Magnetizado es un libro en el que la oscuridad se esconde amenazante en cada una de las páginas.

A finales del mes de septiembre de 1982, una serie de asesinatos misteriosos conmocionaron a Argentina. En tan solo una semana, en el barrio de Mataderos (justo donde casi un siglo antes estuvo ubicado el principal matadero de ganado en Buenos Aires), cuatro taxistas aparecieron muertos con un disparo calibre .22 en la sien derecha.

Todos en situaciones similares: los autos, estacionados en una esquina, con los faros delanteros encendidos; los conductores, en el asiento delantero del vehículo; los documentos del auto y del chofer, desaparecidos. El miedo se apoderó de la ciudad. El sospechoso tomó varias formas: algunos decían que era una mujer vestida de hombre; otros, que era un estudiante de escuela nocturna. Los taxistas comenzaron a tomar justicia por mano propia.

Pero el culpable no tardó en aparecer. A mediados de octubre, un hombre se presentó en el Palacio de Justicia. Dijo que su hermano, Ricardo Luis Melogno, de 20 años de edad, era el responsable de los asesinatos y que justo en ese momento estaba desayunando en casa junto a su papá.

Más de tres décadas después, entre noviembre de 2014 y diciembre de 2015, el escritor Carlos Busqued (finalista del Premio Herralde de Novela 2008 con Bajo este sol tremendo, una historia a la que también vale mucho la pena echarle un ojo) pasó horas y horas (más de 90) conversando con Melongo, cuya transcripción dio como resultado 500 cuartillas. Y, en un trabajo que se antoja agotador, el novelista construyó Magnetizado, un libro de apenas 146 páginas en el que suena fuerte y clara la voz de un psicópata que no tiene clara la razón detrás de sus actos.

La búsqueda de una respuesta a la pregunta de por qué Ricardo hizo lo que hizo es lo que mueve al lector a lo largo de Magnetizado, pero son muchas las sorpresas a lo largo del camino: una madre solitaria, egoísta, paranoica, espiritista y violenta; sesiones de santería; una infancia complicada; mucha soledad, silencio y murmullos, y voces en la cabeza que le decían que matara.

Busqued se limita a prestar su voz y ese es quizás uno de sus grandes logros en esta obra: no hace ningún juicio y muestra al asesino tal y como es. Sin filtros, Merlongo aparece a veces lúcido, pero también se muestra desesperado en incapaz de comprender qué lo llevo a convertirse en lo que actualmente es.

Magnetizado, Carlos Busqued, Anagrama, Barcelona, 2018, 148 páginas, $340

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