Chilangosutra: el sexo nuestro de cada día

Dale a tu cuerpo alegría como un digno habitante de la capirucha

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Nuestra querida ciudad tiene muchos lugares en los que nos podemos inspirar para ponerle Jorge al niño. Porque ya lo dijo Herodoto (bueno, quizá no él no lo dijo, pero seguro le gustaba darle alegría a su cuerpo): ¿qué sería del sexo si no fuera improvisado? 

Así que aquí les van algunas ideas para que se inspiren en la noche y hagan patria queriendo a otro chilango:

Toca, juega y aprende

Digo, para arrancar hay que calentar motores primero, así que nos inspiramos en el Papalote Museo del Niño. Como aquí se trata de jugar, pues vamos a divertirnos. Pueden lanzarse a una sex shop y comprar polvos comestibles que se pueden aplicar en zonas erógenas como cuello, espalda, boca. O bien, si andan con las arcas un poco rotas, pueden utilizar una tela para vendarse los ojos y sorprender a sus parejas por el lugar en el que van a besar, lamer o morder (tampoco es para que le hinquen el diente durísimo, nos referimos a leves mordidas), esto se asemeja al túnel oscuro que está en el Museo donde la chaviza puede experimentar con las sensaciones que ahí se encuentran. 

Barranca del Muerto

Después del preámbulo, viene la acción. El salto hacia la barranca del muerto (aunque en este caso, esté vivito y coleando). Puedes aplicar lanzarte hacia tu pareja de forma intempestiva y puedes ambientar con música. Según el psicólogo musical Daniel Müllensiefen, de la Universidad de Londres, la música determina cómo será el sexo. Por ejemplo, si pones rock, el efecto que tendrás será que ambos se olvidarán de los problemas y que mejorarán su estado de ánimo, algo parecido a lo que causa el alcohol. Así que súbanle a AC/DC.

Diana la Cazadora

¿Y si se pone un poco salvaje la cosa? Por qué no. A la Diana le pusieron un arco y una flecha, digamos que no usarás esto durante el sexo, pero ¿qué tal unas ligeras nalgadas o amarres eróticos? Según el Journal of Sexual Medicine, quienes practican el BDSM son más sanas psicológicamente, a diferencia de lo que se creía anteriormente que se derivaba de abusos o desórdenes mentales. Resulta que a quienes les gusta el BDSM tienen mejores indicadores de salud mental.

Monumento a la Revolución

Como bien dicta esta referencia obligada de nuestra ciudad, es todo un monumento al cambio. Así que aquí te proponemos cuatro posiciones diferentes para que pruebes con tu pareja:

La silla: el hombre debe recostarse sobre la cama. Sus codos y pies deben quedar pegados al colchón y levantar los brazos, justo como una silla. La chica debe sentarse encima y poner sus tobillos en los hombros de él.

La esfinge: la mujer se coloca boca abajo, dobla una de sus piernas y eleva su torso para sostenerlo con sus antebrazos. El hombre penetra por atrás y se mantiene sobre sus brazos. 

El trapecio: ésta es buena una vez que se haya dado la penetración. El hombre debe estar sentado con las piernas abiertas, la mujer sentada encima de él y de a poquitos se echa para atrás hasta recostarse sobre las piernas del hombre. 

Perpendicular: el hombre se recuesta sobre su espalda y ella se sienta encima de él, con las piernas dobladas mirando hacia el costado del hombre. Ella se reclina hacia atrás y se sostiene sobre sus brazos. Es un poco cansado, pero verán que van a tocar puntos que no habían tocado antes.

Ángel de la Independencia

Directo hacia la victoria. Como su nombre lo indica, el punto es que los dos lleguen al cielo. Aquí pueden meterle algo prohibido al sexo, como bien podría ser un poco de exhibicionismo. Hacerlo con las cortinas abiertas, abrir las ventanas y dejar que la diversión (tuya y de los demás) comience.

¿Qué otras ideas se les ocurre para hacerle honor a nuestra ciudad? Déjense llevar y escriban desde su ronco pecho.

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