En esta ciudad siempre se cuecen habas. Para muestra de ello recordamos algunas leyendas urbanas y mitos del Metro de la CDMX que seguro escuchaste de niño —o te contaban tus tías— y hoy dan risa… nerviosa.

Niña Caníbal de Metro Tacubaya

En el 72, Rosario, de ocho años de edad, viajaba con su madre en el Metro al perderse comenzó a vagar por los túneles, en donde se escondió cerca de dos semanas. Hambrienta y sola, encontró el cadáver de un indigente, que las ratas del lugar comenzaban a devorar. Al ver a los roedores alimentarse de aquel desafortunado hombre, Rosarito, decidió alimentarse de él.

La niña caníbal de Tacubaya… es un mito. Una leyenda que un creativo editor escribió, y después algunos medios tomaron como real, la información completa la tienen nuestros amigos en De Memoria.

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El fantasma solitario de Metro Pino Suárez

Dicen que a, Don Guillermo, uno de los encargados de revisar que todo esté bien en las vías de aquella estación cierta noche se le apareció un misterioso trabajador, que había muerto años atrás cuando lo arrolló un vagón mientras revisaba las vías.

De hecho se cuenta que varios ingenieros lo han visto y hasta han platicado con él creyendo que se trata de un compañero de otro turno. Tanta fue la difusión de esta leyenda que, Alex Lora, lo plasmó en su canción El fantasma, En ella habla de un espíritu que se la pasa recorriendo estaciones, túneles y vagones. Además en esta misma estación se rumora que hay un túnel secreto por el que desvían los vagones cuando sucede un accidente en las vías.

El matón de Metro Merced

En los 80 las historias de crimen y robos en está estación del Metro eran populares, pero la más contada era sobre un ladrón que presuntamente para despojar a su víctima de las joyas que portaba… ¡le arrancó las manos!

El hombre —según cuentan— subió al metro Merced escondiendo dentro de su abrigo las dos manos que parecían de mujer, escurriendo de sangre y portando vistosas joyas. Otro rumor popular en aquellos días era el de un sujeto que empujaba pasajeros a las vías cuando el Metro se acerbaba al andén

La rata gigante de Indios Verdes

En la línea 3, allá en los lejanos 90, muchas personas algo nerviositas decían haber visto corriendo por las vías, en varias estaciones, a una rata gigante. Enorme. Impresionante.

Entre todas las versiones, que usualmente se contaban al final de una buena fiesta, destacaban las descripciones (coincidencias) de una rata que no poseía un tamaño normal. Algunos más creyentes aseguraban que se trataba de un demonio que invitaba a la gente a arrojarse, quizá del susto, otros dicen que era un hombre rata viviendo en aquellas estaciones.

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El lago subterráneo y la estación Militar

Años más tarde (en los dosmiles) cobró fuerza un rumor sobre la estación Cuatro Caminos, se decía que el Metro llegaba a una base secreta de militares, cerca del Toreo. Esta estaba al servicio del Presidente y fue pensada para que el ejército llegue a Reforma o el Centro en minutos. Con el hallazgo del búnker en los Pinos, podría no ser tan descabellado.

Otras leyendas urbanas, un tanto más alocadas refieren que en la línea azul hay un trayecto que pasa por un lago subterráneo e incluso vestigios arqueológicos —como el Templo Mayor— que no pudieron retirarse ni salir a luz pero deben ser preservados, se supone que este tramo conecta con las estaciones secretas para uso militar, ¿será? De esto no hay pruebas, documentos y testimonios reales.

Si conoces o te acuerdas de otra leyenda o alguno de los mitos del Metro de la CDMX puedes dejarla en los comentarios.