Cuando Adam Sandler todavía estaba de moda (allá por el lejano 2004), era común verlo como un inesperado galán de comedias románticas —100% real, no fake—. Una de ellas fue 50 First Dates, en la que se enamora de una chica quien, debido a un choque, padece un tipo muy especial de amnesia en la cual no puede guardar memoria de nada ocurrido tras el accidente. Ahora, llega a carteleras una versión mexicana de Como si fuera la primera vez.

La cinta no es exactamente mala; de hecho, es la típica fórmula del rom-com que lleva años sin cambio alguno. Sin embargo, aunque no es como si la original fuera una cinta inolvidable —lejos de eso— esta es aún menos memorable.

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Cuatro razones para no ver la versión mexicana de Como si fuera la primera vez

Por la falta de originalidad

Si bien este el argumento de muchos remakes, en el caso de la versión mexicana de Como si fuera la primera vez es aún más insoportable.

Puede que no sea completamente su culpa, pues el hecho de que el título original sea uno de los más repetidos en la selección de películas de cadena abierta y que quizá has visto al menos cinco veces porque la familia no podía decidirse en qué ver seguramente afecta nuestra percepción.

Pero justo por eso debieron ponerle tantito esfuerzo en hacer la historia diferente. Después de todo, ¿de verdad quisieras pagar por la misma película que ya has visto una y otra vez?

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Por los cambios que SÍ hicieron

Aunque son pocos los cambios que la versión mexicana de Como si fuera la primera vez hace de su original, estos resultan inexplicables y poco le añaden a la trama. Por ejemplo, el protagonista obtiene su trabajo y el bote que siempre había querido gracias al papá de Lucy —su coprotagonista—. Esto no cambia en absoluto la historia, pero sí la personalidad y las capacidades de los personajes, volviéndolos completamente unidimensionales.

Igualmente, aunque la nueva entrega dura solo unos minutos más que la original (una hora y 50 minutos, en contra de la hora 40 de la primera versión), el tiempo se distribuye de manera diferente: en la primera nos muestran más de la vida de Henry —Diego, en este caso—, mientras que en la segunda pareciera que lo único en su vida es salir con Lucy. El resultado es una historia plana, repetitiva y en apariencia innecesariamente larga.

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Por la poca química entre los personajes

Muchas cosas puede decirse de la cinta del 2004, pero algo que nadie puede negar es que la dupla de Barrymore y Sandler funcionaba a la perfección (por supuesto que dos películas previas sentaron las bases necesarias).

En contraste, la versión mexicana de Como si fuera la primera vez se vuelve extremadamente tediosa ante la pareja de Vadhir Derbez y Ximena Romo quienes más que una divertida y dulce pareja, parecen estar incómodos ante la compañía del otro a lo largo de todo el filme.

Por las pésimas decisiones técnicas

Hablando de incomodidad, ¿recuerdas esa primera cita en la que querías salir corriendo porque la otra persona decía todo lo que odiabas? Bueno pues prepárate, porque la versión mexicana de Como si fuera la primera vez está llena de planos subjetivos que nos colocan como uno de los protagonistas durante sus salidas.

Puede que la primera e incluso segunda vez no resulte particularmente molesto, pero después de casi 10 minutos de esto, sí resulta algo fastidioso. Otro ejemplo de estas malas decisiones es el audio que se escucha demasiado artificial a lo largo del metraje —destacando la voz de Lucy—. Se trata de un problema de edición que si nosotros notamos ellos deberían haberlo hecho también.

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Lo único que salva a la versión mexicana de Como si fuera la primera vez

Aunque podríamos seguir con la lista por las cuales la cinta de Mauricio T. Valle es innecesaria, hay un aspecto que hace de esta adaptación una disfrutable: su reparto de soporte.

Estos no solo aportan los mejores chistes de la película, aquellos que además de nuevos sí causan risa y su actuación es mucho más natural y desenvuelta que la de los protagonistas —a excepción de Alejandro Camacho, quien pareciera que perdió una apuesta para estar en el filme por las poquísimas ganas que tiene de hacer cualquier cosa—.

La versión mexicana de Como si fuera la primera vez se estrena este 30 de agosto en cines comerciales.

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