Hace algunos años, Lourdes Murias quiso sorprender a su sobrino Leonardo para su cumpleaños. Buscó un juguete original, pero no encontró nada. «¿Y si lo hago yo?», pensó. Puso manos a la obra y creó El Arte de la Ratona

Ella es ingeniera mecánica y desde chiquita fue aficionada a la carpintería, algo que aprendió de su abuelo Jesús, así que no fue un terreno completamente desconocido. Solo le faltaba descubrir su talento como artista. Lo hizo con un robot articulado y armable-desarmable, con ojitos de led. El niño quedó fascinado con el obsequio. Le dijo: «Tía, cuando sea grande ya habré regalado todos mis juguetes, excepto este» (ayñ, ojito Remi).

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A sus demás sobris también les fabricó juguetes únicos: un gatito para Paula, un castillo para Sofi, un trenecito para Nico, una bailarina para Majo.

Cuando en su chamba «seria» quisieron mandarla a vivir fuera de CDMX, Lourdes se dio cuenta de que era el momento de darle un volantazo a su vida y abrir el espacio con el que había soñado, en el que pudiera compartir a estos seres fantásticos de madera con más niños y niñas de todas las edades.

Para que conste que todo es artesanal, el taller está a la vista del público, donde los «ratones» (estudiantes que colaboran con Lourdes) trabajan y crean sus propios diseños. A los modelos existentes se unieron marcianos, unicornios, ratones y otros animales, además de casitas, rompecabezas y aviones. Cada juguete está numerado, porque son piezas únicas.

También hay objetos de decoración, como lámparas, móviles, percheros y cajitas. Ahora todos podemos ser los sobrinos consentidos de Lourdes y adoptar a estos personajes entrañables.

El Arte de la Ratona

Dónde: Marsella 88, Juárez / 5514 1546

Cuándo: lun.-vie. 11-19 h, sáb. 11-14 h

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