En un día, Miguel Ángel Ruiz recibió 37 llamadas de números distintos por deudas ajenas. En todas, un despacho de cobranza, asociado a un banco, “lo invitaba” a pagar los $72,000 pesos que un tal Javier Maldonado debía por un préstamo personal…

Miguel no lo conoce, no sabe quién es; sin embargo, desde hace seis meses duda en contestar el teléfono, cansado de oír advertencias por “ocultar” a un deudor.

“Me dedico a la construcción y todos los días recibo llamadas de números desconocidos”, cuenta.

“Necesito responderlas porque mi trabajo depende de mis contactos, pero se ha vuelto insoportable el acoso por la deuda de alguien que no conozco. Ya bloqueé varios números, pero de alguna forma encuentran la manera de seguir llamando y amenazando”.

Las advertencias que recibe van desde presentarse en su vivienda “porque cuentan con la dirección”, hasta llegar con un abogado para tomar acciones legales.

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“Al principio me asusté porque, dime, cómo localizo a quien no conozco para que se responsabilice. Me daba miedo que llegaran a mi casa y molestaran a mi familia, pero eso nunca pasó”, explica Miguel Ángel.

“Es muy molesto, pero prefiero colgarles y no caer en su juego; el problema es que parece que nunca se van a cansar de llamar”.

Sobre las llamadas por deudas ajenas, hablamos con Jesús David Chávez Ugalde, director de Análisis y Estadística de Productos y Servicios Financieros de Condusef (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros).

“Los despachos de cobranza no son instituciones financieras, son intermediarios contratados por los bancos o sofomes para intentar cobrar o reestructurar deudas a cambio de una comisión”, aclara.

“De acuerdo con la Ley para la Transparencia y Ordenamiento para los Servicios Financieros, no pueden hablar con amenazas, tener nombres de entidades de tipo judicial, no te pueden embargar, acosarte en tu vivienda, llevarte a prisión ni hacerte bullying financiero por ninguna vía”.

Además, solo pueden llamar entre 7:00 de la mañana a 10:00 de la noche.

El Redeco, un apoyo para frenar llamadas por deudas ajenas

Condusef cuenta con el Registro de Despachos de Cobranza (Redeco), un sistema en el que las instituciones financieras dan a conocer los despachos que tienen contratados.

En ese mismo sistema, los usuarios pueden elegir entre 21 causas de queja (cuatro de ellas con consecuencias penales) cuando los despachos incumplen los lineamientos.

Tan solo de enero a junio de 2020, la Condusef ha recibido 13,088 quejas, de las cuales 8,810 provienen de instituciones de crédito.

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3,640 fueron contra Sofomes; 627, contra Entidades de Ahorro y Crédito Popular, y 11, contra Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito (OAAC).

Las causales que ocupan los primeros lugares son la gestión de cobranza sin ser el usuario, cliente o socio deudor; es decir, por cobrar deudas ajenas.

Otras quejas comunes son que no se dirigen de manera respetuosa y que emplean amenazas, ofensas e intimidación.

¿La deuda no es tuya? Así dejarás de recibir llamadas

Las llamadas incómodas tardaron dos años en desaparecer en casa de Lidia Pérez. En noviembre de 2019 interpuso la cuarta queja ante el sistema Redeco para que dejaran de cobrarle deudas ajenas.

Antes de eso, todos los días marcaban para preguntar por Margarita Pineda, una mujer que no conoce y quien empezó por deberle a un banco; después, reclamaban por un préstamo en una tienda departamental.

Ambas instituciones tenían un número que desde hace más de 25 años pertenece a la familia de Lidia.

“Fue una experiencia muy rara porque hubo como un año de diferencia entre las dos deudas, eso me hace pensar que esta persona seguía haciendo compras o pidiendo préstamos y daba un número que nadie verificaba”, narra.

Lidia y su familia optaron por dejar de responder y usar el teléfono solo para llamar. “Desde ahí busqué alternativas, no quería perder el teléfono con el que tenemos años. Al final lo logré, pero fue un proceso largo”.

A través de la Condusef existen dos vías administrativas para detener las llamadas de los despachos de cobranza y de deudas de desconocidos.

ABC para frenar las llamadas por deudas ajenas

El primer paso es interponer una queja ante el Redeco, ya sea presencial o en línea.

