Para un futbolero chilango y godín debe ser terrible tener que chambear o ir a una junta justo cuando juega Liverpool contra Barcelona. De entrada se pierde un partido de semifinales de Champions League, que ya es mucha decir, pero de paso se pierde la oportunidad de deleitarse con el extraterrestre de Messi como la posibilidad de presenciar un milagro/tragedia en Anfield.

Liverpool contra Barcelona, un juego para no perdérselo

Motivos de sobra hay para que te inventes un malestar estomacal o apliques el choro mareador de ir al banco y te escapes de la oficina para verlo. Bueno, también hay chance de que lo veas en tu escritorio metiéndote en personaje de un workaholic para distraer al jefe. Ahora bien, si de plano te es imposible gozar de este partido, ¡atorméntate!

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La hazaña o la tragedia

En la primera década de este siglo, Liverpool acostumbró a muchos futboleros a la épica. Primero en 2001 con la extinta Copa UEFA en la final contra Alavés (5-4) y luego en 2005 contra Milán en la final de Champions League con el famoso Milagro de Estambul, la remontada del 3-0 para ganar en penaltis.

Fue precisamente ese episodio en Turquía lo que despertó la simpatía de aficionados que empezaron a identificarse con la liturgia que caracteriza al equipo inglés: You’ll never walk alone. Desde entonces quisieron caminar junto a los Reds, específicamente cuando se trata de pelear la Orejona.

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Ahora, en esta edición 2019, puede casi asegurarse que Liverpool contra Barcelona está en la lona. Darle la vuelta a tres goles sin Mohamed Salah y Roberto Firmino en la cancha es una misión complicada, pero no imposible de lograr, sobre todo en un estadio como Anfield, que hará su parte en las tribunas para apoyar a los suyos e intimidar al rival.

Un rival que pese a tener prácticamente amarrado el boleto a la final, no se debe confiar. El fantasma de lo ocurrido en Roma en 2018 todavía ronda entre los temores de fanáticos culés. No se olvida tan fácilmente que luego de ganar 4-1 en la ida, Barcelona cayera 3-0 en la vuelta de cuartos de final en Champions a manos del equipo italiano.

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A diferencia de aquel fracaso, episodio por el que fue criticado Messi al ser borrado en la cancha, la Pulga llega motivado ante los Reds por el golazo de tiro libre en el Camp Nou y por saber que sí puede cargar con la responsabilidad de echarse el equipo al hombro. Con un balón o un centímetro de espacio que le den, este señor hace magia para acabar con el adversario.

¿Vivirá Anfield un milagro? ¿Se repetirá una catástrofe para los blaugranas? Cualquier escenario es atractivo y obligatorio para no perderse este partido de Liverpool contra Barcelona. Valga la reiteración: lo peor que puede pasarle a un futbolero chilango y godín es no verlo. ¿A poco no?

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