Sexo con dolor: algo no está funcionando bien

Si se supone que debe ser agradable, ¿por qué sucede?

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Si por las noches, cuando vas de regreso a tu casa, sudas al pensar que tu pareja te guiñará el ojo para caderear un rato y cuando llega el momento, pareces Pepe Le Pew que huye de él cuando intenta cualquier acercamiento, algo no está funcionando.

Y si accedes a semejante tortura que te deja como gato de angora que cuando se la meten grita y cuando se la quitan, llora, debes prender una alarma de alerta, ya que existen algunos factores que influyen para que no disfrutes del sexo como Eros manda.

Entrevistamos al doctor Dr. Vladimir Azpeitia Estua, médico cirujano especialista en Ginecología y Obstetricia, así como catedrático en el Hospital Obregón del módulo de Ginecología de médicos internos y nos dijo que esto se puede dar por diferentes motivos.

Ay, dolor, ya no me vuelvas a dar

‘La dispareunia, que es el término científico para definir a las relaciones sexuales dolorosas en las mujeres, tiene varias causas, entre ellas están las psicológicas. Cuando esto sucede, la causa del dolor puede ser el estrés o preocupaciones lo que hace que no pueda pasar por las diferentes etapas como son: excitación, meseta, orgasmo y resolución’, nos comentó el doctor Azpeitia.

Sin embargo, también existen factores físicos. Y no hablamos de un simple dolor de cabeza, al que tanto se le ha satanizado por acabar con la vida sexual de las parejas. Puede existir alguna disfunción hormonal u orgánica, como pueden ser niveles altos de colesterol, de triglicéridos, que generan una mala producción hormonal en los ovarios que hacen que la mujer lubrique poco o nada. Y cuando esto sucede: ah, canijo.

Además de esto, la anatomía de ciertas personas es su peor enemiga. Un canal vaginal estrecho puede ser la causa del dolor. De hecho, aquí el tamaño sí importa. Si la chica en cuestión se topa con un hombre que tenga un pene enorme, en vez de parecerle que por fin encontró el tesoro del pirata Barba Negra, le resultará un suplicio, pues empujará el cuello uterino y ello le generará mucho dolor.

¿Y tiene solución? ¿O estoy condenada a vivir una vida de monje?

Que no cunda el pánico. El doctor Azpeitia nos dijo qué se puede hacer para revertir algunos factores. Por ejemplo, cuando existe una disfunción hormonal, muchos doctores recomiendan tomar anticonceptivos: ‘esto puede ser una solución, ya que conjugan diferentes hormonas, como son progestágenos y estradiol, que ayudan a regular la función de células secretoras y que hacen que las relaciones sexuales sean más llevaderas’.

Eso sí, no todas las pacientes las necesitan ni reaccionan igual, cada una es diferente. No se pueden lanzar como el Borras a la farmacia y comprar las que vieron anunciadas en una revista. Es importante que el médico las prescriba según las necesidades y características de cada quien. 

Lo mismo para las personas con niveles alto de colesterol. El médico debe examinar a la paciente e indicarle qué tipo de terapia se debe seguir. Si el problema es psicológico habría que considerar hablarlo o incluso, acudir a terapia. No está padre sufrir en soledad.

Los más frecuentes en las pacientes jóvenes son los factores psicológicos y los hormonales.

¿Esto sólo se da en mujeres?

No. Cuando no existe una adecuada lubricación, la fricción también le provoca mucho dolor a los hombres.

De seguir esto, ¿mi pareja y yo vamos directo al abismo?

La vida sexual es un aspecto muy importante. Así que si no te atiendes, pues crees que sanarás solita, estás equivocada. El dolor va a seguir ahí y lo único que pasará es que evites cada vez más tener relaciones sexuales hasta que llegue el día en el que seas prácticamente virgen y tu pareja ya esté cansada de mantener una relación íntima con Manuela (y eso en el mejor de los casos…).

De hecho, si accedes a tener relaciones sexuales a pesar del dolor, puedes sufrir laceraciones o un desequilibrio en flora bacteriana vaginal que a la larga te generará infecciones cervico-vaginales recurrentes.

Así que para de sufrir, todo tiene remedio. ¿Para qué prolongar la agonía si hay tantas alternativas de solución?

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