Sin importar que se tratara de una zona de preservación, piperos extraen agua de un manantial en el Ajusco para después venderla en colonias que sufren de escasez en la alcaldía Tlalpan.

De acuerdo con información de Reforma, los operadores de las pipas cobran hasta 3 mil pesos a clientes que contactan por teléfono y WhatsApp.

Para realizar la ordeña, colocaron una piscina hecha con plásticos y así retener el caudal, el cual está ubicado al final de un estrecho camino de terracería, a unos 15 kilómetros de Santo Tomás Ajusco.

De acuerdo con los pobladores, la extracción del líquido comenzó desde finales del año pasado, sin embargo, a partir de febrero se convirtió en una práctica habitual, pues diariamente se saca agua del sitio.

Los piperos vigilan el lugar y hasta organizan turnos para conectar las bombas y aunque admiten que realizan esta actividad de manera ilegal, presumen que pueden abastecer el agua a los afectados, incluso más rápido que la alcaldía.

¿Qué pasará si siguen sacando el agua del manantial en el Ajusco?

De seguir con esta extracción, los problemas de escasez en la zona podrían alargarse, explicó al diario Alma Orozco Segovia, investigadora titular del Instituto de Ecología de la UNAM.

“En apariencia no es un problema captar el agua y llevársela, pero sí lo es por ser un área de reserva, cuya función es permitir que los bosques y otros ecosistemas brinden estos servicios a toda la Ciudad”, explicó la experta.

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