Denunciar amenazas en CDMX no es un proceso sencillo; sin embargo, sí es posible. ¿Qué hay que hacer? ¿A dónde acudir? ¿Qué hacer si alguna autoridad te dice que “no pasa nada”?

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En junio de 2018, Irene estaba en su casa cuando escuchó una fuerte discusión en el edificio en el que vive. Salió de su departamento para ver qué pasaba y se percató que su vecino agredía a una mujer en el pasillo. De inmediato, la joven de 26 años comenzó a grabar con su celular los hechos.

En la grabación se observa que Irene le pide al hombre que deje en paz a la mujer. Él reacciona, se acerca a la joven y le dice que no se meta. Luego la amenaza: “Te metes conmigo y yo sí te parto tu madre”.

Luego de discutir el tema con su familia y con el objetivo de dejar constancia de la agresión que había sufrido, Irene decidió denunciar al sujeto por amenazas; sin embargo, la acción legal no procedió como ella esperaba y todavía, a casi dos años de la primera amenaza, el caso no ha concluido.

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En entrevista conChilango, los abogados de Irene señalaron que, pese a que presentaron el video y que el sujeto aceptó ante las autoridades que había amenazado a la joven, el juez determinó que ninguno de los dos tenía responsabilidad alguna, que no había elementos ni un nexo entre los hechos y el daño provocado. Es decir: nada para nadie. No obstante, las amenazas continuaron.

Casi un año después, una noche de mayo de 2019, Irene vivió otro episodio de violencia con su vecino. Esa ocasión, ella le pidió que le bajara el volumen a la música. Él salió de su casa y comenzaron a discutir, por lo que Irene regresó a su departamento y llamó a la policía. Cuando bajó a ver si ya había llegado la patrulla, su vecino la alcanzó y la golpeó con ayuda de otras personas.

Desde entonces, la vida de Irena ha cambiado. “Tuve que poner cámaras de seguridad en mi puerta. Me cuido cuando salgo. Afortunadamente, el gobierno me apoya con escoltas, pero no están las 24 horas, a diferencia de este tipo. Ha sido prácticamente poner en pausa mi vida”, explica.

La amenaza más reciente ocurrió en enero pasado; sin embargo, de las tres denuncias que presentó contra su agresor, únicamente ha progresado la de mayo 2019, cuando fue golpeada. 

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¿Cómo denunciar amenazas en CDMX?

El abogado Alejandro Cruz señala que lo primordial en estos casos es resguardar la vida y pedir ayuda a las autoridades o servicios de emergencia, en caso de ser necesario.

Lo siguiente es acudir al Ministerio Público y presentar una denuncia. Ahí tienen asesores jurídicos que pueden ayudarte (no es obligatorio solicitarlos). Una vez que se denuncia, el MP puede ordenar medidas de protección, por ejemplo, prohibir al agresor que se acerque a la víctima en lo que se investiga. 

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En el artículo 209 del Código Penal para la Ciudad de México se establece que “al que amenace a otro con causarle un mal en su persona, bienes, honor o derechos de alguien con quien esté ligado por algún vínculo, se le impondrá de tres meses a un año de prisión o de noventa a trescientos sesenta días multa”.

“La amenaza debe llevar una afectación psicológica, que es lo que jurisprudencialmente se ha entendido en el delito de amenazas. Lo que busca el derecho penal es que la amenaza afecte en tu psique y cuando eso pasa ya actúa para protegerte”, explica el licenciado.

Después de la denuncia, las autoridades envían a la víctima a centro de ayuda, por ejemplo al Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI), donde un perito hablará con la persona afectada para determinar si hay un daño psicológico. Sin embargo, la cita puede tardar varios meses en llegar, porque estos centros normalmente están saturados.

Este periodo de espera puede afectar la integración de la carpeta. “No es lo mismo señalar un estrés postraumático que ocurre inmediatamente al hecho a que lo veas tres o cuatro meses después de esa afectación. La experiencia nos dice: influye en la forma en la que se emite el dictamen tiempo posterior”, explica Osvaldo Zaldívar Rosales, otro de los abogados de Irene.

En la primera denuncia que hizo Irene, el perito determinó que no había daño psicológico. Tras la agresión que sufrió en mayo de 2019, las pruebas resultaron positivas: sí hubo afectación.

Al ser cuestionados sobre qué tan conveniente es grabar una amenaza, los abogados señalan que es algo recomendable para demostrar que las agresiones sí ocurrieron; sin embargo, hay que tener cuidado, pues lo que importa aquí es con qué fin hicimos la grabación. 

Por ejemplo, si se hace para documentar y protegernos o para proteger a otras personas sí se considera un medio válido en materia civil para ser considerado como prueba. 

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Subir el video a redes sociales no afecta directamente al proceso, pero debes tomar en cuenta que exhibir el material sí puede causar una afectación al agresor, ya que puede ser atacado tras la difusión de la grabación. En todo caso, el juez debe determinar la intención con la que se hizo la grabación y que durante la misma no se invada la privacidad de nadie.

Este argumento fue utilizado por el agresor de Irene y sus abogados, quienes presentaron una denuncia por daño moral en contra de la joven, luego de que ella publicó el video en sus redes sociales. Al final, el juez determinó que la denuncia no procedía, porque la grabación se hizo en un lugar público.

El portal de datos abiertos de la CDMX detalla que se abrieron 24 mil 681 carpetas de investigación por amenazas en la ciudad entre 2018 y 2019. Iztapalapa, con 3 mil 902 casos, y la Cuauhtémoc, con 3 mil 284, son las alcaldías con más casos.

Los abogados explicaron que en estas denuncias lo que se busca principalmente son dos objetivos: una pena privativa de la libertad o una reparación del daño. En el caso de Irene lo que ella busca es la segunda opción, así como una disculpa pública.

“En el tema de amenazas no es solamente que te griten y te digan que te van a hacer tal cosa sino también el daño que mentalmente te generan a raíz de eso”, explica Irene.

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Amenazas y la violencia en el hogar

Cuando se trata de amenazas en el entorno familiar, específicamente a mujeres, las afectadas pueden acercarse a distintas instancias para recibir orientación legal y psicológica. Una de esas alternativas es la Línea de Mujeres (56581111, opción 4), que opera las 24 horas del día.

También pueden ir a alguna de las Lunas que se encuentran en la CDMX o al CAVI para denunciar los hechos o solicitar atención psicológica. Al igual que ocurre cuando se presentan otros delitos, las autoridades tienen la obligación de salvaguardar la identidad de los denunciantes cuando así lo soliciten.

“Denunciar la violencia familiar, las amenazas, la violencia de género da la oportunidad de que estos casos no queden impunes, que se investigue y se castigue a los responsables. A veces pareciera inútil o sin trascendencia, pero si no denunciamos, los agresores seguirán haciéndolo porque no reciben una sanción o porque no hay nadie que les esté diciendo que están siendo observados”, explica la abogada feminista Omaira Ochoa.

En la organización Justicia Pro Persona, a la que pertenece Ochoa, parten de la idea que quien amenaza está dispuesto a cumplir lo que dice, por lo que considera necesario que las estrategias de seguridad para mujeres estén encaminadas al ámbito de lo privado o familiar. 

“En muchos casos, el feminicidio es la conclusión de un continuo estado de violencia en el que esas mujeres han estado viviendo. Si las amenazas y otras conductas de violencia se atienden de manera eficaz, entonces estamos previniendo feminicidios”, señala Ochoa. 

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