Existen muchos edificios y recintos que alguna vez fueron puntos de referencia en la CDMX —y Edomex— pero, por distintas razones, fueron demolidos. Lo cierto es que los chilangos seguimos recordándolos, pues —en su momento— fueron de gran importancia. Tristemente, con el paso de los años quedaron en el olvido y, los que alguna vez fueron espacios valiosos por su diseño, arquitectura y uso… ahora solo forman parte de la memoria colectiva. Aquí recordamos a varios de ellos.


Toreo Cuatro Caminos

Sede de corridas de toros, eventos pugilistas, políticos, conciertos y testigo del fin de la carrera de El Santo. Aunque hoy en día sólo queda la imagen de este enorme domo en la estación del metro que lleva su nombre, el Toreo albergó durante más de 61 años algunos de los espectáculos más grandes de la Ciudad de México en el siglo XX. El inmueble fue inaugurado el 23 de noviembre de 1947 y, pese a que aún no estaba concluido del todo, comenzó a recibir a cientos de visitantes.

Para 1968 se añadió el famoso domo de hierro que le brindó una mejor acústica, aunque inicialmente se pensó como plaza de toros, su popularidad se la darían los encuentros de boxeadores y luchadores. Según cuenta la memoria mexicana, el lugar se prendía el puro estilo de la Arena México, con fanáticos vitoreando a Julio César Chávez y llorando con la partida del “enmascarado de plata”.

El tiempo no pasa en vano. La estructura comenzó a deteriorarse con el tiempo, además, la apertura de nuevas arenas disminuyó el aforo a este sitio. En 2007 se despidió con la grabación de la serie Capadocia —está en HBO Max—, un año después comenzó su desmantelamiento. Si duda alguna, el Toreo es uno de los edificios demolidos que más recordamos. Hoy en día hay un enorme centro comercial en su lugar, porque en la ciudad lo que faltan son plazas comerciales, ¿no?

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Parque Deportivo del Seguro Social

Una de las demoliciones más sonadas en años recientes es la del Parque Deportivo del Seguro Social. Antes del moderno estadio Alfredo Harp Helú, los Diablos Rojos jugaron en este lugar, compartiendo su hogar con los Tigres Capitalinos —que ahora son costeños de Quintana Roo—. Desde su apertura en 1955 y hasta el 1 de junio del 2000, fue un espacio dedicado al béisbol, sin embargo fue vendido para convertirse en ¿Adivinen qué? ¡Un centro comercial!

Eso sí, no vamos a negar que el Coloso de la Narvarte necesitaba una manita de gato. En 1980 sufrió un accidente cuando se derrumbaron sus gradas de madera, pero eso no fue nada comparado con lo que vio en el ’85, cuando se convirtió en un enorme anfiteatro tras el terremoto que azotó la Ciudad de México. En fin, este es otro lugar emblemático que los chilangos aún recuerdan y añoran.


La Octava

Otro de los edificios demolidos que los chilangos todavía recodamos es La Octava. Quizás pasaba desapercibido por ser una estación de policías, pero el edificio conocido como “La Octava” fue demolido para dar lugar al estacionamiento del centro comercial Parque Delta. La demolición de esta estructura se encuentra envuelta en un chismecito turbio, o al menos eso aseguran los vecinos de la zona, quienes resistieron e interpusieron una serie de documentos para frenar esta demolición.

Ustedes se preguntarán por qué tanto argüende por una estación de policía, lo cierto es que el caos vial de la zona se debe principalmente al centro comercial y este aumenta junto con el crecimiento de la plaza. Por otro lado, “La Octava” estaba catalogada como inmueble protegido por el INBA debido a su peculiar estilo arquitectónico de 1943. Además, aquí se encontraban vestigios arqueológicos que, de acuerdo a testigos, simplemente fueron saqueados.

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Arena Pista Revolución

Fue una de las primeras pistas de hielo en la ciudad, tras una remodelación en 1968 fue sede de los Juegos Olímpicos en México, para 1983 vio nacer la carrera de Atlantis… hoy hay una gasolinera en su lugar. Puros corajes con esta investigación, de ‘veras. Esta arena multipropósito vio de todo por 37 años, tiempo que estuvo de pie en la colonia Nonoalco. Incluso los fanáticos de la lucha libre la recuerdan con nostalgia ya que aquí se llevaron a cabo algunos históricos eventos.

Este espacio fue concebido en 1960 como una pista de hielo para impulsaba el hockey en México. Años más tarde recibió a los equipos de voleibol de los Juegos Olímpicos, por lo que sufrió cambios drásticos. En vista de que el hockey no prosperó en la ciudad, los luchadores la convirtieron en una de sus arenas. Cada jueves la afición se la rechiflaba con torta en mano a los que se presentaban en el lugar. En 1997 fue demolida tras el enfrentamiento de Felino, Negro Casas y La Fiera contra Mano Negra, Hijo del Gladiador y Arkángel.


La Mariscala

Cuando el furor del art decó inundó la Ciudad de México, La Mariscala se erigió con elegante geometría en la avenida Eje Central, justo a espaldas del Palacio de Bellas Artes. La historia de este edificio comienza con la antigua casa que ocupaba este predio, aquí vivían los Mariscales Castilla en el siglo XVI, de ahí el nombre que tomó esta edificación años más tarde. Tras ser demolida en 1943, comenzó la construcción del nuevo edificio diseñado por el arquitecto Manuel Ortiz Monasterio.

El edificio albergó apartamentos, oficinas e incluso la antigua Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas en los años 50. Pese a su imponente construcción, no resistió la embestida del terremoto de 1985, quedando seriamente dañado. Según algunos testimonios, el daño fue tal, que a partir del tercer piso ya no contaba con escaleras y desmantelarlo fue complicadísimo. Su demolición se llevó a cabo en 1987 y hoy en día es un lote baldío —bastante feo— utilizado como estacionamiento.

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Centro Cultural Arte Contemporáneo

Polanco tampoco se salva de las demoliciones de lugares emblemáticos y uno de los casos más tristes es el del Centro Cultural Arte Contemporáneo, quien abriera espacio para exposiciones de El Greco, Frida Kahlo, Edward Munch, Paul Klee y Dalí en tan sólo 13 años de existencia. Ahora sí que “live fast, die young”. Este museo perteneció a la Fundación Cultural Televisa, en un inicio fue Centro Internacional de Prensa para cubrir el Campeonato Mundial de Fútbol, pero cambió su giro para albergar icónicas piezas de arte.

En 1998 este museo cerró sus puertas y fue utilizado para diversos fines hasta caer en el deterioro. El inmueble diseñado por Javier Sordo Madaleno fue vendido y demolido en 2006 para iniciar la construcción de una torre de 29 pisos que forma parte del hotel Presidente Intercontinental.


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