Desde las nueve de la mañana, el primer aspirante a chofer de pipa de Pemex (Petróleos Mexicanos) llegó al Campo Militar número 1, en Naucalpan, Estado de México, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la contratación inmediata de dos mil operadores, quienes recibirán un sueldo mensual de 29 mil pesos. Esto como parte de la estrategia contra el robo de gasolina, emprendida hace un par de semanas por el gobierno federal.

Los aspirantes a chofer de pipa de Pemex fueron llegando poco a poco. En la fila había jóvenes desde 25 años hasta señores de 60, quienes se formaron en espera de ingresar al campo militar para realizar un examen de conocimientos generales y pruebas de manejo.

Te recomendamos: AMLO busca conductores para pipas de gasolina

Los encargados de aplicar las pruebas para chofer de pipa de Pemex son miembros del Ejército, institución que se encargará de seleccionar y reclutar a los más aptos, a partir de este viernes 18 de enero hasta el próximo lunes 21 de enero, cuando cierra la convocatoria a las seis de la tarde.

Daniel Vázquez es chofer de transporte público desde tres años; sin embargo, no ha encontrado estabilidad laboral. Estudió una carrera técnica en Computación, pero ante la necesidad se metió a trabajar en la empresa de autobuses ADO. “Me llamó la atención que se trata de un empleo fijo y de buen sueldo. Espero encontrar estabilidad para ayudar a mi familia”, dijo. Chilango.

Gustavo Rodríguez, de 46 años, dice tener los conocimientos necesarios para ser transportista porque trabajó como chofer en la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Además, actualmente maneja un Uber, por lo que se animó a ir a dejar sus documentos. “Estaría dispuesto a dejar este empleo para entrar a Pemex”, cuenta. Y agrega que nadie de su familia se enteró que fue a hacer las pruebas para chofer de pipa de Pemex.  “Nada más agarré mis papeles y me vine”, confiesa mientras sonríe.

Te puede interesar: ¿Tienes un changarro? Éntrale a las tandas de AMLO

Al igual que Daniel, Gustavo tiene una carrera técnica en Mecánica Automotriz, pero no la ejerció porque era muy joven cuando tuvo que empezar a trabajar.

Así fue que, como adolescentes esperando entrar al examen de admisión a la universidad, los aspirantes a chofer también tuvieron que hacer tres filas según les indicaban los militares, quienes lo primero que revisaban es que todos los aspirantes llevaran sus documentos completos.

Foto: Andrés Rangel Garrido.

Incluso uno que otro aspirante llegó acompañado de su pareja sentimental. Como en el caso de Arturo Eduardo, quien fue con su novia Isdanel García. “Es una motivación para nosotros, como mexicanos, que no sea solamente con palancas o para familiares que trabajan en Pemex”, señala.

Arturo y su pareja faltaron al trabajo. Ella es empleada de un banco y él es transportista de carga desde hace tres años. Ambos tienen 27 años. “El intento se hace. Ya lo demás está por verse. Esperemos que se dé algo bueno, y si no pues ni modo, buscamos otra oportunidad”, dice Arturo.

“Lo vimos en la mañana en las noticias y vinimos corriendo para acá. De hecho nuestras familias no saben. Esperamos llegar con la noticia”, dice Isdanel, quien esperará a Eduardo con las demás novias, esposas y familiares de los solicitantes.

Otro caso es el de Jesús Gómez, quien además de interés personal acudió por interés común, para “echarle la mano a la Nación”, dice. Lleva ocho años como chofer y quiere superarse. Empezó a los 30 años de chofer, transportando refrescos. “Más allá del sueldo, a mí me gusta estar detrás del volante. Me gusta recorrer la República. Voy a donde me manden” y enfatiza: “Es importante tenerle gusto al trabajo. Sobre todo en esta rama. Si no te gusta esto, no la haces. Si no eres transportista de corazón, no la armas”, asegura.

También lee: ¿Otra vez? Rompen ducto que abastece gasolina a la CDMX

Jesus añade que tras el anuncio de la convocatoria para chofer de pipa de Pemex no la pensó dos veces y salió de inmediato a dejar sus papeles.

Otro de los aspirante es Julio César Valandrán, quien junto con sus amigos, llegó desde el municipio de Tula, en Hidalgo. Todos pasan de los 50 años, pero, dicen, tiene más de 20 de experiencia como choferes. La mañana de este viernes, ellos salieron de sus casas desde las nueve de la mañana y llegaron a la una de la tarde a Naucalpan. “El sueldo nos ayudaría para pagar deudas, la verdad. Gano 10 mil pesos al mes y hago mucho sacrificio para ver a mi familia. Esto estará más relajado”, confía Julio César.

Texto y fotos: Andrés Rangel Garrido.