A los chilangos nos encanta lo macabro. Por eso, existen varios museos con objetos sacados de pesadilla. Sin embargo, la CDMX también ha visto pasar varias reliquias raras de personajes históricos que son bastante perturbadoras.

Nuestra ciudad está inundada con lugares históricos. Sin embargo, hay muchos lugares que esconden tesoros extraños que también son parte de la historia. Aquí te dejamos algunos de ellos.

Reliquias raras de personajes históricos

Brazo de Álvaro Obregón

Una de las reliquias raras de personajes históricos es también uno de los recuerdos de la Revolución Mexicana más extraños.

Habitó por más de 50 años en un monumento en el Parque de La Bombilla, en el barrio de San Ángel. Se trata de el brazo de Álvaro Obregón que perdió en una batalla el 2 de junio de 1915. 

En 1935 esta extremidad fue puesta en un frasco con formol y depositada en un monumento que cualquiera podía visitar. Sin embargo, fue hasta el sexenio de Salinas cuando al fin se decidió retirarla y cremarla. Aunque ahora hay en su lugar una escultura de bronce del brazo del general.

El corazón de Anastasio Bustamante

Este general participó durante la época de la Independencia y también es parte de las macabras reliquias de personajes históricos en la CDMX.

Este general y ex presidente de México, falleció en 1853. Sus restos se encuentran en San Miguel de Allende. Sin embargo, su admiración por Iturbide era tan grande, que  en su testamento pidió que su corazón fuera enviado a la Catedral Metropolitana de la capital para ser depositado junto a los restos de Agustín de Iturbide. Y ahí es donde se encuentran hasta hoy, en la capilla de San Felipe de Jesús.

Pierna de Santa Anna

Parece que a los héroes de guerra les cuesta demasiado deshacerse de sus pérdidas en batalla. Pues otro ejemplo de reliquias raras de personajes históricos es la pierna de Santa Anna.

El general perdió esta extremidad en 1838 durante la Guerra de los Pasteles. Entonces mandó enterrarla en su hacienda en Veracruz. Sin embargo, en 1842 ordenó exhumarla para hacerle el funeral que merecía.

Y así, este miembro viajó desde Veracruz a la CDMX acompañado de un cortejo fúnebre gigantesco. Al final, la pierna fue enterrada en un monumento dentro del Panteón General (también conocido como Cementerio de Santa Paula), que se ubicaba en lo que hoy es Paseo de la Reforma en la colonia Guerrero.

Tristemente, opositores de Santa Anna robaron la pierna en 1844 y la pasearon por toda la ciudad y nunca se supo qué fue de ella.

Lengua de Belisario Domínguez

Las historias de reliquias raras de personajes históricos no paran. Otra de ellas ocurrió el 7 de octubre de 1913, cuando dos hombres, bajo las órdenes de Victoriano Huerta, sacaron al senador chiapaneco Belisario Domínguez de su cuarto de hotel para asesinarlo.

Días después se encontró su cadáver en el cementerio de Xoco en Coyoacán. Sin embargo, lo más raro de todo es que se dice que su lengua fue cortada por el médico Aureliano Urrutia. Esta fue guardada en un frasco para ser entregada como trofeo a Huerta. 

Te recomendamos

Cabeza de Villa

Otra de las reliquias raras de personajes históricos que parecen salidas de un cuento de terror es el cuerpo y cabeza de Francisco Villa. Sus restos se encuentran, junto al de otros personajes revolucionarios, en el Monumento a la Revolución. Sin embargo, lo macabro es que el cuerpo de villa se encuentra sin cabeza.

¿Por? Pues resulta que originalmente estaba enterrado en Parral, Chihuahua. En la madrugada del 6 de febrero de 1926, su tumba fue profanada y le cortaron la cabeza.

Hay quienes dicen que esto sucedió porque en Estados Unidos ofrecían una recompensa de 50 mil dólares por ella. Otros afirman que se trató de una venganza de Obregón, quien siempre culpó a Villa por la pérdida de su brazo.

El misterio de qué pasó con su cabeza se quedará hasta la posteridad.

Miguel Barragán y sus cinco entierros

Hemos tenido un montón de presidentes extravagantes. Pero uno de los que más pasa desapercibido es Miguel Barragán. Aunque fue presidente interino de 1835 a 1836, su amor por el país fue tal que pidió, antes de morir, que su cuerpo fuera mutilado y enterrado en distintos lugares.

Así es como en la CDMX, puedes encontrar parte de su cuerpo en el Altar de los Reyes en la Catedral Metropolitana. Sus ojos están en su ciudad natal en San Luis Potosí, su corazón en Guadalajara, sus entrañas en la colegiata de Guadalupe y la capilla del Señor de Santa Teresa, y su lengua en San Juan de Ulúa.

Los restos de Hernán Cortés

Entre las reliquias de personajes históricos también hacemos mención del cuerpo de Cortés. Y es que durante muchos años ¡nadie supo dónde estaba enterrado!

Aunque el conquistador murió en España y fue enterrado allá, su cuerpo se movió varias veces y fue traído a la Nueva España. Sin embargo, aquí tampoco encontró descanso en un solo lugar. Pues entre remodelaciones, problemas de espacio y decisiones familiares, su cuerpo siguió viajando.

Con la llegada de la Independencia, muchos temían que los restos de Cortés fueran saqueados y destruidos. Por lo que Lucas Almán armó todo un plan para esconder el cuerpo del Conquistador.

Y lo hizo tan bien que fueron encontrados hasta 1946 en un nicho sin nombre dentro del templo de Jesús Nazareno, en el Centro Histórico. En 1947 se le hizo un nicho especial al lado del evangelio en el presbiterio donde hasta hay una placa.

¿Ya conocías las historias detrás de estas reliquias resguardadas en territorio chilango?

También lee: Así era la CDMX a principios del siglo XX