Para ello, en la próxima llamada que recibas es necesario que anotes el nombre de la entidad financiera que requiere el pago, el despacho de cobranza que estableció contacto y el nombre del cobrador.

Con toda esa información, ingresa al portal del Redeco y ten cuidado al seleccionar la causa de la queja; en este caso, “Gestión decobranzasin ser el usuario, cliente o deudor“.

“Es un trámite que no debe tardar tanto, pero sí puede suceder que haya que presentar varias quejas para generar recurrencia”, aclara Jesús David Chávez Ugalde, de Condusef.

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“Cuando un usuario ingresa una queja, la Condusef tiene tres días para reportarlo a la institución financiera y ellos cuentan con un mes para notificar al despacho los motivos de queja y pedirle que siga los procedimientos de ley”.

Agrega que, cuando quien responde no es el deudor, las llamadas deben detenerse por completo. Sin embargo, mientras se hace la investigación, el cobrador puede seguir insistiendo.

Si después de la primera queja y una vez que terminaron los plazos, el acoso por deudas ajenas continúa, se puede levantar otra denuncia en el Redeco… sí, otra.

¿Y qué pasa con mi queja?

Si un despacho recibe muchas quejas, señala Chávez Ugalde, la institución financiera que contrata sus servicios podría ser sancionada económicamente y recibir bajas calificaciones en sus evaluaciones de servicio.

Tan solo de enero a junio de 2020 se han emitido 48 multas, equivalentes a $802,546.

“Algo en lo que hay que poner mucha atención es que si yo soy el deudor, lo único que va a pasar es que la institución le pedirá al despacho que se apegue a las disposiciones, pero van a seguir llamando 30 veces al día”, advierte.

Pero si tú no le debes nada a quien te llama, te tienen que dejar de molestar. “La única excepción es que hayas aceptado ser deudor solidario (aval), en cuyo caso sí tendrías responsabilidad, porque firmaste un contrato”.

La otra vía administrativa para que cesen las llamadas por deudas ajenas consiste en presentar un escrito ante Condusef. En él, debes describir las situaciones; por ejemplo, si te llaman fuera de horarios, recibes amenazas o no eres el deudor.

La queja se presenta para solicitar una cita de conciliación con un funcionario de la Comisión, la cual puede demorar hasta un mes y medio. Si existe consenso y se plasma en una resolución, en más o menos tres días terminará el acoso.

De acuerdo con Chávez Ugalde, es importante realizar la queja, pues en ocasiones las instituciones financieras pueden presentar pruebas de adeudos, aunque el titular lo niegue, y en otros, se ha descubierto robo de identidad.

Es importante aclarar que, si tu queja es contra alguna empresa comercial o tienda departamental, de telefonía móvil, internet, cable, etcétera, es competencia de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

También hay sanciones para quienes cobran

Amenazas, insultos, coacción, uso de sellos o documentos que aparenten ser de un juzgado o tribunal son delitos sancionados en el artículo 284 Bis del Código Penal Federal; si es el caso, puedes interponer una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia (FGR).

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Las sanciones contra personas que se dedican a la cobranza extrajudicial van de 1 a 4 años de prisión, y multas de $50,000 a $300,000, con posibilidad de aumento si hay otras agravantes.

“Para estas denuncias se pueden presentar los documentos que enviaron por correo o que llevó un supuesto abogado o representante”, así como mensajes SMS o de WhatsApp en los que recibiste amenazas, explica Luis Cruz Ramírez, socio fundador de la Federación Mexicana de Abogados.

El especialista en temas de amparo y juicios mercantiles señala que, aunque haya amenazas, ningún despacho puede ejecutar un embargo o cobranza directa si antes no hubo un juicio.

Y cuando quien recibe el acoso no es el deudor, como en las llamadas por deudas ajenas, no tendrás que cubrir ningún pago.

Por el contrario, si te acosan en tu domicilio, debes llamar a la policía, pues los cobradores incurrirían en varios delitos.

Ahora que, si los despachos de cobranza te llaman porque quien debe es tu familiar o conocido, tú no eres su aval, pero decides pagar para apoyarlo, tienes un plazo de dos años para interponer una demanda en tribunales civiles en su contra y reclamar tu lana.

En este caso, detalla Luis Cruz Ramírez, lo mejor es iniciar el procedimiento solo si el monto que te deben es alto, ya que tendrás que pagar abogados.