Después de muchos años de no tocarla en vivo, anoche sir Paul McCartney entregó a los chilangos “A Hard Day’s Night” para abrir su esperadísimo concierto en CDMX, parte de su gira One on One Tour.  

Alrededor de 48 mil 300 personas nos reunimos anoche en el Estadio Azteca con el alma esperanzada para disfrutar del quinto concierto que Macca ha ofrecido en nuestro país. La expectativa era alta, sobre todo después de su mensaje de solidaridad con México tras los sismos de septiembre. No nos defraudó: la noche fue estremecedora y el setlist, extraordinario.

De las 39 canciones —de The Beatles, de Wings y de Paul como solista— que duró el concierto, estos fueron los mejores momentos:

¡México, te amo!

Sir Paul puso sus manos en forma de corazón y dijo «¡México, te amo!» justo antes de tocar “Nineteen Hundred and Eighty Five”, famosa de la época de Wings. Él siempre es amoroso con los mexicanos durante sus conciertos; sin embargo, anoche fue aún más expresivo. Dos veces, con el puño en alto, gritó «¡Fuerza México!», su mensaje de solidaridad ante la etapa de reconstrucción que vivimos como país.

El primer grito fue previo a “Maybe I’m Amazed”, cuando el público lo interrumpió al grito de «Oléee, oléee, sir Paul, sir Paul». El segundo ocurrió al terminar “Let It Be” en el piano mientras el estadio se iluminó con las tintineantes luces de encendedores y celulares.

Además, Macca —como siempre que viene a México— intentó hablar «un poquito de español» durante la noche, e incluso contó la ya conocida anécdota de cuando aprendió nuestro idioma durante su infancia en Liverpool y recitó el trabalenguas que nunca olvidó: «Tres conejos en un árbol tocando el tambor. Que sí, que no, así lo he visto yo».

El nudo en la garganta

Como cada vez que interpreta “Here Today”, Paul la dedicó a John Lennon. «Escribí esta canción para mi carnal John» dijo y nos dejó a todos con ojito Remi. Lo mismo cuando recordó a George Harrison con “Something” en el ukelele y le agradeció por haber escrito esa «bella canción». Las ganas de llorar se aceleraron aún más cuando tomó la guitarra acústica para cantar “Blackbird”, el estandarte de libertad para todas las personas de alguna forma discriminadas alrededor del mundo. Menos intensos pero también emotivos fueron los momentos de prender el encendedor y cantar «All we are saying is give peace a chance» —el remate de “A Day in the Life”— y «She makes me certain that I can fly», durante “My Valentine”, canción que dedica siempre a su esposa Nancy.

Las sorpresas

A George Martin, el quinto Beatle, le dedicó “Love Me Do”, canción que nunca había tocado antes en México. ¡Sorpresa! También interpretó “In Spite of All the Danger”, la primera canción que hizo con John Lennon en la época de The Quarrymen. Otro buen detalle fue acompañar “Let Me Roll It”, de Wings, con una parte de “Foxie Lady”, original de Jimmy Hendrix; igual que pasar de “Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band” a “Helter Skelter” para hacernos brincar y agitar la cabellera. También, por supuesto, tocó las nuevas: “Queenie Eye”, “New” y “Four Five Seconds” —la que interpreta con Rihanna y Kanye West—; aunque estas últimas eran esperadas.

Lo mejor de lo mejor

Tres gloriosos momentos hicieron estallar al Estadio Azteca:

1) “Live And Let Die”, como es costumbre, explotó con fuegos artificiales junto a la batería del gran Abe Laboriel Jr., la guitarra de Rusty Anderson y Brian Ray, y el teclado de Paul Wickens hacia el final de concierto.

2) El momento en que el recinto se convirtió en un coro de más de 48 mil personas cantando «Na, na, na, nanananá» durante “Hey Jude” mientras Macca ondeaba las banderas de México, Estados Unidos, Gran Bretaña y la LGBTTTI.

3) «And in the end, the love you take is equal to the love you make»: la gran despedida de Sir Paul al terminar el encore del encore, “Golden Slumbers”, un clásico de The Beatles.

¿Lo veremos la próxima vez?

Aunque muchos tememos que este haya sido su último concierto en México —porque, vamos, tiene 75 años y su voz ya se escucha ronquita—, Macca se despidió diciendo: «Los veremos la próxima vez» mientras una ráfaga de fuegos artificiales iluminaba la esperanza de sus fans a medianoche. No sabemos si volverá, pero nos queda el recuerdo de que fue un concierto espectacular, y lo esperaremos tarareando «Na, na, nanananá…».

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