Su vida se detuvo el 19 de septiembre de 2017. Frente a sus ojos vio cómo su casa y su lugar de trabajo se derrumbaban. Incluso, algunas de las piedras de la estructura que colapsó lo alcanzaron por la espalda.

“No sé ni cómo salí. Fue una cosa muy impresionante para mí, había vivido el temblor del 85, pero no tan de cerca; y como dicen mis vecinos y amigos: volví a nacer”. Se trata del señor Enrique Alcántar, de 65 años, quien todavía es uno de los damnificados del sismo que, de acuerdo con cifras oficiales, cobró la vida de 228 personas —solo en la capital del país.

Foto: Dalila Carreño

A pesar del año transcurrido, sigue viviendo en la calle —sobre Concepción Béistegui, esquina con Uxmal, en la colonia Narvarte—, donde ofrece sus servicios como planchador.

En ese espacio, de unos siete por tres metros cuadrados, cubierto con lonas de plástico y en donde hay dos camas, una pequeña casa de campaña, el burro y un angosto librero, también vive su hijo Felipe, de 20 años, y su perrito Timo.

En pie de lucha

Foto: Dalila Carreño

Con un burro y cuatro planchas que le han ido regalando, el señor Alcántar continúa con su oficio, por el que cobra $100 la docena. “Aquí vamos saliendo adelante, poco a poco. Ha sido un año muy difícil en lo económico, en lo moral, viviendo bajo las inclemencias de la naturaleza: fríos, calores, lluvia… Y a pesar de eso aquí estamos”.

Alcántar recuerda que fue su esposa, fallecida hace cinco años, quien lo inició en el oficio de planchar. Y aunque tiene otras dos hijas, no ve factible vivir con ninguna de ellas, porque están casadas; una vive con los suegros y han formado sus propias familias.

“No me gusta dar molestias, mejor buscaré la posibilidad de tener lo mío”, resume Alcántar, quien vivía en el mismo local donde estaba la tintorería del edificio que cayó, en Concepción Béistegui y Yácatas.

Después del temblor del año pasado, cuya magnitud fue de 7.1 grados, recibió un apoyo gubernamental de $2,200 mensuales, como parte de un “seguro de desempleo”, pero solo lo obtuvo durante cinco meses.

Foto: Dalila Carreño

Alcántar recuerda que en una visita que Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno electa, hizo a la zona, le expuso su caso. “Le entregué una carta y me dijo que una vez que entrara en funciones iba a ponerse en contacto conmigo. Me decía personal allegado a ella que iban a ver si me podían inscribir para tener la tarjeta de ayuda a personas adultas”.

El señor Enrique Alcántar se encuentra en Concepción Béistegui, esquina con Uxmal, en la colonia Narvarte:

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