La leyenda de la Llorona es quizá tan famosa como la de la curandera, Pachita, una de las residentes más peculiares de la Casa de las Brujas (edificio Río de Janeiro). Te contamos la historia de su fantasma, que dicen se sigue apareciendo, a colación de la apertura del bar “Las Brujas“. Quizá te la puedas encontrar… o, no.

Pachita y su curación mágica

La leyenda urbana cuenta que Pachita heredó la tradición ancestral de magia y curación, misma que expresaba con las manos. Su clientela (y los vecinos) decían que la curandera extraía órganos dañados para reemplazarlos por otros en perfecto estado, eliminaba tumores y alejaba todas las malas energías, en rituales muy conocidos.

Te recomendamos

En la Casa de las Brujas, el oficio de Pachita, era bien conocido, pero nunca cobró por sanar a otros. Eran las aportaciones voluntarias las que aceptaba de sus pacientes; igual la visitaban colonos de la Roma Norte que políticos, artistas y actrices. Todos ellos venían a su consulta “mágica” para que con pociones (como en el bar) les ayudará a mitigar el mal.

La leyenda urbana cuenta que Pachita, en la Casa de las Brujas, operaba a sus pacientes con un cuchillo de cocina y los mandaba a “reposar” tres días. El tratamiento incluía elixires que ella preparaba. Algunos cantos siniestros, que dicen, aún se pueden escuchar de madrugada rodean la leyenda.

Casa de las Brujas
Foto: Lulú Urdapilleta

La bruja afirmaba que el espíritu de Cuauhtémoc, último emperador azteca, la poseía para hacer sus actos a través de ella. La presencia de Pachita, no es lo único que ha ocurrido en el edificio.

Uno de los casos más sonados, en el programa La Mano Peluda, fue el de una mujer que decía ver seres “demoniacos” en su departamento (dentro de la Casa de las Brujas). La mujer decía que el fantasma de una curandera aún rondaba por los rincones de aquella construcción frente a la plaza Río de Janeiro.

Casa de las Brujas, legado arquitectónico

El edificio data de 1908, es obra del arquitecto R. A. Pigeon y, fue uno de los primeros conjuntos habitacionales de estilo gótico, construido en la Ciudad de México. Este inmueble rompió con la tradición afrancesada que el porfiriato había instaurado.

Durante años el lugar ha estado rodeado de historias de fantasmas, aparecidos, la bruja Pachita y, hasta apariciones de demonios, que la mujer de nombre Brenda, aseguró escuchar en el programa de La Mano Peluda. Lo cierto es que el apodo de este edificio se debe a la torre central, su techo, que asemeja a un puntiagudo sombrero de bruja.

El parque Roma (después Plaza de Río de Janeiro) atraía a los visitantes y colonos por su fuente, además de una excelente ubicación. Eran los niños los que decían que “las brujas” vivían en ese lugar, porque mujeres mayores entraban y salían constantemente del edificio.

El único fantasma (comprobado) que habita entre sus paredes y su patio, es la remodelación al estilo art déco -famoso en la zona-, que nos muestra la majestuosidad de una construcción, que hasta la fecha, conserva todo su encanto.

Casa de las Brujas
Foto: Lulú Urdapilleta

También lee: Aparecidos, brujería y más en las leyendas de La Merced