Así como las mariposas migran debido al frío, la pandemia obligó a que las clases abandonaran su hogar en las aulas y se trasladaran a casas, cibercafés y hasta a las calles… y entonces nació La escuela de las mariposas.

Una vez afuera, su metamorfosis continuó. Los alumnos tomaron clases a través de la radio, la televisión o internet. Pero ¿qué pasa con las niñas y niños que no tienen acceso a esas herramientas?

Ante este panorama, en septiembre de 2020 nació la Escuela de las Mariposas, plan educativo de la organización El Caracol que busca atender a las infancias que viven en la calle o que enfrentan una situación de vulnerabilidad. El objetivo: reducir el rezago escolar.

Se trata de una escuela móvil que, además de dar clases a menores que viven en la calle o pasan la mayor parte del día ahí, busca brindar contención emocional y el reconocimiento de sus derechos humanos.

EN CONTRA DE LA DESIGUALDAD

“Sabíamos que la pandemia iba a limitar su acceso al derecho de la educación porque la población con la que trabajamos no cuenta con acceso a internet de calidad. Por ejemplo, cuando platicábamos con las mamás, nos contaban que se tenían que conectar hasta tres horas debajo de los postes del C5, que cuentan con WiFi gratuito, y que a veces ni así podían mandar las tareas”, explica Alexia Moreno, integrante de El Caracol.

A raíz de la pandemia miles de estudiantes abandonaron sus estudios. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 2.2% (738.4 mil) de los alumnos que se inscribieron al ciclo escolar 2019-2020 no lo concluyeron.

De ellos, por lo menos 58.9% no concluyeron el ciclo escolar debido a un motivo relacionado con la pandemia, como pérdida de contacto con los maestros o no poder hacer las tareas (28.8%), que alguien de su casa se quedó sin trabajo o disminuyeron los ingresos (22.4%) o no tenían computadora, conexión u otro dispositivo (17.7%).

Foto: Guillermo Rivera

SOLUCIONES ANTE LA ADVERSIDAD

“Ante ese contexto tan adverso, comenzamos a preguntarnos cómo podíamos ofrecer soluciones, porque en las salidas a la calle nos dábamos cuenta de que cada vez había más niñas y niños trabajando con sus mamás en la calle o que solamente permanecían en la calle porque sus mamás no tenían otro espacio donde dejarlos”, detalla Alexia.

La propuesta educativa que desarrollan en la Escuela de las Mariposas está basada en lo dictaminado por la Secretaría de Educación Pública (SEP). El programa de atención se centra en tres áreas: lectoescritura, habilidades matemáticas y conocimiento del medio.

“Las actividades están focalizadas en el grado de desarrollo cognitivo y el rango de edad. En los grupos hay infancias de 11 años e infancias de 3 años; entonces lo que se hace es que todas trabajan el mismo tema ajustado a su edad. Por ejemplo, los de tres años a lo mejor están trabajando en el reconocimiento de los números o cuentas básicas, y las infancias más grandes están trabajando operaciones más complejas”, explicó.

escuela mariposas
Foto: Guillermo Rivera

Garantizar el derecho a la educación y al juego

La Escuela de las Mariposas comenzó a dar clases en calles cercanas al Metro la Raza. Actualmente opera en dos puntos de la alcaldía Gustavo A. Madero y en el Centro de la ciudad.

Además de la posibilidad de volver a clases presenciales, este proyecto significó la posibilidad de que niñas y niños volvieran a interactuar con otros de su misma edad, tal como si estuvieran en la escuela. Esto también resultó positivo después del confinamiento.

En agosto de 2021 se reanudaron las clases presenciales en la Ciudad de México, pero la tarea de El Caracol aún no ha terminado. Aunque se regularizaran totalmente las clases, hay niños y niñas que permanecen gran parte del tiempo en la calle o vuelven ahí después de la escuela, pues es donde se encuentran sus padres.

Con las clases presenciales, la Escuela de las Mariposas modificó sus horarios a fin de seguir atendiendo a niñas y niños que lo necesitan, especialmente aquellos que enfrentan más dificultades para llegar a una educación formal, ya sea por falta de documentos o por prejuicios y estigmas que los colocan en una situación de discriminación.

La meta es poder tener una Escuela de las Mariposas en cada alcaldía de la Ciudad de México, a fin de trabajar y apoyar para que los menores puedan acudir a una escuela formal en un futuro.

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Foto: Guillermo Rivera

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