Hicimos un recorrido por los templos de la CDMX que son hogares de logias masónicas y repasamos sus historias que se remontan al siglo XVIII.

Una escuadra y un compás aparecen en lo alto de un edificio gris en la colonia Juárez, en la sección inferior tres portones, el de en medio, el más grande, se alza sobre un remate de mosaicos blanco y negro “¿Sabe si aquel es un templo masónico?”, le pregunto a un hombre de la tercera edad que encuentro a unos pasos de donde estoy “No sé, pero hay una iglesia a unas cuadras”, responde preocupado.

Escribo la ubicación en el buscador de internet de mi celular y descubro que, en efecto, aquel es el sitio de reunión de la “Muy Respetable Gran Logia Valle de México”. De acuerdo con su sitio web, tiene 160 años de existencia.

Checa también: La Primera Sinagoga Ashkenazi de México

Tecleé “Logias masónicas” en la misma vía y encontré 7 construcciones en la CDMX que sirven o sirvieron para un propósito similar.

La logia con nombre en inglés ubicada Polanco tiene en su fachada al menos 100 ventanales con herrería negra que recuerdan salones de clase. Por su parte, el que se ubica o se ubicaba en Centro Histórico se halla en la parte superior ¿o al fondo? de una tienda de vestidos de quince años. Muchos de estos lugares se pueden confundir facialmente con algo más.

Historia de las logias masónicas en México

Las logias masónicas llegaron a México en el siglo XVlll, junto a los primeros inmigrantes franceses. Fue precisamente el rito de su nación de origen el primero que se instaló en el país, aunque algunos historiadores señalan que a la par de este, se estableció el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

En 1823 se fundó la primera logia de York en México. Tres años después se creó el Rito Mexicano, cuyo principal representante es el expresidente Benito Juárez.

Originalmente estas sociedades eran exclusivamente masculinas, pero actualmente la mayoría de los ya mencionados ritos y otros que se han sumado, cuentan con logias femeninas o mixtas.

La masonería se define a sí misma cómo una institución de carácter iniciático, filantrópico y simbólico. Se rige bajo los principios plasmados en el lema de la revolución francesa, leyenda acuñada en sus reuniones: Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Echa un ojo a: La pagoda de Iztacalco, templo que guarda restos de mártires

¿Para qué sirve la masonería?

Me contacté con la abogada Catalina T, maestra masona del Rito Escoces Antiguo y Aceptado. “¿Qué hacen las masonas?”, le pregunte. “Vamos a reuniones en las cuales compartimos conocimientos”, respondió. Agregó que “previo a esto, se estudia un tema y se elabora un trabajo escrito del mismo”.

Catalina asiste los fines de semana a un edificio blanco de tres pisos construido específicamente para albergar logias de mujeres. En su fachada se distinguen dos columnas azules que aparentan sostener un triángulo. “¿Quién puede entrar al lugar donde te reúnes?”, le pregunto “En nuestras instalaciones existen espacios donde solamente podemos ingresar los miembros, pero, también hay otros donde pueden desarrollarse actividades para la familia, invitados, etc.”, explica.

Logias masónicas en CDMX

Recordando la reacción del hombre que encontré en la colonia Juárez, le pregunté: “¿Son una asociación religiosa?” “No, somos una institución filosófica y discreta de carácter iniciático”, contesta.

Tomando en cuenta las leyendas y teorías de conspiración que envuelven a la masonería, con un poco de pena inquiri: “¿Se relacionan de alguna forma con el satanismo? “No, definitivamente. Lo que pasa es que, al ser una institución discreta y hasta cierto punto secreta, que pugna por la libertad de pensamiento, algunas religiones, o personas, por desconocimiento la han satanizado y penalizado”, aclara.

La masonería se institucionalizó en Europa a finales del S. XVll probablemente en el contexto de la ilustración. Las y los masones explican que su organización desciende de las hermandades de albañiles medievales. No obstante, mitológicamente sus antecedentes se remontan a la edificación del Templo de Salomón en el 952 A.C.

“¿Para qué sirve la masonería?”, le pregunto a la abogada. Ella responde que “para el desarrollo de las virtudes y la adquisición de conocimiento. En otras palabras, para el mejoramiento personal en aras del progreso de la sociedad”.

Antes de irte, no dejes de leer: ¡Historias insólitas! 5 Templos enterrados e inundados cerca de la CDMX