niños Dios no están de acuerdo con este tipo de vestuarios como el Niño Dios huachicolero o reguetonero. “Estos vestuarios para mí son de satanás, son una burla”, afirma Itzel Montes, vendedora y reparadora de niños Dios, quien lleva tres años instalando su puesto en esta temporada sobre la calle Manzanares.

Foto: Andrés Rangel

Los comerciantes venden los ropones blancos que no representan ningún santo, para que lo adapten como Niño Dios huachicolero. Y depende del cliente si quiere comprar los accesorios en alguna tlapalería, papelería o materias primas. Por supuesto que estos complementos se pueden conseguir en la Merced o en el Centro Histórico.

Asimismo, venden camisas blancas para bautizar a los niños. “Las guayaberas las han utilizado para caracterizar a los niños como Andrés Manuel López Obrador, incluso los clientes lo piden como San Peje”, dice Margarita, acompañada de una carcajada.

Ella lleva 30 años dedicándose a esto y argumenta que si no se actualiza no vende. “Podré hacer vestuarios de famosos, pero nunca del Niño Dios huachicolero”, insiste.